ECONOMÍA El sector financiero bajo lupa Pedraz investiga si Banco de Valencia 'perdonaba' garantías a los Soler
Incorpora el informe del BdE sobre Polaris, cuyo concurso habría ahogado al banco
Tras vender los teatros Lope de Vega y Coliseum se esfumaron 22 millones de cobertura
EUGENIO MALLOLValencia Actualizado: 12/12/2013 09:35 horas
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha incorporado a las actuaciones penales relacionadas con el Banco de Valencia un informe de la Dirección General de Supervisión del Banco de España, del 7 de febrero de 2013, «donde se comunican operaciones que podrían presentar relevancia desde el punto de vista penal», según explica en una providencia.
Pedraz ordena traspasar, a procedimientos de su propio juzgado, la documentación relativa a la compraventa de acciones de Polaris World, la compra de acciones de Gecina por el grupo Soler y los negocios entre el Grupo Iberfin y Gestor de Inversiones IZPA e Intercapiresa.
La venta a la Fundación Autor de la SGAE de los teatros Lope de Vega y Coliseum se remite al juzgado de instrucción número 5, que ocupa Pablo Ruz. Y, por último, incoa diligencias previas independientes para Gamamóbel y el Grupo Libertas 7.
Polaris World
El informe del Banco de España parte de la venta, el 22 de diciembre de 2006, del 50% de Polaris en manos de Facundo Armero (a través de Suelos Industriales Hita, SIH) a Banco de Valencia, del 10,5% por 42 millones de euros; a Emmtwo Investment, que se quedó con el 15,4% con un préstamo de 75 millones del Banco de Valencia; a Credit Suisse, que paga también 75 millones por el 15,4%; y a Roswell Capital, administrada por José Luis Hernández de Arce, que toma el 7,5% por 30 millones. La transmisión supuso valorar el Grupo Polaris por «16 veces el resultado antes de impuestos de 2006 y nueve veces los recursos propios de 2005».
El mismo día que el Banco de Valencia compra las acciones de Polaris, firma un contrato de opción de compra con el Grupo de Pedro García Meroño, dueño del otro 50% del conglomerado inmobiliario murciano. Ese contrato revela, según los inspectores, que «la compra que se presentó ante el consejo del Banco de Valencia como una inversión financiera, tenía la finalidad de evitar que Pedro García Meroño, el comprador real, tributase por la compraventa al 7% sobre el valor actualizado de los activos de la sociedad por superar el 50%» de las acciones, según la Ley del Mercado de Valores.
García Meroño creó un descubierto de 8 millones comprando títulos del banco
Ese mismo 22 de diciembre de 2006, a través de una cuenta de la CAM se ingresaron dos cheques de 28,6 y 13,4 millones de euros a Merak y GMI (ambas vinculadas a García Meroño) en el Banco de Valencia, un dinero que queda pignorado «en garantía de la recompra de las acciones». Y ese día también el consejo de administración de Polaris aprobó distribuir un dividendo a cuenta a los socios por 71,1 millones. «Los fondos pignorados, según los indicios, procederían» de ese dividendo.
A pesar de que los depósitos estaban pignorados, a partir de 2007, Merak dispuso de la cuenta corriente unos 17 millones, con abono a otras cuentas del Grupo Polaris. «No consta quién autorizó las disposiciones de fondos», afirman los inspectores.
Por su parte, «la práctica totalidad de los fondos depositados en la cuenta corriente de GMI se emplearon en la adquisición de acciones del Banco de Valencia», del que llegó a poseer el 0,35% del capital, una operativa prevista, no obstante, en el contrato de pignoración. Lo llamativo es que acabaron generándose descubiertos entre enero y mayo de 2008 por valor de hasta ocho millones, «sin que fuesen autorizados formalmente».
En cuanto a Roswell, que tenía «el mismo domicilio social y el mismo director general que Polaris», no atendió en julio de 2008 un pagaré de 10,6 millones que abonó en su día a SIH por las acciones de Polaris y ésta había descontado en Banco de Valencia.
En sus conclusiones, el informe del Banco de España recuerda que la compra de Polaris se aprobó en el consejo del Banco de Valencia, «sin que dicha operación constase inicialmente en el orden del día de la sesión y sin que conste que los consejeros pudiesen disponer de la información necesaria». Además, sostiene que la operación «perjudicó la posición negociadora del Banco de Valencia en la reestructuración de la deuda de Polaris», en mayo de 2011, para evitar que entrase en concurso de acreedores.
«De haberse producido este concurso había un riesgo elevado de que Banco de Valencia hubiera sido calificado como persona especialmente relacionada respecto de las operaciones realizadas entre 26.12.2006 y 30.06.2008 por tener una participación en el capital de la concursada superior al umbral del 10%». En ese caso, los créditos facilitados habrían sido considerados subordinados y Polaris podría haber iniciado la acción concursal de reintegración.
