Génesis Hogar
Génesis Seguros Hogar
Especialistas en el origen de la paciencia el día de su cumpleaños.
Estimados y sufridos usuarios:
Unas breves líneas para advertirles de la inutilidad de contratar un seguro de hogar con Génesis.
Como diría el refrán; “Lo barato sale caro…”.
Es decir, si lo que necesita es tener un seguro económico para hacer el visto bueno porque se lo exige la hipoteca, altamente recomendable, si por el contrario requiere profesionalidad, diligencia, etc… ni se lo plantee.
A grandes rasgos les diré cuál es su negocio; tienen un número 902 atendido por alguien que se supone que es una persona, pero que la impresión que a usted le da es que se trata de un robot programado que sólo sabe decir dos cosas; “disculpe la espera” “tengo que consultarlo”.
En la era de la informática, ellos deben de tener la información en grandes archivos en un sótano, en vez de a golpe de click . O sea, más tiempo tengo a los clientes en espera, más facturo.
Evidentemente no le voy a resolver el problema, porque da igual que su póliza diga que tiene como cobertura básica fugas de agua y trabajos de bricolaje incluidos. El autómata le dirá con voz metálica que no, a pesar de que le de los datos precisos de lo contrario, número de póliza, coberturas etc…
Naturalmente, para llegar hasta aquí, la comunicación se le ha cortado tres veces con otras tantas llamadas para que usted, usuario iluso, crea que al final resolverá el problema.
Por último, como la avería que usted tiene no se la resuelve el seguro, en el papel sí, pero a efectos prácticos no, entonces ellos le ofrecen un equipo de profesionales que por un módico precio, nunca supe cuál, porque al cuarto “tengo que consultarlo” (más paciencia que el Sto Job) decidí que ya no iba a esperar ni un segundo más, sino a hacer directamente una denuncia en Consumo.
Todo esto ocurrió el 11 de enero de 2014, para más INRI día de mi cumpleaños. Gracias a que suelo tomarme las cosas con humor no lograron amargarme, y menos cuando son los primeros que me felicitan todos los años sin olvidarse ni uno solo con una preciosidad de tarjeta.
Así que ya saben señores; “El que avisa no es traidor, sino “avisador”