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Participaciones del usuario elalcalde68 - Hipotecas

elalcalde68 22/08/17 14:04
Ha respondido al tema Qué opinión os merece Airbnb?
Buenas, Serra.   Interesante artículo sobe el cambio en la forma de alquilar los pisos.   El futuro de los alquileres pasa por los arrendamientos de corto plazo HOME »  PORTADA El futuro de los alquileres pasa por los arrendamientos de corto plazo proptechPUBLICADO EL 21 AGOSTO, 2017 0                 Puede que hayas oído que Airbnb y la firma de gestión inmobiliaria Lavanda han cerrado una ronda de financiación por un millón de libras. Entre los inversores, se cuenta el CEO de Purplebricks, Kenny Bruce. Hemos hablado sobre el crecimiento de los alquileres a corto plazo, así que ¿es hora de que el mercado estalle? Sólo hace un par de meses que se anunció que el fundador de Rightmove,  Harry Hill, era nombrado el presidente de Lavanda. Ahora, con Kenny Bruce y  otros grandes nombres apoyando a la startup PropTech, está claro que  mucha gente de éxito confía en el modelo de negocio de Lavanda.  Pero no es el lado de la gestión inmobiliaria de Airbnb lo que interesa a los inversores, sino el  potencial de agitar el mercado inmobiliario residencial. Kenny Bruce afirmó: “La  innovadora propuesta de Lavanda a los propietarios y agentes crea valor para todos ellos. Al apostar por los cambios en la forma en que la gente vive y trabaja, tiene el potencial de desarrollar un nuevo jugador en el mercado residencial. Estoy encantado de formar parte de la empresa”. El co-fundador de Lavanda, Guy Westlake, comentó: “ Alquileres más cortos y la economía colaborativa están cambiando el futuro del sector residencial. Es un cambio sísmico al que la industria todavía no se ha adaptado. Nuestra plataforma proporciona a los agentes y gestores inmobiliarios una forma de entrar en este creciente mercado.” Harry Hill describe Lavanda como la que  tiene la ventaja del primer movimiento, y estoy de acuerdo. Lavanda se ajusta al estilo de vida de las personas Tenemos una población migrante al alza y  los alquileres a largo plazo no se ajustan al estilo de vida de muchas personas. Asumir esta tendencia es crecer, lo que parece probable dadas las actitudes modernas hacia el trabajo remoto y flexible, quien pueda llegar al mercado primero y ofrecer soluciones de alquiler a corto tiene el potencial de convertirse en una marca de éxito. Dado que Lavanda ya tiene el pedigrí de Rightmove y Purplebricks detrás, es probable que aumenten las posibilidades de alcanzar gran reconocimiento. La economía colaborativa de nuestra población transitoria no puede ser ignorada por el sector inmobiliario. Está provocando el mayor cambio en estilo de vida que hemos visto en generaciones y la forma en que la gente elige sus viviendas es una parte clave.  Sólo es cuestión de tiempo hasta que un especialista en alquileres a corto (la mayoría trabaja con Airbnb) se adapte al mercado residencial. No es una sorpresa que la primera en actuar sea una firma PropTech, y no una inmobiliaria tradicional, DNA (Hill, un ex ejecutivo de Countrywide, habla bien de Purplebricks, pero condena a menudo a Countrywide y su clase). Los agentes tradicionales se quedan atrás Los  agentes tradicionales van a tener que reaccionar a este movimiento de alguna manera. Precisará de la cooperación de los propietarios privados y del apoyo de las empresas de gestión inmobiliaria, pero no todo el mundo quiere aceptar un contrato de seis meses si sólo van a necesitar seis semanas. Si las  inmobiliarias tradicionales no empiezan a ofrecer alternativas a corto, perderán más clientes frente a empresas como Lavanda y los comentarios de Harry Hill al respecto de que Countrywide sufría un ‘desastre en cuota de mercado’ podrían aplicarse al mercado tradicional en su totalidad. Si el sector inmobiliario tradicional duda sobre los alquileres a corto, podría contribuir hacia un sentimiento de ‘nosotros y ellos’ en nuestra sociedad. Por un lado,  tenemos a esos con rentas bajas o moderadas, pegados en el mercado del alquiler para siempre; estos se irán de cabeza a las soluciones tecnológicas que les ofrezcan fluidez y flexibilidad. Por el otro serán los  ricos quienes, en un círculo de tamaño decreciente, se