Caja Madrid aprobó el uso de tarjetas para gastos de “representación” en un consejo con Aguirre y Blesa presentes
El 30 de octubre de 1995, el consejo de administración de Caja Madrid aprobó dotar a los integrantes del consejo de administración de "tarjetas visa de empresa", según el acta al que ha tenido acceso infoLibre
La decisión de adoptó por unanimidad bajo la presidencia de Terceiro, pero no contemplaba cubrir gastos personales como ha pretendido argumentar Blesa
http://www.infolibre.es/noticias/politica/2014/12/29/caja_madrid_aprobo_uso_tarjetas_para_gastos_quot_representacion_quot_consejo_que_participaron_aguirre_blesa_25873_1012.html
El 30 de octubre de 1995, el consejo de administración de Caja Madrid, presidido por Jaime Terceiro y que contaba con Esperanza Aguirre y Miguel Blesa entre los consejeros presentes, aprobó dotar a los integrantes del consejo de administración de "tarjetas visa de empresa", según el acta al que ha tenido acceso infoLibre.
En el documento se especifica, además, que estas Visa se asignarán a los miembros "del consejo de administración y de la comisión de control exclusivamente para gastos de representación", tal y como se puede leer en el acta de ese día, en el que también se da cuenta de las condiciones establecidas para los consejeros por su pertenencia a los órganos de gobierno de la caja y su grupo de empresas. Las actas han sido aportadas al sumario del caso por el propio Blesa, pero también a petición de la acusación de 15MpaRato.
Y estos beneficios de los que podrían aprovecharse los consejeros, entre los que se encontraban la expresidenta madrileña y Blesa, eran "la percepción de dietas por asistencia a reuniones; la percepción de pólizas colectivas de seguros: sanitaria, de responsabilidad civil y de vida; una línea especial de préstamos para adquisición de vivienda y para atenciones diversas; y dietas por asistencia a reuniones de los consejos de administración de las sociedades del grupo".
En 1995, el Partido Popular ganó por segunda vez las elecciones municipales en Madrid con mayoría absoluta. Esperanza Aguirre fue designada primera teniente de alcalde y portavoz del Grupo Municipal. Precisamente, en 1995 Aguirre fue nombrada consejera de Caja Madrid, en representación del Consistorio madrileño.
Tan solo un año después, coincidiendo con la presidencia de Blesa, Aguirre abandona la caja al ser designada ministra de Educación tras la victoria de José María Aznar en las elecciones generales.
Además de Aguirre y de Blesa, entre los consejeros presentes en aquella reunión de 1995 se encontraban el representante de IU José Antonio Moral Santín y del PSOE Antonio Romero. Pero también otros como Juan José Azcona, Ramón Espinar, Guillermo Marcos Guerrero, Alberto Recarte y Ricardo Romero de Tejada. Todos ellos se beneficiaron de las denominadas tarjetas B, según la instrucción llevada a cabo por el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.
El informe de la auditoría interna de Bankia sostiene que la utilización de estas tarjetas "no aparece conectada con los gastos de representación o relacionados con actividades profesionales de los disonantes, como por ejemplo los cargos elevados por compras de alimentación, grandes superficies, ropa o retiradas de efectivo".
Así, la documentación aportada por Bankia pone de manifiesto que los consejeros de Caja Madrid gastaron entre 2003 y 2012 más de 15 millones. No hay datos sobre si Aguirre utilizó la tarjeta, ya que su etapa en la entidad no está incluida entre los años sobre los que sí hay datos en el sumario.
Precisamente Blesa, en su declaración del 16 de octubre como imputado por un delito continuado de administración desleal, justificó que se trataba de un complemento retributivo "institucionalizado" y de "libre disposición" desde 1988, bajo la presidencia de Jaime Terceiro. Y para demostrarlo, el expresidente de Caja Madrid aportó unas actas del 24 de mayo de ese año y del 20 de junio de 1994, en un intento de demostrar que las tarjetas se crearon para fines personales.
Gastos de representación
Pero la lectura de las actas hizo que la Sala de lo Penal, que rechazó el recurso de Blesa por la fianza de 16 millones que le impuso el juez Andreu, confirmara que ninguno de los acuerdos adoptados y reflejados en las citadas actas autorizaba el pago por parte de la entidad de otros dispendios que "no sean los derivados de gastos de viaje y representación o los ocasionados como consecuencia del ejercicio de sus funciones".
Así, un acta de 20 de junio de 1994 constata que el consejo de Caja Madrid avaló que el departamento de Recursos Humanos fuera el encargado de hacer la propuesta de quiénes debían recibir las tarjetas, siendo el Comité de Medios el que debía resolver la aprobación de gastos de viaje y representación. Y el 30 de octubre de 1995, añadía el auto de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, se hizo referencia "únicamente a la existencia de una tarjeta Visa exclusivamente para gastos de representación".
"Resulta pues evidente que en aquellos consejos en ningún momento se aprobó el abono de gastos de los consejeros de carácter personal y ajenos al ejercicio de sus funciones dentro de la entidad o la entrega a los mismos de tarjetas a tales fines", de forma que "ninguno de los acuerdos alcanzados" amparó "la emisión, entrega y uso que se hizo de las tarjetas", especifió la Sala de lo Penal en su auto.
Reorganización
En la reunión del 30 de octubre de 1995 también se constituyó la nueva comisión ejecutiva, se designaron sus miembros y se ratificaron las normas de funcionamiento de la citada comisión. Los nombres más conocidos de dicha comisión ejecutiva eran José Antonio Moral Santín, Miguel Blesa y Ramón Espinar. También se aprobó una profunda reorganización de las diferentes áreas de trabajo de Caja Madrid.
El acta de la reunión muestra que Blesa tomó la palabra para preguntar sobre las competencias del propio consejo "en cuanto a los nombramientos, cuáles estaban delegadas y si es o no necesario que la decisión la tome el consejo de administración". Y Terceiro explicó que los nombramientos eran competencia de otros órganos como la comisión ejecutiva y el comité de dirección, dando cuenta al consejo de administración.
Desconocía las competencias
Entonces tomó la palabra la propia Aguirre, concejal del Ayuntamiento de Madrid, asegurando que desconocía las competencias en la designación de personas "y que por eso le preocupaba la responsabilidad que en la misma está asumiento el consejo de administración".
Aguirre mostró también su malestar porque en el nuevo organigrama de la entidad financiera madrileña no existía la unidad de análisis de Riesgos y Recuperaciones, "y eso le preocupaba de alguna manera, sobre todo saber quién va a informar y proponer a los órganos de gobierno las operaciones de riesgo".
Pese a estas palabras, el consejo de administración acordó "por unanimidad dar su conformidad a la totalidad de la propuesta presentada por el presidente, así como al organigrama derivado de la misma". Por eso el consejo, con Blesa y Aguirre, aprobó el uso de las tarjetas, aunque solo para gastos de representación. Nunca para gastos personales, tal y como ha denunciado la Fiscalía Anticorrupción.
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Y luego saldrá de alcaldesa. Los planes de exiliarme cada vez los tengo más claros.