El seguro de vida, en sí es muy sencillo: uno tiene dos estados posibles vivo o muerto.
Dentro del estado de vivo puede estar de dos maneras: capacitado para trabajar o incapacitado para ello.
No hay más.
En bancos puedes encontrar seguros muy buenos y otros pésimos, al igual que en los restantes canales de comercialización. En este sentido recomiendo una serie de trucos:
- nunca des por supuesto que dos seguros son iguales. LEETE la letra pequeña antes de contratar y si no te la dejan ver---> ¡salir por piernas!
- nunca creas que por ser de la misma aseguradora el precio es el mismo: yo vendo el mismo seguro de vida de una conocida aseguradora que cierta Caja pero ¡un 60% más barato! ¿Dónde está el truco? Ellos inflan el precio un 60% porque su cliente firmará sí o sí al ser obligado. Mi cliente puede elegir...
- olvidate de marcas generalistas que te suenan. Las especializadas rara vez necesitan gastarse el oro y el moro en publicidad; suenan menos pero los técnicos sabemos de sobra dónde están y cómo trabajan y ¡no hay color!
- nunca, nunca, nunca engañes u ocultes información al declarar el cuestionario de salud.
- nunca, nunca, nunca te creas que no hay cuestionario de salud. Los más peligrosos son los más breves "pon una cruz aquí, que estás como una rosa..."
- nunca, nunca, nunca aceptes seguros que no hayas estudiado previamente y que no solicitas personalmente. Si otro los ha cumplimentado por tí puede haber incluido falsedades que luego tienen graves consecuencias.
- nunca permitas que te incluyan la prima del seguro en la financiación.
- ojo al ámbito territorial: hay aseguradoras que solo cubren en España pero hay gente tozuda, irresponsable, que viaja...
- que consten deportes, moto, y la profesión exacta. En muchos bancos los albañiles aparecen como administrativos en las pólizas. Ojo.
Saludos,