traspasarán las viviendas entre ellos con la ayuda de agentes tradicionales y bróker. Tendencias Cuando consideramos la importancia de estar en el mercado del alquiler hay dos proyecciones comúnmente aceptadas:  Para 2025, más gente vivirá en alquiler, y la población, sobre todo la más joven, va a continuar siendo más transitoria. Ambas proyecciones son buenas para Lavanda y contribuirán hacia su intento de convertirse en una marca de alquileres. Las empresas inmobiliarias establecidas necesitan  encontrar una forma de competir en este nuevo mercado. Si no lo hacen, corren el riesgo de convertirse en una firma de propietarios ricos. Aunque tener una base de clientes ricos no es malo, supone una cuota de mercado muy reducida. En el mundo de hoy, tener como objetivo un mercado pequeño es insostenible, por no mencionar el riesgo y la estrechez de miras. http://proptech.es/lavanda-alquileres-corto-plazo/   Saludos cada vez más cortoplacistas y más trágicos.
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elalcalde68 22/08/17 13:57
Ha respondido al tema Qué opinión os merece Airbnb?
Buenas, Serra.   Sólo un apunte antes de entrar en este interesante tema; abriste el hilo en el foro de política y ya creo que sería más adecuado situarlo en el foro de economía (aunque política y economía están más que vinculadas) y además se agradece sobremanera que hasta ahora este hilo no se haya contaminado con la dichosa política. podrías proponer a Rankia que trasladaran el hilo a "economía", si te parece bien.   Volvemos con Enrique Dans y un artículo suyo al respecto: Ciudades, turismo y tragedia de los comunes Los efectos de una aplicación como Airbnb sobre el desarrollo y planificación de las ciudades, especialmente de las más turísticas, son objeto de  estudio y de  polémica desde hace ya algún tiempo, y conocidos por todo aquel que haya tratado de encontrar recientemente una vivienda de alquiler en el centro de alguna ciudad con atractivo turístico. El efecto de la aplicación creada por  Brian Chesky,  Joe Gebbia y  Nathan Blecharczykhace ahora ocho años parece claro y evidente: convierte la explotación de un recurso, el alquiler a corto plazo de propiedades inmobiliarias en áreas turísticas, en algo tan sumamente sencillo y rentable, que pocos pueden resistirse a su atractivo. Las zonas atractivas de las ciudades, que desde el desarrollo del turismo masivo ya sufrían una fuerte presión y, en muchos casos, corrían peligro de convertirse en auténticos parques temáticos, con negocios orientados únicamente al turista y un número cada vez menos de residentes, han visto cómo un número cada vez mayor de propiedades eran puestas en alquiler a través de Airbnb y aplicaciones similares, marcando  valores más elevados para la rentabilidad de la propiedad inmobiliaria y, en consecuencia, haciendo que muchos propietarios que anteriormente arrendaban esas propiedades a residentes se planteen utilizarlas para el alquiler de corto plazo. El proceso de turistificación, conocido desde hace décadas en casos como el del casco antiguo de Venecia, se agrava de manera significativa al poner el alquiler turístico a corto plazo al alcance de absolutamente cualquiera. La idea inicial de los fundadores de Airbnb,  dos jóvenes a los que no les llegaba el dinero para pagar el alquiler de su casa en San Francisco que decidieron alquilar una de sus habitaciones a asistentes a congresos y conferencias, ha sido en muchos casos sustituida por compañías que concentran múltiples propiedades o edificios enteros y los operan a través de la plataforma, intermediarios que gestionan propiedades de terceros, y toda una industria en torno a la actividad. En San Francisco, la primera ciudad donde la compañía comenzó a operar,  sus oficinas fueron ocupadas por manifestantes en noviembre de 2015, y el ayuntamiento puso en marcha varias  medidas de control, como el registro de las propiedades objeto de alquiler e imponiendo diversas restricciones en términos de número de noches al año y el número de propiedades que cada persona puede poner en la plataforma. Desde entonces, la compañía ha visto protestas y actuaciones en otras ciudades de las 65,000 en las que opera en todo el mundo. En la práctica, lo que estamos viviendo es ni más ni menos que una