Todos estamos muy concienciados en que hay que dejar los combustibles fósiles antes de que ellos nos dejen a nosotros, para evitar que nuestra dependencia desemboque en un brutal síndrome de abstinencia. Al proceso se le llama transición energética y en ello llevamos ya unas cuantas décadas
Para conocer la dimensión del problema energético al que se enfrenta el mundo, hay que tomarle la medida a la dependencia de nuestra civilización del petróleo para su sostenimiento. Aunque el petróleo impregna nuestras vidas como el chapapote de un vertido cubre al cormorán, para la mayoría, nuestra experiencia con el petróleo es tan solo el olor de la gasolina