EROSKI
Comienza a levantar cabeza tras un lustro de caída
Eroski es la pieza clave para la sostenibilidad de la Corporación. Con 38.420 personas en plantilla, de las que 12.620 son cooperativistas, supone el 50% del empleo total. Si cae, el impacto sería devastador. Su situación es delicada. Como ocurre en el resto del sector, el desplome del consumo por la crisis ha hecho estragos en sus cuentas. Acumula cinco años de pérdidas, que suman un total de 388 millones, y ahora va a tener que afrontar la dura competencia de Mercadona. Se pueden trazar, además, paralelismos con Fagor como la ambiciosa compra de Caprabo en 2006, que disparó su deuda, hoy situada en torno a los 2.300 millones. Pero hay diferencias claras que le distancian de su "compañera" de Mondragón.
Para empezar, el sector, ya que nada tiene que ver la fabricación de electrodomésticos con un bien básico como la alimentación. De hecho, este es el segmento que menos está sufriendo dentro del grupo Eroski y, por eso, en el nuevo modelo de tienda que ha lanzado se dedicará más espacio a productos frescos y menos a televisores y frigoríficos.
Pero quizás la gran diferencia radica en los resultados del primer semestre. Mientras Fagor disparaba sus pérdidas, Eroski ha conseguido reducirlas un 3% hasta los 48,6 millones. Aunque siguen siendo abultadas, es un indicador de que comienza a dar frutos su plan de contención de costes: la plantilla se ha bajado el salario un 7% de media, se ha hecho un gran esfuerzo en logística y se han vendido o cerrado las tiendas no rentables. Así se logró un ahorro de 72 millones y se mejoró un 73% el resultado operativo. En cuanto a las ventas, «en julio y agosto se detectó un cambio de tendencia, que se ha consolidado en septiembre y octubre», según apunta un portavoz.
Otro punto a favor de Eroski, liderada por Agustín Markaide, es que ha amortizado un tercio de su deuda, hasta dejarla en 2.300 millones, y ha negociado con la banca un nuevo calendario de pagos extendiéndolo hasta 2017.
Eroski no tiene aportaciones voluntarias de sus socios al estilo de Fagor y, por tanto, no hay riesgo de una retirada masiva de fondos. Pero tiene pendiente de solucionar el problema de la deuda perpetua: 660 millones de euros colocados entre 30.000 ahorradores.