consecuencia más de la llamada  tragedia de los comunes: una situación en la cual varios individuos, motivados solo por el interés personal y actuando independiente pero racionalmente, terminan por destruir un recurso compartido limitado (el común) aunque a ninguno de ellos, ya sea como individuos o en conjunto, les convenga que tal destrucción suceda. Aunque el recurso principal en este caso sea de propiedad privada, los inmuebles, el recurso que genera las protestas puede ser interpretado como de naturaleza común: el conjunto de propiedades que conforman la oferta de alquiler de una ciudad o barrio determinado, o el modelo urbanístico al que da lugar su explotación. Resulta difícil argumentar al propietario de un inmueble en el centro de una ciudad que no va a poder optar a maximizar la rentabilidad de su propiedad por el método que estime oportuno dentro de la legalidad, pero muchos propietarios en una zona optando por ese modelo generan un modelo urbanístico de difícil sostenibilidad que resulta del agrado de muy pocos, aunque genere tasas de actividad económica elevadas. ¿Mata un modelo turístico exacerbado la vida de los barrios? Por supuesto, puede convertir una zona en un lugar en el que sea completamente imposible vivir de manera estable… pero esto ya ocurría, en algunas zonas, mucho antes de Airbnb. Personificar en la compañía estadounidense el problema es, claramente, no haberlo estudiado en profundidad. En ese problema, Airbnb es un relativo recién llegado a una situación que ya de por sí venía de mucho antes, con efectos tanto negativos como positivos. Antes de Airbnb, la actividad de alquiler de propiedades a corto plazo tenía lugar de manera irregular, generalmente ocupando el nivel bajo del espectro de oferta, y dando lugar tanto a experiencias decepcionantes como a la generación de economía sumergida. El control que aporta el uso de la plataforma permite la aparición de un catálogo que apela a los gustos de un amplio espectro de usuarios – desde el bajo coste hasta el lujo más genuino, – tiende a mejorar la experiencia gracias al uso del peer-rating system, e incrementa las posibilidades de control de la actividad económica resultante. Pero por otro lado, esa democratización del alquiler a corto plazo para ponerlo al alcance de cualquiera que posea una propiedad en una zona atractiva se convierte en un problema. La forma habitual de responder a la tragedia de los comunes cuando esta pasa a suponer un problema para la mayoría ha sido mediante el establecimiento de regulación, y así se está llevando a cabo en algunas ciudades. Pero esa regulación debe responder a muchos elementos: no sirve, como en algunos casos, responder únicamente a los intereses de la industria hotelera tradicional, ni optar por modelos tan restrictivos que den lugar a una marginalización de la actividad. Hay que entender el equilibrio que supone, por un lado, la actividad económica generada por el turismo, y, por otro, la necesidad de convertirla en razonablemente sostenible, teniendo en cuenta además la problemática específica que marca en ese sentido la existencia, en muchos casos, de una marcada estacionalidad vinculada con la actividad. La solución pasa por reevaluar un recurso, el turismo, convertido en auténtico motor económico de muchos territorios, a la luz de la coyuntura marcada por el contexto tecnológico en el que se desarrolla, un contexto que no tiene ninguna posibilidad de vuelta atrás. https://www.enriquedans.com/2017/08/ciudades-turismo-y-tragedia-de-los-comunes.html   En el artículo se menciona la "tragedia de los comunes, algo que jamás había oído y que es la base del problema de la sobreexplotación turística de las ciudades: https://es.wikipedia.org/wiki/Tragedia_de_los_comunes   Una vez más hay que mirar mucho más allá de airnbnb y entender que éste sólo es uno de los innumerables cambios que se están produciendo en los procesos productivos, relaciones laborales, revolución digital... en nuestro entorno y a los que debemos adaptarnos sí o sí, estableciendo una regulación que resulta complicada (para la que aún no hay parámetros e información suficientes) y que los políticos no parecen dispuestos a abordar más allá de sus cortas y encorsetadas miras partidistas.   Saludos comunes y trágicos.
