Y no se le cae la cara de vuerguenza

Con el sello de «Una recuperación justa», convierte una donación de la fundación de Inditex en un proyecto del Gobierno

Los 280 millones donados cubren el coste total de los equipos de protonterapia y las siete comunidades que recibirán los equipos financiarán la instalación

« Pedro Sánchez presenta un plan de implantación de la protonterapia que nos situará a la cabeza de Europa en este tipo de tratamientos contra el cáncer». El entrecomillado es el titular con el que Presidencia del Gobierno informó este jueves de lo que, en realidad, era una donación directa al Estado de la Fundación Amancio Ortega. El dinero, 280 millones de euros, está destinado en su totalidad para adquirir diez equipos de protonterapia para la Sanidad pública. Se trata de la última tecnología en radioterapia, un sistema menos agresivo y más preciso que aún no posee ningún hospital público en España.

El Gobierno vendió el proyecto, bajo el sello de «una recuperación justa». Pero su labor se ha limitado a decidir las siete comunidades autónomas que albergarán los nuevos equipos para dar cobertura a todo el país y a adelantar el dinero. El Ministerio de Sanidad realizará la compra de los equipos a cargo de los Presupuestos Generales del Estado en cuatro anualidades, para realizar el concurso de licitación. Solo será un adelanto porque el coste total correrá a cargo de la Fundación Amancio Ortega que ingresará la donación en varios pagos. «El coste final de los aparatos será de cero euros», remarcó el propio presidente durante el acto en el Palacio de la Moncloa. Quien aprovechó el acto de presentación del plan para destacar la «apuesta rotunda del Gobierno por un sistema de salud público de calidad».

 

Siete son las comunidades agraciadas con los diez nuevos equipos: Madrid, que recibirá dos, otros tantos Cataluña, País Vasco, Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana y Canarias. Serán las autonomías que corran con el gasto de la instalación que no es un problema menor. Cada equipo necesitará de un edificio propio que albergue el búnker donde se instalarán los equipos.

No es la primera vez que Amancio Ortega, fundador de Inditex y dueño de una de las grandes fortunas del mundo, acude al socorro de la sanidad pública española. Donó 320 millones de euros para renovar equipos médicos de tecnología compleja que se habían quedado obsoletos. Se cambiaron mamógrafos, aceleradores lineales y resonancias magnéticas, entre otros dispositivos. Los hospitales recibieron los 'amancios', como se les conocía coloquialmente, como un maná. Aunque Podemos, el actual socio de Gobierno de Sánchez, y otras voces críticas calificaron aquella donación de «limosna».

Con los equipos de protonterapia, la Fundación del imperio Inditex responde a una necesidad acuciante de los tratamientos oncológicos. Esta tecnología es una realidad desde hace, al menos, una década. Menos agresiva que la radioterapia convencional, está especialmente pensada para tratar enfermos infantiles y zonas muy sensibles como el sistema nervioso porque la radiación de protones actúa con total precisión en el tumor, sin dañar el tejido sano. Aunque cada vez se aplica en más tipos de tumores.

En el mundo hay una veintena de unidades y hasta hace poco tiempo no había ninguna en España. Los pacientes españoles peregrinaban a Alemania, Suiza o República Checa en busca de esta radioterapia tan especial. El vacío lo llenaron en el país dos hospitales privados: Quirón Salud y Clínica de la Universidad de Navarra. Los enfermos de la sanidad pública que han llegado a estas instalaciones lo han hecho a cuenta gotas. El tratamiento cuesta unos 200.000 euros por enfermo.

Los nuevos equipos que se repartirán en siete comunidades tardarán aún en llegar a los enfermos. La adquisición es fácil, pero no tanto la instalación. Al menos, habrá que esperar un par de años para que los centros de protonterapia públicos empiecen a funcionar y nos sitúen a la cabeza de países como Alemania, tal y como ha prometido Pedro Sánchez.