Gecina
En enero de 2007, Banco de Valencia prestó 312 millones a Construcciones Valencia Consttución (propiedad de Jaime Febrer) para comprar el 2,439% de Metrovacesa a la CAM.
Como garantía se aportaron 2.607 acciones de Metrovacesa valoradas en 184 millones y tres depósitos: dos de 30 y 63 millones de Stratum Industrie, una sociedad con domicilio en Luxemburgo, propiedad al 50% de Gecina y Metrovacesa, y un tercero de 35 millones de Mercado de Construcciones, sociedad de Bautista Soler.
El informe destaca qué préstamos se abonaban antes de ser aprobados
Estas garantías «indicarían que CVC pudo ser utilizada para simular la personalidad del adquiriente de las acciones de Metrovacesa». De los 312 millones prestados, se abonaron 307 a la CAM.
«Entre los meses de noviembre y diciembre de 2007 el Banco de Valencia, por razones desconocidas, sustituyó los préstamos de 312 millones a CVC por otros (a otros prestatarios) por importe de 323 millones», continúa el informe.
Los beneficiarios fueron SAPA, de Soler, por 123 millones y Arlette, por 200 millones, una sociedad cuyo accionista único es Rafael Ruiz-Jarabo, «pero, según los indicios, la propiedad efectiva podría ser de Bautista Soler».
Como garantía, se aportaron, entre otros activos, unos pagarés de 20 y 50 millones que fueron descontados por Banco de Valencia, pero no se cobraron (el primero de ellos generó un descubierto y una comisión por impago de 1,15 millones de los que se perdonaron «por orden del consejero delegado» 1,1).
Ambos pagarés «pueden provenir de un contrato» entre Joaquín Rivero y Arlette, firmado en marzo de 2008 «sin intervenir». Rivero se comprometió a comprar 400.000 acciones de Gecina propiedad de Arlette por 50 millones, y a pagar 20 millones si no cumplía, origen ambas cantidades de los dos pagarés porque no compró. Gecina informó al Banco de Valencia en diciembre de 2012 de que «cuatro pagarés por importe de 140 millones de euros son fraudulentos».
Los inspectores ponen de relieve que el riesgo con CVC representó el 23% de los recursos propios del banco, por encima del 15% de límite establecido por el consejo; las operaciones con SAPA y Arlette se aprobaron días después de que se abonaran en la cuenta; y «la entidad, por razones desconocidas, permitió que se perdiera la garantía del pagaré de 50 millones».
Los teatros
El Grupo Soler vendió el 23 de diciembre de 2009 el 25% de María Victoria Soler en Exhibidores Unidos y EMVI, propietarias entre otros inmuebles de los teatros Lope de Vega y Coliseum de Madrid, a la Fundación Autor de la SGAE.
Según las cuentas anuales de la fundación, ambas sociedades se compraron por 82,9 millones, pero el día de la compraventa en su cuenta corriente se ingresaron 88 millones, de los cuales 29,3 procedían de la SGAE y 58,7 de tres préstamos del Banco de Valencia. Los cinco millones de diferencia se usaron para otros fines.
El problema es que EMVI y Exhibidores garantizaban operaciones crediticias concedidas por el banco a empresas del Grupo Soler por un total de 48,2 millones. Lo que se hizo fue sustituirlas por un nuevo depósito pignorado por valor de 30 millones, es decir, se perdieron 18,2 millones en garantías.
Días después, Domingo Parra autorizó que se dispusieran 2,3 millones del depósito para otra empresa de Soler, Abdos. A eso se suma la pérdida de garantía de otros 3,5 millones en un depósito de 3,6 millones que garantizaba un aval de Banco de Valencia a Residencial Golf Mar ante BSCH.
Por último, «las condiciones establecidas en los préstamos de Banco Valencia a la Fundación Autor, en especial un préstamo de 17,6 millones con vencimiento a los diez, carecen, según la información disponible, de racionalidad económica».
Gamamóbel y Libertas 7
El informe es menos exhaustivo al referirse a estas dos sociedades. En el primer caso, VIP Activos, del Banco de Valencia, compró una nave y activos por valor de 11,2 millones a Gestinversa, propiedad como Gamamóbel de Juan José Sanchis.
Según el Banco de España, «el precio pagado por la nave no toma en consideración la tasación realizada siete meses antes de su adquisición ni que la nave se encontraba ocupada por el propietario», circunstancia ésta que «no se mencionó en la escritura de compraventa».
En cuanto al Grupo Libertas 7, representado en el consejo de administración del Banco de Valencia por Agnès Noguera, y que tuvo como consejero entre 2001 y 2011 a Domingo Parra, se limita a apuntar que aceptó una dación en pago que provocó «un quebranto para la entidad de, al menos, 13,6 millones».