El que conoce a los demás es hábil. (conoce la psicología de la masa)
El que se conoce a sí mismo es sabio. (conoce sus virtudes y defectos)
El que vence a los demás es fuerte. (porque posee una buena estrategia)
El que se vence a sí mismo es poderoso. (la disciplina para ejecutar la estrategia es indispensable para el éxito)
Acomete la dificultad por su lado más fácil. Ejecuta lo grande comenzando por lo más pequeño. Las cosas más difíciles se hacen siempre abordándolas en lo que es más fácil y las cosas grandes en lo que es más pequeño.
(El lado más fácil de analizar y menos manipulable es el gráfico de las cotizaciones de una empresa. El objetivo marcado en la estrategia anual hay que conseguirlo dividido en muchas operaciones pequeñas. De esa manera se está seguro que se cumplirá la ley de los grandes números y el azar tendrá poca relevancia)
El camino del cielo es
saber vencer sin combatir
responder sin hablar
atraer sin llamar
y actuar sin agitarse.
(Es como bailar en armonía con la música que toca el mercado en vez de esforzarse luchando a brazo partido contra sus designios)
El hombre al nacer es blando y flexible y al morir queda rígido y duro.
Las plantas al nacer son tiernas y flexibles y al morir quedan duras y secas.
Lo duro y lo rígido son propiedades de la muerte.
Lo flexible y blando son propiedades de la vida.
Por eso la fortaleza de las armas es la causa de su derrota y el árbol robusto es abatido.
Lo duro y lo fuerte es inferior y lo blando y frágil es superior.
(Sólo lo que es flexible puede adaptarse con rapidez a los continuos cambios. Sólo la atención sin condicionamiento previo puede reconocerlos)
El rey sabio (que siempre se situaba a favor de la tendencia)
Había una vez un rey sabio y poderoso que gobernaba en la remota ciudad deWirani. Y era temido por su poder y amado por su sabiduría.
En el corazón de aquella ciudad había un pozo cuya agua era fresca y cristalina, y de ella bebían todos los habitantes, incluso el rey y sus cortesanos, porque en Wirani no había otro pozo.
Una noche, mientras todos dormían, una bruja entro en la ciudad y derramó siete gotas de un extraño líquido en el pozo, y dijo: "De ahora en adelante, todo el que beba de esta agua se volverá loco".
A la mañana siguiente, salvo el rey y su gran chambelán, todos los habitantes bebieron el agua del pozo y enloquecieron, tal como lo había predicho la bruja. Y durante aquel día, todas las gentes no hacían sino susurrar el uno al otro en las calles estrechas y en las plazas públicas: "El rey está loco. Nuestro rey y su gran chambelán han perdido la razón".
Naturalmente, no podemos ser gobernados por un rey loco. Es preciso destronarlo.
Aquella noche, el rey ordenó que le llevasen un vaso de oro con agua del pozo. Y cuando se lo trajeron, bebió copiosamente y dio de beber a su gran chambelán.
Y hubo gran regocijo en aquella remota ciudad de Wirani, porque el rey y su gran chambelán habían recobrado la razón.
Moraleja: (Ni siquiera un rey poderoso puede gobernar contra la tendencia primaria de la opinión pública. El mercado siempre tiene razón, aunque esté loco).
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