Directores de sucursal de Banca explican, arrepentidos, por qué se engañó a los clientes
Yo confieso
Fecha: 12/11/2012 Soledad Juárez
Directores y empleados de sucursales de distintas entidades financieras explican por qué comercializaron productos de alto riesgo entre ahorradores de renta sencilla, por qué vendieron acciones de bancos a punto de ser declarados en quiebra técnica y por qué concedieron hipotecas a clientes incapaces de pagarlas. No hacían lo correcto, pero era lo que sus jefes exigían. Ellos también han perdido la confianza en sus empresas.
Jubilados manifestándose ante diferentes entidades que colocaron sus ahorros en participaciones preferentes sin explicarles los riesgos. "Quiero pedir perdón a mis clientes por haberles vendido acciones. Es verdad que me basé en la información que mis superiores me suministraron, y después se demostró fraudulenta. Por primera vez en mi larga vida laboral, siento que les he defraudado”, declaró Xavier Capallera Gibert, empleado de Caja Madrid desde 1987. Pidió perdón por su responsabilidad como director de sucursal en Girona y lo hizo ante cientos de clientes indignados, en la última junta general de accionistas de Bankia. Sus superiores le escucharon pero no se sumaron al mea culpa.
Mes y medio después de esas declaraciones y tras pedir responsabilidades a la cúpula del banco –a la actual y a las anteriores–, Xavier Capallera se marchó de la entidad madrileña. Había trabajado en banca 33 años, desde que entrara de botones con 16 en la Caja Rural de Figueras (Tarragona) y había sido director de sucursal en Caja Madrid 17 años. “Nos hemos convertido en tenderos que vocean su mercancía y la colocan entre sus clientes aunque no les aporte nada bueno”, explica frustrado.
Capallera, que colocó preferentes y acciones entre ahorradores y concedió hipotecas a quienes no podían pagarlas, denuncia: “Hemos ido a la ruina y los culpables son los bancos, sus presidentes, el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y quienes hemos comercializado esos productos”.
“El 95 por ciento de los tenedores españoles de bonos subordinados y participaciones preferentes –precisa Capallera– eran, y siguen siendo, ahorradores de renta fija sencilla, no inversores. Nadie los protegió. Durante 14 años, la Unión Europea, el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Gobierno permitieron que la banca y las grandes empresas españolas vendieran productos de alto riesgo a particulares, sin advertirles, y ahora pretenden hacernos creer que no sabían nada”. En opinión de este ex empleado de banca, “son los ahorradores quienes están asumiendo las pérdidas de una mala gestión”, declara. Capallera defiende: “No es posible que quienes nos han esquilmado y estafado, quienes han puesto en riesgo el futuro de nuestras familias, a todo el sistema financiero y al país en su conjunto, queden impunes. Nosotros debemos ir al frente exigiéndoles responsabilidades”.