Si existe un país en el mundo que hace años estaba en contra de la evasión de impuestos y atacaba directamente a los conocidos paraísos fiscales, es Estados Unidos. Pero, ¿qué ha ocurrido recientemente para que la cosa haya cambiado tanto? En los últimos años, las grandes fortunas del mundo están trasladando sus riquezas a Estados Unidos, ya que allí tienen garantizada la privacidad.
El director de Rothschild, Andrew Penney, ofreció una charla hace algunos meses, en la que desgranaba este tema, haciendo ver que Estados Unidos se ha convertido en el mayor paraíso fiscal del mundo actualmente. De esta forma los ricos del mundo evitarían pagar impuestos en sus países.
Para entender bien la situación habría que ponerse en antecedentes. Ya que, Estados Unidos ha sido un país extremadamente crítico con este tipo de prácticas. Obviamente, las riquezas del país trasladaban sus capitales a paraísos fiscales como Suiza o las Islas Caimán para evadir impuestos. En estos momentos, la cosa ha cambiado significativamente, ya que los expertos financieros recomiendan trasladar los fondos depositados en los tradicionales paraísos fiscales a lugares como Nevada o Dakota del Sur.
Lo que ocurre es sencillo, y es que Estados Unidos no ha estado por la labor de acogerse a las normativas internacionales relacionadas con la divulgación de información. De esta forma, un país tan crítico con estas cuestiones da un giro de tuerca y se convierte en todo un paraíso fiscal.
Las grandes empresas financieras del mundo están abriendo sedes en Reno, Dakota del Sur y otras ciudades similares para centrar en estos entornos sus operaciones con las grandes fortunas.
Según algunos asesores financieros, la cuestión radica en la necesidad que tienen los propietarios de grandes fortunas de mantener su privacidad en secreto, para evitar posibles secuestros o extorsiones. Por este motivo, consideran necesario proteger su riqueza. Lo que no cuentan estos expertos financieros es la facilidad que existe en estos casos a la hora de evadir impuestos y evitar pagos cruzados. Estos asesores se amparan en que no resulta ilegal llevar los fondos de sus clientes a Estados Unidos.
Según cuenta Gabriel Zucman, profesor de economía de Berkeley, los paraísos fiscales no van a desaparecer con tanta facilidad, ya que los bancos suizos todavía albergan unos 1.700 millones de euros de sus clientes extranjeros.
Reno, Nevada: el paraíso fiscal ideal
Rothschild ha establecido su centro de operaciones en Reno, en la planta número 12, de la antigua sede de Porsche. Desde allí, sus asesores se encargan de garantizar la privacidad de los clientes que mantienen las grandes fortunas mundiales, ofreciendo soluciones de traslado de capitales a bancos de la zona. Aunque, también indican que tienen especial cuidado con clientes que proceden de países en los que la corrupción es un problema grave. Por este motivo, antes de aceptar a un nuevo cliente elaboran un estudio que matice debidamente que todos los asuntos fiscales del cliente en cuestión están en perfecto estado.
Hasta el pasado año 2007 Suiza era la cuna de los paraísos fiscales, gracias al secreto bancario. En este año, Bradley Birkenfeld, banquero de UBS, denunció que su banco colaboraba con sus clientes para evadir impuestos. Este escándalo salpicó a un buen número de entidades suizas que, obviamente, tuvieron que hacer frente a sanciones millonarias. En este sentido, Rothschild Bank acordó una sanción de 717 millones de euros con las autoridades americanas, tras reconocer su implicación en este tipo de asuntos. También se vieron obligados a cerrar unas 300 cuentas de clientes extranjeros.
Estados Unidos, comprometido con la disolución de estas prácticas, aprobó la ley FATCA. Esta ley obliga a las entidades a notificar las cuentas de los ciudadanos estadounidenses que se hallan en el extranjero. Las multas, en el caso de no cumplirse la ley, son elevadísimas.
Siguiendo la línea de la ley FATCA, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), sacó algunas normas bastante más exhaustivas que permitirían poner en la palestra a los evasores fiscales. La aplicación de estas normas comenzó en 2014, con el acuerdo de los 97 países pertenecientes a este organismo, excepto cuatro excepciones: Estados Unidos, Nauru, Vanuatu y Bahréin.
Lo que extraña es que, precisamente, Estados Unidos, decida no acogerse a la normativa de la OCDE, cuando se trata de un país que ha luchado para evitar los paraísos fiscales y la evasión de capitales.
Lo que ocurre con esto es que el negocio de los asesores financieros ha hallado una inmensa oportunidad de negocio, ya que han dado con diversas fórmulas que, rayando la legalidad vigente, permiten acercar las grandes fortunas a bancos americanos y, permanecer en el anonimato. Según Penney, Estados Unidos no está por la labor de hacer cumplir las leyes de los países extranjeros. Esto, obviamente, deja un amplio agujero a la evasión fiscal. Un agujero por el que, al parecer, es fácil colarse y salir indemne.
Esto ha provocado que las cuentas bancarias que se trasladan a Estados Unidos desde Suiza y otros paraísos fiscales más tradicionales sea cada vez mayor. Y por lo que cuentan los expertos, EE.UU. no va a cambiar tan fácilmente debido a las presiones de los lobbiesfinancieros.
Según datos de la ONU, cada año entran en Estados Unidos 1.400 millones de euros, con la finalidad de conseguir la privacidad tan deseada y la evasión de impuestos en los países originarios de estas fortunas.