Si creen que la unifamiliar está bien de precio, que la compren, yo no le veo ningún disparate. Su situación actual es boyante, es buen motivo para comprar. Y si lo hicieran en su primera vivienda, comprarían por el triple por lo menos.
El riesgo mayor a la economía no son ni los niños ni los despidos, es la separación. En cuyo caso únicamente debieran poner a la venta la segunda residencia (o adquirirla uno de los dos, si lo ve claro). Sería mucho peor que tuvieran un hipotecón para la vivienda común.