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elalcalde68 03/08/17 18:57
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Buenas, Serra.   Continuando con la reflexión que hacía en mi respuesta #29: "Voy un poco más allá; el tema de las plataformas del tipo airbnb representan la evolución de la sociedad con la revolución digital,  la economía colaborativa,, la ¿democratización? de todo para que hasta el más plebeyo pueda acceder a todos y cada uno de los servicios por muy elitistas y caros que podamos imaginar, el low cost,... Todo ello nos ofrece el beneficio de la facilidad para acceder a servicos e inversiones, pero degrada gran parte de la cadena productiva (calidad del servicio, regulación,  reducción de costes laborales-salarios-protección de los trabajadores,...), como sucede con otros sectores productivos asaltados por una economía colaborativa llevada al extremo en su vertiente más capitalista (menuda contradicción, colaborativo vs capitalismo), tal,como sucede en el sector del taxi (uber, cabify, blablacar ..), la distribución  (amazon, deliveroo,...),...   Además la falta de regulación y la ausencia de cargas fiscales para los propietarios que no declaran beneficios provoca un perjuicio, tanto al resto de personas que sí cotizan por sus actividades lucrativas como a los establecimientos hosteleros (sujetos a la presión impositiva y la estricta regulacion) y los vecinos que sufren el descontrol de los inquilinos".     Como decía,  cabe preguntarnos si queremos renunciar a la ¿democratización? de todo y si la economía colaborativa ha dejado de ser colaborativa y ha pasado a ser única y exclusivamente una economía capitalista en su extremo más oscuro controlada por grandes empresas. Interesante artículo que leí hace un mes de Enrique Dans ( una de las figuras más infuyentes en transformación digital y cuarta revolución industrial) al respecto : Cuando la economía colaborativa no es colaborativa y cuando regular no es prohibir. Ayer, durante la mesa redonda propuesta por el Consejo Alumni de la Universidad Abat Oliva, y tras  la conferencia introductoria que ofrecí, la moderadora nos preguntó que opinábamos de las plataformas de economía colaborativa. Hay que decir que ayer era  un día marcado por la huelga de taxis en Barcelona. Los miembros de la mesa eran la que fuera presidenta de la Asociación Española de Economía Digital,  Elena Gómez de Pozuelo, el fundador de MyTaxi precisamente,  Antonio Cantalapiedra, el como yo ciudadano dublinés  Adolfo Fernandez de Google y el jefe de márketing de Caixa Bank,  Javier Mas. Las respuestas, cuando se producen desde la óptica de gente que nos dedicamos o tenemos relación directa con lo que supone esta disrupción tecnológica, la digitalización de todo y la transformación de sistemas, modelos y fracturas en las cadenas de valor, suelen ser habitualmente muy laxas con las plataformas que se denominan ‘ economía colaborativa’. Se suele contemplar a plataformas como AirBnb, Uber u otras como si fueran plataformas dónde la gente colabora con otras para que a ambas se les genere un beneficio de algún modo. Ahí está uno de los mayores errores a mi entender. Airbnb ya no es economía colaborativa. Uber tampoco. Como mucho lo serán en un porcentaje determinado cada vez menor. Ahora son espacios en los que participan revendedores, grupos empresariales, agencias de colocación, propietarios de varios coches o lo que sea. Es justo decir lo que son. Plataformas que facilitan que utilices tu casa o coche, tu tiempo libre o tu tiempo de trabajo como desees y que por ello obtengas rédito. Eso originalmente era economía colaborativa. Ellos disponen una plataforma y tu la utilizas, ellos facturan por el servicio que se genera gracias a tu producto. Pero ya no es sólo así.  Hay derivadas y negarlo por mucho que seamos ‘tecnófilos’, por mucho que nos guste defender la bonanza de una tecnología hambrienta por cambiar estructuras y guetos económicos, no ayuda en nada. Airbnb es el ejemplo más claro.  