Bueno, este tema daría para unos cuantos post bien currados y lamentablemente hoy es domingo por la tarde, así que me permitís unos comentarios rápidos.
Lo primero, la pregunta relevante sería ¿hay mercado para todos? Lo que está claro es que, a día de hoy, no hay trabajo "por cuenta ajena" para todos porque, como ya habéis dicho, no es necesaria tanta mano de obra con la tecnología disponible. Pero las necesidades humanas evolucionan y continuamente surgen nuevas oportunidades de empleo y, sobre todo, de autoempleo. Al menos es lo que pensamos una gran mayoría de economistas (también están los partidarios del decrecimiento sostenible, estos postulan que las necesidades humanas pueden y deben ir a menos y los mercados perderían tamaño de forma sostenida en el tiempo, en este caso la economía volvería al autoabastecimiento).
Otro tema es el de la productividad, que es un concepto físico (cuánto se produce por unidad de capital o de trabajo) y no monetario (lo que cuesta esa unidad de trabajo), aunque lógicamente una cosa lleva a la otra. En una economía de servicios como la española, lo que cuesta poco vale poco. Por tanto, no podemos ligar tan alegremente el concepto de productividad con el coste del factor trabajo.
En cuanto al problema de los salarios bajos, tiene que ver con el desajuste entre oferta y demanda de trabajo (muchos candidatos para cada vacante) y con el modelo productivo que gastamos (centros comerciales, hostelería, call center, servicios de bajo valor añadido en general). Y relocalizar de nuevo las industrias en los países occidentales sólo serviría para apuntalar ese modelo, ya que lo que aporta valor a un producto no es la primera transformación sino el diseño, el montaje y la comercialización. Me gustaría poder contaros otra cosa pero esta es la realidad. No tiene sentido sentarse a llorar por las deslocalizaciones, aunque estas no se mantengan a largo plazo (ahora China juega a deslocalizar en Africa).
Por último, un apunte positivo sobre la cuestión tecnológica. La Revolución Industrial que se llevó a la gente del campo a la fábrica implicó un cambio traumático en el estilo de vida de las personas y la sustitución progresiva de trabajadores por máquinas. El cambio tecnológico de los últimos veinte años no ha provocado pérdidas de trabajo por sí solo, al contrario, ha facilitado que la productividad del factor trabajo sea mayor (pensad sólo en las ventajas de la ofimática o de Internet). Y todavía hay mucho margen para que la productividad siga creciendo porque todavía, en el siglo XXI, hay gente emitiendo facturas en Word y recibiendo pedidos por fax. Los costes no laborales (energía, suministros, logística) todavía pueden ser recortados. Y hasta que Google no se ponga a darnos de comer, el factor humano va a ser el que aporte el valor añadido al producto.
Un gran tema para trabajar a fondo.
Saludos y buena semana.