La pregunta de qué va a pasar con Caser es recurrente en el sector asegurador. La Caja de Seguros Reunidos, con más de 70 años de historia, fue una creación de las cajas de ahorros medianas y pequeñas para disponer de su propia compañía aseguradora. Ahora, con el intenso proceso de concentración y nacionalización de estas entidades, las dudas sobre el negocio y el accionariado de Caser son numerosas. Muchas de ellas se resolverán durante este ejercicio.
En cuanto al volumen de negocio, la integración de entidades ha provocado que la aseguradora dirigida por Ignacio Eyres se haya visto obligada a salir de algunos importantes acuerdos de bancaseguros, limitando notablemente su capacidad de fuego comercial. Durante los últimos trimestres, Caser ha perdido la posibilidad de vender seguros en la red de La Caja de Canaria, Caja Ávila, Caja Segovia y Caja Rioja (integradas en Bankia), en Banco Gallego y Caixa Penedès (ahora parte de Banco Sabadell), Cajasol y CajaCanarias (que formaron Banca Cívica, posteriormente absorbida por CaixaBank)...
Aunque la entidad se mantiene aferrada a su alianza con Ibercaja (máximo accionista de Caser), Liberbank y BMN (también en el capital), la merma de su principal canal de distribución y la contracción general de la venta de seguros ha hecho que el volumen de primas distribuidas por Caser haya caído un 38,3% en dos años. Pasó de 2.778 millones de euros en 2011, a 1.713 millones de euros al cierre de 2013, de acuerdo con datos de ICEA(el organismo de Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras). El retroceso también se ha dejado sentir en cuota de mercado, que ha caído del 4,65% (ocupando el octavo lugar en la clasificación del sector), al 3,07% (la décima posición).
Compensaciones
La vertiente positiva de la pérdida de esos acuerdos de distribución está en las indemnizaciones que ha recibido Caser al vender el 50% que controlaba en joint ventures de seguros. Tan solo CaixaBank le pagó 215 millones de euros por quedarse con el 50% que aún no controlaba de las aseguradoras de CajaCanarias y Cajasol. Bankia zanjó acuerdos poniendo sobre la mesa 138 millones. En total, Caser ha ingresado 473 millones de euros al resolverse este tipo de alianzas.
Esta inyección de fondos ha sido clave para enderezar la cuenta de resultados del grupo, que en 2012 se vio muy lastrada por la pérdida de valor de inversiones en preferentes. En concreto, Caser presentó unas pérdidas de 160 millones de euros, tras realizar saneamientos extraordinarios por importe de 375 millones de euros.
De acuerdo con fuentes cercanas a la entidad, estos sobresaltos en el balance de la entidad (que aún no ha formulado las cuentas de 2013) estarían ya totalmente controlados y los resultados del pasado ejercicio habrían sido buenos.
Caser ha sido la única gran aseguradora que opera en España que se ha visto tan afectada por inveriones en participaciones preferentes y deuda híbrida de cajas de ahorros. De acuerdo con fuentes del sector, el hecho de que el 80% lo formaran cajas y su consejo estuviera copado por presidentes de estas entidades hizo que la entidad fuera menos prudente al seleccionar y diversificar inversiones.
Estos deterioros, unidos a la pérdida de negocio, desencadenaron el único expediente de regulación de empleo (ERE) que ha vivido el sector asegurador, que supuso la extinción de 255 puestos de trabajo.
Uno de los puntos que terminará de definir el perímetro de Caser es lo que ocurra con su pacto con NCG Banco (producto de la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, y ahora controlado por el venezolano Bradesco). La primera de las dos cajas mencionadas tenía un acuerdo de distribución con Aviva, mientras que la segunda se había aliado con Caser. La aseguradora británica reclama a NCG Banco 430 millones de euros en la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Madrid. El laudo arbitral se conocerá en breve. De acuerdo con una fuente conocedora del proceso, “el árbitro puede decidir que se quede todo Caser, que se quede todo Aviva o que se mantenga un proveedor por cada red, lo que obligaría a empezar nuevas negociaciones”.
Ante las numerosas incertidumbres de su canal bancasegurador, la dirección de Caser ha optado por potenciar la venta de seguros a través de mediadiores, que ya distribuyen el 30% de las primas.
“Cuando se sepa qué es la firma, se podrá vender”
M. M. M.
Caser, la aseguradora de las cajas, vivió una drástica reducción del tamaño de sus órganos de gobierno durante el pasado ejercicio. Su consejo de administración, donde antes se sentaban 36 consejeros (casi todos ellos presidentes y directores generales de las cajas de ahorros medianas y pequeñas), se redujo a “tan solo” 16 miembros.
A día de hoy, los máximos accionistas de Caser son dos mutuas francesas (MAAF y MMA), con un 10% cada una; Ibercaja, con un 14% y Liberbank con un 12%. En el caso de Ibercaja, su presidente, Amado Franco, es también presidente no ejecutivo de Caser. Además de estos pesos pesados, también están en el capital BMN (que al igual que los dos grupos financieros mencionados mantiene un importante acuerdo de distribución con la aseguradora), pero también Bankia o CaixaBank.
En el caso de la primera, controlada por el Estado a través del FROB, el acuerdo de ayuda financiera a la banca española obliga a la entidad a vender sus participaciones no estratégicas, como es el caso de Caser. Tampoco CaixaBank o Unicaja tienen ningún interés en mantener su parte.
“El problema es que hasta que no terminen de rehacerse todas las alianzas de bancaseguros NO SE SABRA QUE ES CASER, y NO SE PUEDE AFRONTAR SU VENTA”, explica uno de los mayores expertos españoles en las operaciones corporativas de compañías de seguros. Este banquero también aclara que el hecho de que haya compañías que mantienen alianzas con la aseguradora no debería condicionarlas para valorar si se mantienen o salen de su accionariado. “Lo importante es que Caser les provea de buenos productos para sus clientes
Esta noticia es de febrero de 2014. Mas o menos cuando IFEMA