Ahora es un cúmulo de revendedores de metros cuadrados al mejor postor. Es el motor de  crecimiento del precio de los alquileres en muchas ciudades y un estímulo a prácticas ilícitas. Eso no es ‘economía colaborativa’. Tampoco Uber ni otros similares.  Se trata de plataformas que han generado una disrupción que considero positiva en sectores que, como le pasó a muchos otros, precisaban de una disrupción. El taxi la necesitaba, el sector hotelero la necesitaba, los grandes fabricantes de coches la necesitan. De ahí que deben seguir funcionando. De ahí que, por ejemplo,  los taxistas deben focalizar en ser un servicio concreto y competitivo y no procurar la eliminación de una competencia que, no se dan cuenta,  es mucho mayor de lo que creen. El rival de taxi ya no es sólo un VTC. El error de llamar economía compartida a algo que no lo es, es probablemente es parte del origen del problema. En todo caso  son plataformas que reducen aspectos que hasta ahora eran determinantes en la cadena de valor y que eliminan en la práctica intermediarios. Y lo pueden hacer porque la transacción se produce en un lugar llamado ‘Internet’.  Pensar que lo que pasa en la red requiere de una legalidad calcada a lo que pasa en el mundo físico es de aurora boreal. No es lo mismo, no hay las mismas fronteras, las legislaciones son distintas según de donde venga el último ‘bit’, las leyes de competencia son irrelevantes en muchos ámbitos y las regulaciones locales se encuentran descolocadas. Es un error considerarlo todo igual por que no lo es. No obstante, muchas de esas ‘plataformas colaborativas’ no son más que muestras importantes de la ‘economía circular’.  La utilización de espacios, tiempo, productos a fin de que la vida de los mismos sea optimizada. Sé que es coger el tema con pinzas pero es lo más parecido a la realidad actual. De ahí que mi respuesta ayer fue que 'no hay que prohibir nada, hay que regular. No es lo mismo. No hay que impedir algo que crece en la optimización de recursos y en la reducción de procesos. Que ofrece servicios y experiencias para el consumidor que eran impensables hace unos pocos años'. Cuando un taxista se queja de que los Cabify son competencia desleal, denotan el escaso interés por el cliente y por mejorar el servicio y sólo buscan mantener un status quo que pertenece a otro milenio. La transformación digital de todo, la disrupción del mundo digital en muchos campos tiene en el negocio del transporte de personas un ejemplo interesante.  El cliente es el centro, en la cadena de valor el consumidor es el protagonista y todo tiene que girar en ese sentido. Los taxistas, en sus reivindicaciones no lo hacen, en su ejercicio no lo evidencian y en su servicio no lo aportan. Ese es su problema y en la economía circular o la mal llamada economía colaborativa sí sucede desde que solicitas un vehículo hasta que te bajas de él. El debate que debe establecerse de forma seria.  No se trata de prohibir o regular como se regulaba antes. No es cuestión de poner ventajas a quienes tienen un servicio analógico frente a quien lo mueve por Internet.  Se trata de entender un mundo diferente y con reglas distintas y de ejecutar un plan para que la transición a la obligatoria convivencia de dos mundos muy distintos se produzca. Esto no lo va a parar nadie y sería bueno que se le denominara como es. Ni los que se benefician mucho de esas plataformas ni los que sufren su competencia son ecuánimes. No lo son por intereses creados. Por eso sería bueno que unos aceptasen definirse como lo que son, otros aceptaran que vivimos en un mundo distinto y, finalmente,  los legisladores deberían de dejarse de tirarse bolas de mierda en el congresos los unos a los otros y tomarse en serio de una vez, y urgentemente, el mundo que viene. Un mundo que les va a explotar en la cara y, por desgracia, no los va a despertar pero como siempre nos lo van a cobrar. https://www.marcvidal.net/blog/2017/6/30/cuando-la-economa-colaborativa-no-es-colaborativa-y-cuando-regular-no-es-prohibir   Saludos poco  colaborativos y muy empresariales.      
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elalcalde68 03/08/17 00:37
Ha respondido al tema Qué opinión os merece Airbnb?
