Igual se descubre un método para procurar la fusión nuclear fría mañana mismo que genere más energía que la que consume. Sería un tremendo cisne negro para muchísimas empresas y materias primas y revolucionaría el uso de la energía en el mundo. Tendríamos una nueva panacea energética que nos procuraría la abundancia absoluta, la solución de los males de la economía moderna, la erradicación de la pobreza y la solución al estreñemiento crónico de los pigmeos con una dieta basada en la algarroba.
La fusión fría es la energía del futuro. Era la energía del futuro hace cincuenta años, cuando la fisión nuclear era la que ofrecía la panacea energética en su día. Hoy, cincuenta años después, sigue siendo la energía del futuro. Y creo que cuando me muera seguirá siendo la energía del futuro, me temo. Pero sí, no me quiero pasar de cínico, hay que seguir investigando en ella. Eso sí, sin perder de vista que el homo tecnologicus está aún poco maduro para manejar esta prometedora fuente de energía que, cuando se consiga domar, veremos como las palabras "monopolio" y "soberanía" seguirán estorbando para aplicar los limpios ideales que la fusión nuclear ha ayudado a alimentar.
Pero mientras la fusión fría no sea una realidad no doy un duro por Areva y su futuro bursátil. De las posibilidades que la energía nuclear de fisión puede procurarle a la empresa prefiero ni hablar: hablan los hechos.
Areva, cuyo nombre deriva del Monasterio Trapista de Santa María en Arévalo, Ávila, España, Ha presentado unos adelantos de ingresos que según los gestores son mejor de los esperados, pero es que ya nos poníamos en lo peor. Los resultados anuales, junto con un guidance y los "anuncios estratégicos" vendrán el 4 de marzo. Me extrañaría mucho que no anunciaran para entonces una ampliación de capital de campeonato.
Y es que el mercado está empezando a descontar posibles malos resultados y muy probables malas noticias. No me extrañaría que los 4.400 millones de deuda viva que tenían en 2013 se incrementaran notablemente. Está desligándose del CAC 40, el índice francés, a ojos vista. Tampoco es una sorpresa, la evolución del spread entre ambos valores durante el último años es bien clara.
Las amenazas posibles sobre este spread, aparte del descubrimiento de la panacea energética, son una inyección de capital inesperada por parte del gobierno francés, principal accionista de la empresa, y una resolución en los tribunales favorable a la empresa del litigio que mantienen sobre Olkiluoto con el operador finlandés de electricidad. [EDITO: Unas eventuales buenas noticias sobre la resolución de este litigio tendrán un impacto nulo, puesto que la empresa no ha realizado previsión alguna para el eventual caso de que su conflicto sobre Olkiluoto le saliera a pagar, bajo la peregrina tesis de que "la acusación carece de fundamento". En cambio, una sentencia desfavorable sería una bomba para su cotización, puesto que Areva no ha provisionado ni un euro para esta contingencia].
Por lo demás, le veo bastante futuro a la operación como para ir verdeando durante unas cuantas semanas y beneficiarse de unas probables malas noticias el 4 de marzo.
A los precios actuales, para abrir el spread por cada futuro del CAC se venderían 5.000 Arevas. O bien, por cada CFD sobre el índice francés se venderían 500 cfds de la empresa.
Sean prudentes.
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