Recogiendo el guante que me echa Llinares respecto a cómo defendernos de la hiperinflación, aquí van una serie de ideas mías respecto a la hiperinflación:
Probabilidad de una hiperinflación
Los argumentos que aporta Llinares respecto a que la hiperinflación podría ser un método de los gobiernos para librarse de las deudas a base de imprenta y helicóptero son sólidos, pero no podemos olvidarnos ni del "podría" ni del "un método" ("un" significa que podrían haber otros). Todo el mundo sabe que la hiperinflación tiene unos efectos secundarios muy negativos, por lo que algunos considerarán la hiperinflación como un último recurso... y otros directamente considerarán la hiperinflación como inaceptable.
Además, la probabilidad de una hiperinflación no es igual para todos: En USA tienen a "Helicopter Ben" a los mandos de la FED, famoso por su "speech" Deflation: Making Sure "It" Doesn't Happen Here, en la que argumentaba a favor de tomar todo tipo de medidas extremas para obligar a los precios a subir; en principio, no hasta niveles de hiperinflación, sino hasta una inflación cómoda; pero si le cogen el gusto, luego no es fácil parar...
Sin embargo, en Alemania el enemigo no es la deflación, sino la hiperinflación; ha pasado casi un siglo de la hiperinflación en la República de Weimar que sufrieron, pero todavía se acuerdan y la temen; y nosotros estamos monetariamente regidos por un BCE bajo control alemán, cuyos estatutos especifican claramente que su objetivo es no permitir, a cualquier precio, que la inflación supere el 4%; y ya han demostrado que están dispuestos a pagar cualquier precio con tal de controlar la inflación... por lo tanto, mientras que la hiperinflación no me resulta difícil de imaginar en USA, veo muchísimo más improbable una hiperinflación en Europa.
Por otra parte, como bien explica Tomás (Mr. Bernanke: read this, please), no es lo mismo meter el dinero en los bancos que tirarlo en helicópteros; mientras que el helicóptero sí genera hiperinflación, las inyecciones no, porque el dinero no llega al consumidor; puede provocar subidas especulativas en las commodities, pero estas subidas reducirán la capacidad de gasto del consumidor (con el agravante de la nula capacidad de endeudamiento actual)... y con las tasas de paro actuales, va a ser difícil que los salarios suban. Por lo tanto, aunque estemos pensando en inflación... en realidad ni siquiera podemos descartar la deflación.
Preparando la defensa contra la hiperinflación
De esto iba la historia, ¿no? de prepararnos para una posible hiperinflación. Pero como ya he comentado que la hiperinflación en Europa no es un escenario muy probable, mi premisa va a ser que tenemos que preparanos para la hiperinflación pero sin palmar si es que no llega...
Bolsa e hiperinflación
Una de las ideas contra la hiperinflación de Llinares era invertir en acciones de empresas buenas pero muy endeudadas, para aprovechar la pérdida de valor de su deuda; los casos más claros en España serían Sacyr y ACS, apalancados sobre Repsol e Iberdrola, pero también otras constructoras (Ferrovial y Acciona) encajarían bien en este perfil...
Sin embargo, ir buscando deudas no es una estrategia que me guste; si fuéramos a un escenario de deflación, estaríamos jodidos!! E incluso, aunque llegue la hiperinflación, nuestra estrategia podría no sobrevivir si viene precedida de un "credit crunch"... cosa que últimamente no es raro ver.
En mi opinión, si quiero aprovechar bien la posibilidad de una fuerte subida de bolsa, hay un instrumento financiero ideal para eso: las opciones call compradas, opciones call con vencimientos tan lejanos como sea posible. Y si somos ventajistas profesionales, compraremos opciones de donde la hiperinflación es más probable: USA. Y para seguir acumulando ventajas, elegiremos opciones sobre el Dow Jones, ya que son empresas más internacionalizadas y que se resentirían menos que el S&P500 (con mayor exposición a USA) de la crisis acarreada por la hiperinflación.
Y para darle un toque elegante a la estrategia y sumar otra valiosa ventaja, en vez de comprar opciones call "reales" compraremos opciones call "sintéticas", que consisten en comprar puts y a la vez comprar futuros, de forma que por abajo lo que pierde el futuro lo gana la put (pero pierdo la prima), y por arriba las ganancias con el futuro son ilimitadas, mientras que con la put sólo pierdo la prima, que es un importe fijo. En teoría, comprar call "reales" o "sintéticas" es indiferente, puesto que el resultado final sería el mismo; pero hay una diferencia muy importante en la forma, y es que con calls compradas no recibimos cash, sino que tenemos una opción que cada vez vale más dinero, mientras que con put+futuro comprado, cada día nos liquidan los beneficios... hablamos de un entorno de hiperinflación, así que es crítico cobrar cuanto antes, porque el dinero va a valer cada vez menos!! Y ese dinero se puede gastar en comprar comida, acciones, o lo que sea... lo principal es convertirlo cuanto antes en algo que no pierda (mucho) valor con la hiperinflación!! No es lo mismo, ni parecido, ganar un 1000% cobradero al final que ganar ese 1000% haciendo caja a diario. Y con otra condición: ¿qué garantías de contraparte tenemos en una hiperinflación? Si los mercados financieros quiebran, podríamos quedarnos con una call en la mano que vale mucho dinero pero que no cobraremos... mientras que con puts+futuros, en caso de que la hiperinflación haga quebrar al mercado, habremos cobrado hasta el último día, y sólo nos tendrían retenido un mínimo importe en concepto de garantías que probablemente aún podríamos recuperar (ya que las garantías no nos las tiene que pagar nadie, sino que son nuestras).
Otras inversiones contra la hiperinflación
Inmuebles: no me gustan. Si hay hiperinflación, el inmueble conservará su valor, pero... ¿generará una renta? En el mejor de los casos, tendremos problemas para actualizar los alquileres al ritmo de la inflación, porque cobraremos noviembre y diciembre a precios de principio de año; en un caso más realista, la probabilidad de impago es alta en una crisis con hiperinflación. ¿Y si no hay hiperinflación? Pues probablemente tendremos una "década perdida" con esa inversión... y encima, los costes de compraventa de un piso pueden suponer un 15% del precio!! Los costes son lo único seguro en una inversión, y tener que levantar una pérdida inicial de un 15% es demasiada desventaja...
Metales preciosos: mucho mejor... costes de transición mínimos; beneficiarios directos de la diferencia entre tirar el dinero por un helicóptero o inyectarlo a los bancos; y encima, Llinares ha descrito en su post una magnífica estrategia para apostar por ellos sumando ventajas... ¿alguien da más? Pues sí: que es una jugada que puede salir bien incluso sin hiperinflación, basta con que se mantengan las inyecciones... y esperar que las ventajas de la estrategia descrita sumen algunos (bastantes) puntos de rentabilidad adicional.
Miel: todos somos un poco irracionales, y aunque yo entiendo la lógica detrás de esta propuesta, no puedo evitar recordar algunas cosas...
Y para el que no conozca el capítulo: al final llueve, y el azucar se disuelve... y se queda sin nada. Así que, en mi caso, casi que voy a pasar de esta alternativa... con las huertas de mi padre y mi suegro, no creo que llegue a faltarme la comida.
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