Yo es que no sería tan categórico muros... El propio usuario comenta que también quiere ahorrar por otro lado para la jubilación, así que siempre hay que andar con pies de plomo porque puede haber detalles que se nos pueden escapar a la hora de opinar.
Mi consejo en este caso se basa sobre todo en la necesidad que expone el usuario, pero sobre todo, en hacer ver (de modo lo más sencillo posible) hasta qué punto merece la pena darle vueltas al dinero para ganar un poco más de interés (caso de la exención fiscal del rescate del PIAS como renta vitalicia).
Por no hablar de otro detalle. Si yo quiero el PIAS para el ahorro de mis hijos, ¿la renta se va a calcular al plazo que a mí me interesa, pongamos cinco años, o se va a calcular conforme a la esperanza de vida media, que ronda los 85 años? El usuario podría tener un problema gordo si piensa que le pueden quedar, pongamos, 500 euros al mes, pero luego resulta que le queda una renta mensual de 200 euros porque está pensada para 20 años y no para cinco...
Me gusta ser muy cauto con los PIAS, porque a día de hoy nadie sabemos cómo van a funcionar los rescates (el producto se lanzó en 2007 y aún faltan cuatro años para que empiecen a rescatarse), y puede ser un problema.
Yo el otro aspecto que veo es que creo que en la medida que podamos aprovechar bonificaciones fiscales, lo hagamos. Pero creo que es Hacienda la que se tiene que adaptar al ciudadano, y no el ciudadano a Hacienda. Es como si me dijeras que tengo que comprar un coche que no es el más adecuado para mí porque no paga impuesto de matriculación frente a otro que sí. Yo estoy convencido de que pensar de esa manera por un pingüe beneficio, a la larga, es un error.
Pero luego, por supuesto, el cliente es el que decide si ese criterio le parece válido, o prefiere darle más vueltas al asunto de sus ahorros para conseguir un beneficio ligeramente mayor. A mí me parece el chocolate del loro, pero entiendo que haya quien quiera forzar hasta el último céntimo de lo que pueda ganar. Saludos,