No te equivoques, yo no tengo la piel fina porque tu insulto no era para mí. Conociendo a los de tu cuerda, es normal que te sorprenda que saque la cara por alguien que no soy yo, pero soy así de raro y a mucha honra.
Hablando de miserables, los más miserables son los que no quieren que se ayude a quien lo necesita y son muchos. A mí se me cae la cara de vergüenza que viviendo en un país muy rico, todavía haya quien niegue lo más elemental a quien necesita que lo ayudemos.
Por cierto, mucho meterse con quien no tiene empleo pero sin decir nada de las enormes ayudas que reciben muchas empresas y autónomos que, por abrir una tasca, ya quieren que les llamemos emprendedores cuando sólo son chupópteros.
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.