Buenas,  Serra.   El turismo es una de las bases de nuestra economía y hay que, imarlo, pero,es cierto que se está masificando por lo que hay que regularlo de alguna forma.   Interesante opinión, que más o menos refleja lo que yo mismo pienso:   El turismo se reinventa La competencia de los alojamientos colaborativos es inaceptable   Entre los años 2000 y 2020, en todo el mundo, viajarán por motivos de turismo más personas de las que lo han hecho en toda la segunda mitad del siglo XX. En 1950, unos 20 millones de personas viajaron fuera de sus países por razones de turismo. En 2000, la cifra se había multiplicado por 35, alcanzando los 700 millones de turistas internacionales. En 2020, el número de turistas alcanzará, según la OMT, los 1.600 millones. El gasto asociado sería equivalente al PIB español. El turismo doméstico alcanza cifras similares en todo el mundo. Es decir, hoy, el equivalente a la tercera parte de la humanidad realiza estancias turísticas dentro o fuera de sus países. El turismo es una industria en alza caracterizada por el desplazamiento de personas a largas o muy largas distancias y el suministro de servicios de todo tipo a los turistas. La industria es enormemente competitiva, abierta a un ciclo global en el que la calidad del servicio y el precio son determinantes del éxito de un destino cualquiera, pero también la emergencia de nuevos destinos con ofertas innovadoras o la ocurrencia de avatares geopolíticos. España viene rompiendo sus propios récords turísticos año a año, a pesar de la crisis financiera global del pasado, y se sitúa ya por encima de los 78 millones de turistas en el año transcurrido hasta junio pasado, con una previsión que pudiera alcanzar los 84 millones para 2017. El turismo español es el más competitivo de todos los sectores de nuestra economía, por lo abierto, y, dentro del sector, uno de los más competitivos del mundo. En las últimas décadas ha mantenido un lugar preeminente en los rankingsmundiales de recepción de turistas e ingresos por turismo, compitiendo solo con Francia, los EE UU y, últimamente, con China, frente a los que no desmerece en absoluto. Su atractivo interior es también innegable ya que las pernoctaciones, por ejemplo, tanto de turistas internacionales como de residentes son, desde hace tiempo, equivalentes. En este contexto, podría pensarse que todo pinta muy bien para el turismo español. Sus márgenes, además, son brillantes en la actualidad, después de la durísima resistencia durante la crisis. Pero no es oro todo lo que reluce. El turismo español afronta riesgos externos e internos, aunque también tiene oportunidades por delante. Es bien sabido que el turismo español se centra en el sol y playa. Lejos de sumarme a la corriente que entona esta expresión de manera peyorativa, creo que hay que admitir que esta es la espina dorsal de nuestro turismo y que no solo no hay que deshacerse de ella, sino que debe ser reforzada con una oferta de mayor calidad de servicio y paisajística, descementando las playas en la medida de lo posible y avanzando decisivamente en la sostenibilidad medioambiental de una presencia que ya ha desbordado líneas rojas aquí y allá. La competencia de los alojamientos colaborativos, por otra parte, con o sin plataformas digitales, pero no regulados, es inaceptable. Quienes ejercen la actividad turística sin cumplir con las responsabilidades fiscales y regulatorias de los operadores formales deben ser perseguidos y excluidos de la actividad. O, alternativamente, la normativa debe ser adaptada por igual para todos. El turismo español lleva tiempo beneficiándose de la calamitosa dualidad laboral que se ha instalado en nuestro mercado de trabajo desde hace décadas, aunque no es el único sector que lo hace. Debe comprender, como ya lo hacen algunos de sus operadores más avanzados, que la depreciación general del recurso humano degrada también el servicio y la imagen de marca del sector y que los turistas, con el tiempo, no pagarán por ello, ni siquiera las excelentes ofertas que el sector es capaz de generar. https://politica.elpais.com/politica/2017/08/01/actualidad/1501609534_879033.html   Voy un poco más allá; el tema de las plataformas del tipo airbnb representan la evolución de la sociedad con la revolución digital,  la economía colaborativa,, la ¿democratización? de todo para que hasta el más plebeyo pueda acceder