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Es un maldición que se retroalimenta. El Memorando de Entendimiento (MoU, por sus siglas en inglés) es meridianamente claro: los dueños de híbridos y de preferentes de bancos con ayudas públicas deben contribuir al saneamiento de las entidades. Las valoraciones de esos activos han de efectuarse a precios de mercado. El objetivo es que sus propietarios asuman las pérdidas correspondientes. Eso sí, las entidades pueden pagar hasta un 10% más que el precio de cotización.
El borrador de la trasposición del pliego firmado por el Gobierno para recibir los hasta 100.000 millones de euros para tapar los boquetes del sector financiero nacional no podía ser menos. Es decir, ratifica el contrato con Bruselas. Y especifica que "los acreedores [...] soportarán, en su caso, pérdidas derivadas de la reestructuración o resolución después de los accionistas, cuotapartícipes o socios y de acuerdo con el orden de prelación establecido en la legislación concursal [...]. El ministro de Economía ha añadido además que Bruselas tendrá que dar luz verde a todos los canjes.
Pero el mero hecho de que se haya conocido la literalidad de la norma española -al menos, del todavía modificable borrador de real decreto- ha sembrado el pánico en el mercado secundario. Las preferentes que vendió Caja Madrid en 2009 -en el balance de Banco Financiero y de Ahorros (BFA)- se han desplomado desde el 41% el precio al que cerraron el jueves de la semana pasada, hasta el 11,3% del miércoles, según los datos de cotización que refleja Bloomberg. Esto implicaría, en caso de venta, unas pérdidas del 88,7% respecto al precio inicial de emisión. El portavoz del PP en el Congreso, José Antonio Alonso, aseguró el martes, sin embargo, que el Gobierno trabaja para que los inversores en estos títulos recuperen su dinero.
La cotización en el SEND - la plataforma propiedad de BME para que los particulares puedan efectuar compraventas de estos activos- de las preferentes de Caja Madrid es más benévola y fija su última cotización en el 36,45%. Si bien este precio corresponde al 24 de agosto, antes de conocerse el borrador del Gobierno, mientras que la cotización de Bloomberg es del miércoles y recoge todas las fuentes de precios.
Descalabro generalizado
No son los únicos títulos que se han descalabrado en los últimos días. Más deuda subordinada y perpetua de BFA, vendida en 2006 por Bancaja, cotiza al 10,6%, según los datos de Bloomberg. Y eso que en puridad no son participaciones preferentes. Hace unos meses, el pasado marzo, superaban el 50%.
Preferentes de Novagalicia colocadas en 2005 se pagan al 15%, frente al 60% de hace unas sesiones. La relativamente buena noticia es que los bonos subordinados que cuentan con vencimiento -una fecha concreta en la que supuestamente la entidad devolverá la inversión inicial a los ahorradores- se pagan significativamente por encima. Las obligaciones subordinadas de Bancaja con vencimiento en 2019 cotizan al 50% del nominal. Incluso varias subordinadas de Novagalicia, emitidas en su día por Caixa Galicia y con vencimientos en 2013, 2014 y 2015 -es decir, en un plazo de tiempo relativamente corto- cotizan entre el 80% y el 90% del nominal.
El mercado parece dar por hecho que habrá una serie de emisiones que se respetarán. El borrador del real decreto especifica que las operaciones "de gestión de instrumentos híbridos de capital y de deuda subordinada podrán afectar a todas o a parte de las financiaciones subordinadas de la entidad".
Fuentes financieras reconocen que, en última instancia, la deuda subordinada no recibirá el mismo tratamiento que las preferentes, un instrumento creado específicamente para absorber pérdidas en caso de desequilibrio patrimonial y que forma parte de los recursos propios de segunda categoría de las entidades. El riesgo de impago y de que sean recompradas por debajo del precio de venta aparece recogido en todos y cada uno de los folletos registrados en la CNMV.
Las preferentes vendidas a particulares de Bankia, Novagalicia, y Catalunya Caixa suman en total unos 4.500 millones de euros. Banco de Valencia también cuenta con participaciones de este tipo en circulación (67,3 millones al cierre del primer semestre), pero se colocaron solo a profesionales: la versión mínima fue de 50.000 euros.