Estimado Eipi10:
Los corredores tenemos un trabajo ingrato en cierta medida. Nosotros operamos con aseguradoras que, como bien sabes, ofrecen sus productos directamente o a través de otros canales. Eso significa que, en líneas generales, las tonterías que pueden hacerle a un cliente las vemos a diario pero ante nuestros curtidos ojos, no los del cliente. La diferencia consiste en que:
- un corredor se esfuerza para que su cliente reciba una atención de calidad, actuando como "mediador" entre las dos partes y evitando en la medida de lo posible que cualquiera de las dos partes sufra la incompetencia de la otra. Dicho de otra manera: nosotros ayudamos al asegurador a contar con datos de calidad, contrastados, fiables y suficientes que permiten definir correctamente el riesgo y eso les evita goles en propia meta. Además le proporcionamos un modelo de contrato negociado con el cliente en función de sus necesidades por lo que es poco probable que el cliente se sienta defraudado por el contenido de la póliza; más bien al contrario. Por otra parte, ayudamos al cliente resolviendo los atascos, los intentos de toreo, las negligencias, los olvidos, los extravíos, los errores de interpretación y la mala baba de algunos en casa del asegurador. Gracias a ello el cliente tiene la impresión de que todo "ha sido rápido y ha funcionado como la seda". A veces ni nos dan las gracias simplemente porque ni se han enterado del currazo que nos ha llevado resolverlo rápido y satisfactoriamente sin que ni se diera cuenta el cliente de que todo se dirigía hacia el desastre en un principio.
No me refiero a Arag, sino a casi todas las compañías salvo honrosas excepciones.
- un corredor conoce los circuitos administrativos y la estructura de decisión de las entidades con las que opera. Un cliente no tiene ni puñetera idea de a quién, cómo, cuando ni en qué términos debe dirigirse para solventar una incidencia. Ese conocimiento "de cocina" es sumamente útil y tiene contravalor.
- si una persona de la calle lee un condicionado de seguro o lo lee un profesional, te garantizo que el resultado no va a ser el mismo. Y como eso se traduce en caso de siniestro a dinero, adivina qué resulta más rentable al cliente.
- si un seguro costara más por contar con un asesor titulado y experto podría llegar a entender que el consumidor optara por contratar directamente si anda muy, pero que muy mal de recursos. Pero como el seguro vale lo mismo con o sin mediador ¿a santo de qué ir solito a la guerra?
Cuando informo que un 95% se ha gestionado satisfactoriamente ello incluye en un seguro de defensa jurídica los siguientes escenarios:
- al asegurado se le ha argumentado y ha entendido que no había motivos o argumentos para la demanda y lo ha entendido sin más. A veces el mejor consejo consiste en ayudar a poner los pies en el suelo a quien está en el error.
- se ha transado todo amistosamente y el cliente ha alcanzado una solución negociada gracias a su seguro
- se ha dispuesto todo para que pudiera defender sus intereses en sede judicial sin ningún tipo de problema en cuanto al ejercicio de sus derechos y en base al contrato de seguro. El resultado del juicio es lo de menos, para entendernos: lo importante es que recibió una asistencia legal de calidad y con conformidad.
Por todo ello ese 95% no significa que se haya logrado el éxito en ese porcentaje de casos. Dicho ratio es simplemente de eficacia y calidad de cumplimiento del contrato de seguro. Tener razón o no es algo ajeno al seguro.
Para terminar: si uno ama su profesión no puede ser deshonesto.
Saludos y gracias por valorar esta información.