a todos y cada uno de los servicios por muy elitistas y caros que podamos imaginar, el low cost,... Todo ello nos ofrece el beneficio de la facilidad para acceder a servicos e inversiones, pero degrada gran parte de la cadena productiva (calidad del servicio, regulación,  reducción de costes laborales-salarios-protección de los trabajadores,...), como sucede con otros sectores productivos asaltados por una economía colaborativa llevada al extremo en su vertiente más capitalista (menuda contradicción, colaborativo vs capitalismo), tal,como sucede en el sector del taxi (uber, cabify, blablacar ..), la distribución  (amazon, deliveroo,...),... Además la falta de regulación y la ausencia de cargas fiscales para los propietarios que no declaran beneficios provoca un perjuicio, tanto al resto de personas que sí cotizan por sus actividades lucrativas como a los establecimientos hosteleros (sujetos a la presión impositiva y la estricta regulacion) y los vecinos que sufren el descontrol de los inquilinos.   Habría que preguntarse si queremos renunciar a todos esos benéficos que obtenemos por el low cost, la ¿democratización? de tó,  la digitalización y facilidad de acceso a cada servicio a través de Internet; poder, sí  podemos, pero..., ¿queremos?. De momento se ven afectados determinados sectores productivos y sus trabajadores (que se adapten al cambio y a la evolución,  que todos salimos beneficiados; pero.., ¿cuando el cambio afecte a mi sector, a mi puesto, de trabajo, mi salario,  mi horario..., seremos tan comprensivos con la evolución y la democratización de tó?).   Saludos democratizadores de tó, pero ¿sólo para los demás?.          
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elalcalde68 05/07/17 14:01
Ha respondido al tema Banco Popular: hipoteca cereza ¿Un banco que no existe ofreciendo nuevas hipotecas?
Buenas, Lorena.   Posiblemente lo que intenten hacer es relanzar la maltrecha imagen del Popular, pues parece que quieren mantener Banco Popular como marca "independiente" del Santander.  La cartera de hipotecas y empresas del popular era importante; además lñas hipotecas logran la vinculación del cliente por décadas, así que intentan asegurar clientes fijos.   Saludos relanzando un negocio ¿quebrado?.
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elalcalde68 08/06/17 18:32
Ha respondido al tema Vivienda sin la licencia de primera ocupacion
Buenas, Casandra.    Prueba a poner el mensaje en el foro de hipotecas y vivienda, que es el específico para tu problema, a y donde están los que más saben sobre el tema. Espero que soluciones el problema.   Saludos solucionadores.    
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elalcalde68 20/04/17 09:51
Ha respondido al tema Housfy busca reinventar el negocio de las agencias inmobiliarias
Buenas, Tino76. Básicamente el servicio de las inmobiliarias online es el mismo; lo único que varía ligeramente son las comisiones que cobran, según el tipo de gestión que hagan, aumentando el precio según añaden los servicios ofrecidos.   Las diferentes webs: -HOUSFY: https://housfy.com/ 1990 euros, precio fijo.   -CLIVENTA: https://cliventa.com/ 535 euros si se paga al contratar los servicios. 875 euros si el pago es tras la venta   -PROPERTISTA: http://propertista.com/ 3 tarifas distintas (iva aparte): 295, 895, ¿300  más 2700 tras la venta?.   -HOUSELL: http://info.housell.com/vende_piso_sin_comisiones?gclid=COynkYvCstMCFUoW0wodj90MhA Tres tarifas: 695, 995, 1495   Saludos online.      
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elalcalde68 29/01/17 01:13
Ha respondido al tema Vivienda como inversión.
Buenas, fmarcén. Te dejo dos enlaces para que hagas los cálculos, el primero de Rankia por Lorena Romero, de noviembre del 2016: http://www.rankia.com/blog/mejores-hipotecas/3377832-como-calcular-rentabilidad-inversion-vivienda El El segundo enlace de bankinter: https://blog.bankinter.com/economia/-/noticia/2015/12/10/valoracion-inmuebles-pisos-baratos-caros# Espero que te sirva... y suerte con los inquilinos. Te hablo desde la experiencia de alquilar desde hace más de una década. El fallo primordial causante la escasez de alquileres por parte de particulares es la indefensiön legal ante los impagos. Saludos rentables y legales. Respeto-Esfuerzo-Educación-Responsabilidad Saludos
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