Aprovechando las noticias de lío de Vueling, pretendo una reflexión sobre la “salvaje” reducción de costes en prácticamente todas las grandes empresas.
Es un hecho que las economías occidentales (y la U.E. lo considera de manera especial) priman el concepto “competencia”, considerando que “las leyes del mercado” de forma automática regularan dicho mercado. Si a ello le sumamos, en general, primamos el precio sobre otras cuestiones, que son igual de relevantes, yo me atrevo a decir que no “son igual de relevantes”, son “más relevantes” que el precio, sin embargo se me indicará que si puedes considerar otros conceptos antes que el precio, será porque cuentas con unos ingresos que te lo permiten, y esto no es lo que le ocurre a la mayor parte de la ciudadanía, ya que es un hecho que hemos llegado a un punto en el que, gentes con trabajo no llegan a final de mes, cosa que eran contados los casos hace unos pocos años.
Puede que sea así, aunque al mismo tiempo para vivir adecuadamente no hacen falta ciertas cosas, al menos en mi opinión, supongo que es cuestión de prioridades, por ejemplo, para mí tener una tele curva, o un Ipad de última generación, ir en un coche “de marca”, tipo cuatro aros, o un círculo con dos semicuadritos azules y otros dos blancos, pues no es prioritario.
Estamos considerando normal, acudir a nuestra oficina bancaria y que falten uno, dos o más empleados, porque están de vacaciones, de baja, y no hay ninguna sustitución, con suerte si la baja es larga, puede que les manden a algún empleado a través de E.T.T., y en muchas ocasiones por unas horas. Lo mismo ocurre en sucursales de compañías de seguros, lo cual no es tan habitual de observar, ya que nuestro contacto suele ser un agente de dicha compañía, y raramente acudimos a una oficina dependiente de la propia aseguradora.
Como por lo que parece, en la parte de los ingresos poco se puede actuar, y menos en un entorno de crisis, ya que subir los precios (que si suben) no es suficiente ya que la apatía de la actividad, de las ventas, no queda compensada con suficiencia o, al menos no cubre las necesidades de aumento de ingresos. Con lo cual “se ataca” de manera bestial, a los gastos, se reducen las plantillas al mínimo, los gastos generales también, etc., pensado (en mi opinión) en aquella máxima de que “lo que se paga una vez es barato, y lo que hay que pagar cada mes es caro”. Es evidente que al personal se le tiene que pagar cada mes, por tanto “es caro”.
En el caso concreto de Vueling, parece que la extrema reducción de gastos es una gran parte del problema, no la “historia” de la huelga de los controladores franceses, que evidentemente afecta, porque si las aeronaves deben cruzar su espacio aéreo, y los controladores están a “medio gas”, los aviones no podrán cruzarlo, al carecer de autorización para ello.
Contra lo que suele ser habitual en estos caso, no estamos ante una compañía con problemas de solvencia, Vueling apunta a tiene unas cuentas saneadas, y además han conseguido los resultados económicos que tenían previstos para dentro de 4 o 5 años, por tanto “problemas económicos”, no parece.
Los ciudadanos, y lo siento, somos en gran parte responsables de estos líos. Sí, siento ser tan duro, pero las cosas son como son, y somos responsables como colectividad, de manera individual solo podemos aportar nuestro granito de arena, recordando que granito a granito, se forma el montón.
Si solo nos interesa el precio, pongamos de un artículo textil, sin preocuparnos de dónde se fabrica, y bajo que condiciones laborales, nuestra compra alimenta que sigan quebrantándose los derechos laborales, y no solo eso, sino incluso la seguridad y las condiciones de salubridad de tales trabajos.
Si cuando sufrimos un agravio en temas de consumo, nos limitamos al “pataleo”, a la que los del sur de la U.E., somos muy amigos, un lugar de iniciar las reclamaciones como se debe, en definitiva “ponernos el mono de trabajo”, nada va a cambiar.
Los que seguís este modesto blog, ya sabéis mi opinión al respecto:
Mientras el tratamiento de las reclamaciones sea más barato que cambiar los sistemas, éstos no van a cambiar. Por el contrario cuando el tratamiento de tales reclamaciones se convierta en más caro que cambiar los sistemas y servicios, garantizo que si cambiarán.
Y para finalizar, recordar una frase de Thomas Edward Lawrence (Lawrence de Arabia).
Por ahorrar dinero, la gente está dispuesta a pagar cualquier precio.
Y esto no es nuevo, Lawrence falleció en mayo de 1.935 ¡hace 80 años!