En los últimos años hay una gran información sobre los fondos de inversión y es fácil de conseguir. Por ello en este post lo que pretendo es contar un poco la historia de este vehículo de inversión y los motivos por el que durante años ha sido la “oveja negra” del sistema financiero. Una historia basada en la relación diaria que he tenido con estas entidades y los hechos que han contribuido a sus éxitos y fracasos. Estos hechos están estrechamente relacionados con la evolución del sistema financiero español. Mis vivencias en el sector son casi desde sus inicios (en el año 1972) cuando en España se comercializaban solamente 16 fondos de inversión.
La legislación de los fondos de inversión en España da el pistoletazo de salida en 1964 y las entidades empiezan a comercializarlos con una reglamentación bastante buena para su época, ya que los aspectos básicos casi todos están dentro de la normativa legal actual. Solo recuerdo un gran cambio y fue el de la liquidez, en este apartado los fondos podían tener hasta un 30 % en liquidez y no era mala idea debido a la estrechez de la Bolsa española. En la primera caída de bolsa que vivieron los fondos (año 1973) el titular de economía de aquella época intentó frenarla inyectando dinero en el mercado a través de los fondos, situando la liquidez en un máximo del 10 %. Como es de suponer, fue como echar agua en el desierto y no tuvo ningún éxito. En pocos días, la bolsa aceleró su caída y desapareció una parte importante del dinero de los fondos. Este fue el primer revés importante de los fondos de inversión en España.
Los fondos nacieron como siempre ocurre con estos productos, debido a una moda. La favorable evolución de la economía americana y la gran rentabilidad de sus fondos, ya que allí eran muy veteranos y tenían un amplio mercado. Se intentó importar este éxito de las bolsas de otros países desarrollados y aplicarlo a la bolsa española.
Copiarlo simplemente sin ninguna base de los comercializadores ni de los pequeños inversores y con las características de la bolsa española, no podía acabar bien en la crisis de 1973 conocida como la crisis del petróleo. Durante esta crisis se decía que en el año 2.000 no habría petróleo en el mundo. Pero lo peor fue que no se hacia la Asignación de Activos y los pocos fondos que había eran todos de renta variable. Aquí es muy válida la famosa frase de Gordon Gekko’s, de la película Wall Street ”porque ellos son ovejas, y las ovejas van al matadero”.
En esta época algunas instituciones como Banco Urquijo (la aristocracia de la Banca privada de la época) tenía a punto de sacar al mercado Fondos de Inversión inmobiliarios, que no llegaron a ver la luz. Estos fondos tenían éxito en países con tradición de alquiler y en España todo el mundo quería comprar inmuebles. La legislación no llegó a salir y en el mercado se comercializaron algunos productos inmobiliarios de estas características y no estaban reglamentados por lo que acabaron en quiebras.
El estado español no tenía delimitadas las magnitudes monetarias y en1985 las fijó Miguel Boyer, entonces ministro de economía; este paso fue muy importante, porque dos financieros de la época muy conocidos actualmente, importaron de EEUU el conocimiento de los fondos monetarios, como la inflación era muy elevada, estos fondos estuvieron varios años nutriéndose de Pagarés del tesoro entre 12 y el 15 %. Así nacieron los fondos monetarios y cubrieron este hueco.
En estas fechas los inversores de fondos están volcados en activos monetarios y los avances de Miguel Boyer en las magnitudes monetarias permiten que España pueda financiarse a largo plazo y dejar la dependencia del Banco de España.Los inversores acostumbrados a invertir a tipos altos a corto plazo y ven que estos tipos empiezan a menguar, encuentran interesante los productos de renta fija a largo plazo y siguen sin estar presentes en el mercado de renta variable.
