Que se dan los signos de dependencia y alteridad, y un desequilibrio tremebundo en el poder de organización, es algo indiscutido. Son hechos, y los hechos no se discuten.
Solo analizo que finalmente la norma legal llevada al BOE, negro sobre blanco, dice MUCHO menos que las consignas gubernamentales proclamadas en los medios.
Por ejemplo, con esa norma en vigor, y dado el poder unilateral de las plataformas, éstas pueden plantear perfectamente a los restaurantes las siguientes modalidades contractuales:
a.- Un servicio como hasta ahora, donde la plataforma centraliza todas las gestiones, incluido el cobro al cliente y el pago a los riders, empleados propios por tanto, descontándose un tanto como comisión para la propia plataforma, y dejando el remanente para el restaurante.
b.- Un nuevo servicio, donde la plataforma toma nota del pedido, lo pasa al restaurante, y le facilita el uso de una pasarela de pago (que será un tercero), previo cobro de una comisión por el pedido. El rider, empleado o falso autónomo "del restaurante", usará la app para efectuar el reparto.
Claro que una dualidad así llevaría a que la modalidad a.-, mucho más cómoda para el restaurante, fuese mucho más cara, y la modalidad b.-, de unos costes similares a los actuales, haría desplazar la responsabilidad empresarial hacia los restaurantes.
O sea, al final la clave es determinar quien es el proveedor de quien, y de que, y eso, con la norma que han publicado en el BOE, lo presumen en base a quien paga a quien.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!