Contumacia en error de planificación estratégica energética: El apagón nuclear
El error es propio de la Naturaleza, que no es tan sabia y equilibrada como a veces se dice, ahí tenemos como muestra un botón en las enfermedades incurables autoinmunes. El error es consustancial al ser humano cuyo desarrollo progreso e innovación es debido al talento y a la persistencia, pero también en buena parte interaccionando con lo anterior debido a la suerte y a una forma de avanzar basada en la experiencia, en la prueba o ensayo y el error.
En este contexto, el plan del actual Gobierno de España es contumaz en su plan de cerrar las nucleares y nos intenta convencer con un relato que hunde sus raíces en el ecologismo folclórico maniqueo, sesgado y populista de "Nucleares no, gracias", actualmente podríamos decir que en contexto de buenismo woke, ya en repliegue en buena parte del mundo. Se trata de un error, un inmenso error, una persitente contumaz insistencia en un error de planificación energética que nos va a costar muy caro tanto desde la perspectiva económica, financiera, empresarial, de empleo y también ambiental.
Buena parte de la población como el propio sector industrial nuclear, así como destacados expertos, lanzan el mismo mensaje de aviso de grave error económico, social y medioambiental. Es el caso de la comarca de la central nuclear de Almaraz en Cáceres que se manifiesta en la calle ante el proceso que en breve será irreversible de cierre de la central nuclear, lo que supondrá la pérdida de miles de puestos de trabajo en el epicentro del motor económico clave de dicha zona, con consecuencias también para toda España.
La experiencia del sector, tanto a nivel nacional como internacional, indica que un cierre como el de la central nuclear de Almaraz supondrá un cambio en el mix energético no necesariamente positivo ya que la relación marginal de sustitución será más que previsiblemente cubierta quemando más gas natural, lo que conllevará un deterioro de las condiciones financieras, así como medioambientales y de sostenibilidad ya que indefectiblemente: a) aumentará el precio de la electricidad para todos los agentes económicos, incluidos los consumidores b) aumentarán las emisiones contaminantes de C02 contribuyendo a más calentamiento global.
Abundando en todo ello, a nivel internacional lo que vemos es una decidida apuesta por la energía nuclear, tal y como nos muestran por ejemplo Francia, Estados Unidos y China, entre otros muchos países. En el caso de Aragón se proyectaba hace décadas construir centrales nucleares en Chalamera, Sástago y Escatrón, pero eso es ya Historia, otra historia del "Nucleares no, gracias".
Luis Ferruz / Escritor, economista y naturalista/
El error es propio de la Naturaleza, que no es tan sabia y equilibrada como a veces se dice, ahí tenemos como muestra un botón en las enfermedades incurables autoinmunes. El error es consustancial al ser humano cuyo desarrollo progreso e innovación es debido al talento y a la persistencia, pero también en buena parte interaccionando con lo anterior debido a la suerte y a una forma de avanzar basada en la experiencia, en la prueba o ensayo y el error.
En este contexto, el plan del actual Gobierno de España es contumaz en su plan de cerrar las nucleares y nos intenta convencer con un relato que hunde sus raíces en el ecologismo folclórico maniqueo, sesgado y populista de "Nucleares no, gracias", actualmente podríamos decir que en contexto de buenismo woke, ya en repliegue en buena parte del mundo. Se trata de un error, un inmenso error, una persitente contumaz insistencia en un error de planificación energética que nos va a costar muy caro tanto desde la perspectiva económica, financiera, empresarial, de empleo y también ambiental.
Buena parte de la población como el propio sector industrial nuclear, así como destacados expertos, lanzan el mismo mensaje de aviso de grave error económico, social y medioambiental. Es el caso de la comarca de la central nuclear de Almaraz en Cáceres que se manifiesta en la calle ante el proceso que en breve será irreversible de cierre de la central nuclear, lo que supondrá la pérdida de miles de puestos de trabajo en el epicentro del motor económico clave de dicha zona, con consecuencias también para toda España.
La experiencia del sector, tanto a nivel nacional como internacional, indica que un cierre como el de la central nuclear de Almaraz supondrá un cambio en el mix energético no necesariamente positivo ya que la relación marginal de sustitución será más que previsiblemente cubierta quemando más gas natural, lo que conllevará un deterioro de las condiciones financieras, así como medioambientales y de sostenibilidad ya que indefectiblemente: a) aumentará el precio de la electricidad para todos los agentes económicos, incluidos los consumidores b) aumentarán las emisiones contaminantes de C02 contribuyendo a más calentamiento global.
Abundando en todo ello, a nivel internacional lo que vemos es una decidida apuesta por la energía nuclear, tal y como nos muestran por ejemplo Francia, Estados Unidos y China, entre otros muchos países. En el caso de Aragón se proyectaba hace décadas construir centrales nucleares en Chalamera, Sástago y Escatrón, pero eso es ya Historia, otra historia del "Nucleares no, gracias".
Luis Ferruz / Escritor, economista y naturalista/