En 1992 Dinamarca dijo "no" en el referéndum que debía ratificar el Tratado de Maastricht sobre la unión europea. Esto fue otro revés a los nuevos fondos de renta fija. Por primera vez España sabía que eso de la renta fija tenía esas oscilaciones, esto vuelve a coger a inversor español con el pie cambiado. La cuestión era la misma, había pasado de estar en renta variable a estar todo en renta fija. El problema seguía siendo el mismo, las gestoras de fondos no tenían una adecuada la Asignación de Activos.
A principios de 1994 los fondos se ven afectados por las subidas de tipos de interés. Llegamos a 1994 con una gran desproporción en los activos de los fondos ya que a medida que bajaba la inflación, los fondos de renta fija tuvieron un gran crecimiento; la crisis con epicentro en Méjico creó una tormenta financiera conocida como “efecto tequila” y volvió a sorprender al poseedor de fondos de renta fija. Solo se salvaron unos 4 o 5 fondos y no fue por hacerlo bien, sino todo lo contrario, por tenerle miedo a la renta fija y estaban posicionados en productos monetarios. En este año sobre el 90 % de los activos financieros estaban invertidos en renta fija, de ellos el 53 % en renta fija a corto plazo.
Cuando los inversores vieron que la renta “fija no era tan fija” pasaron a renta variable y cuando los fondos estaban más maduros la crisis del 2.000 volvió a hacer estragos. Esta vez en Renta Variable y muy posicionados en mercados emergentes. Es por esta época cuando los fondos de inversión empiezan a tener cierta relevancia y a tener un patrimonio en relación al PIB similar a otros países de nuestro entorno. Aunque de forma cuantitativa en esta década tuviésemos cifras similares en cuanto a PIB, seguíamos con una mala comparativa en cuanto a la gestión cualitativa y esto vuelve a ser evidente en la crisis del año 2.000, mientras que los demás países siguen manteniendo esta ratio, nosotros la perdemos, porque las crisis nos atacan de forma más dura y se producen grandes reembolsos en los fondos de inversión.
La gran expansión de la economía en los años 2003-2007 fomentó el crecimiento de los fondos de renta variable consiguiendo su máximo histórico; más tarde, se ven muy afectados por la crisis del año 2007. La crisis de liquidez provocó una subida de tipos y un trasvase de dinero de los fondos de inversión a los depósitos bancarios.
Situación actual.
A final del 2014 el patrimonio de los fondos era de 200.000 millones de euros con un crecimiento muy importante en los últimos dos años. No obstante, el 50 % está en fondos monetarios, renta fija y fondos garantizados; además el 19 % en fondos mixtos. A finales de 2013 había el 62 % en renta fija con garantizados y el 9 % en fondos mixtos. Por lo que siegue habiendo un fuerte perfil conservador en las carteras de fondos.
La rentabilidad media anual para el total de Fondos se ha situado en el 3,70%.
Naturalmente que esta bajada no fue solo con los fondos, la inversión directa por el inversor particular aún fue más dura ya que además del riesgo sistémico la escasa diversificación y falta de conocimiento de los productos fue peor que en la inversión colectiva. Exponerlos con los fondos es mejor porque se conocen mejor las cifras, pero la historia demuestra lo mal que se hizo por todos los componentes del sistema financiero.
Como se puede ver la evolución de la inversión colectiva está en fase de un gran dinamismo, lo que ha convertido a los fondos de inversión en uno de los vehículos preferidos por los inversores para canalizar su ahorro. El aumento de la cultura financiera ha sido un factor determinante para el crecimiento de este tipo de inversión que además cuenta con ventajas fiscales. El ahorro de las familias que proviene de los depósitos, está rotando hacia los fondos de inversión aunque los inversores han de saber que en estos productos tienen una mayor volatilidad.
Tanto por la diversificación como por las ventajas fiscales, el patrimonio de los fondos seguirá un camino ascendente y las dificultades principales que se han visto durante la historia de los fondos, principalmente la asignación de activos no serán tan decisivas ya que en el mercado español han entrado muchas gestoras extranjeras con todo tipo de productos para lograr una correcta diversificación para sortear las próximas crisis de los mercados.