Yo he firmado el canje de Preferentes BBVA por Bonos convertibles en acciones. El único documento que entiendo es la carta de reserva no conformidad que registré en la entidad añadiendo que me reservo las acciones legales. Desde mi ignorancia bursátil, yo no puedo vivir pendiente de cada reunión del Banco de España con Bruselas, de cada cotización diaria, de cada desinformación que obtengo al llamar a Bolsa de Madrid, de cada nueva mentira que me dice el BBVA. De modo que se ha ido afianzando una idea y es que no voy a entrar en el lenguaje de esta pandilla, que voy a echar mano del dinero cuando no aguante más -sea malvendiendo bonos, sea malvendiendo acciones- y que llegaré hasta el final reclamando hasta el último euro que ahorraron mis padres. Y aunque sé que la pandilla está segura de mi desgaste, tengo la ventaja de saberme recorrido por la certeza de que nunca como ahora valió la pena luchar. Los que estais ensimismados en si mejor convertir todo en marzo, mejor esperar, mostráis una culpabilidad que les hará frotarse las manos. Esto no es solo dinero. Nos va en esto todo el empeño democrático, toda la dignidad a plazo fijo.