Señoras y señores, esto no ha hecho más que empezar: El escándalo monumental de la financiación autonómica. Trufado ahora de prisas políticas y relatos que son auténticas cortinas de humo para el importante tema de fondo, relatos que desafortunadamente "chupan cámara" exageradamente como el de la condonación de la deuda que enmascara el auténtico problema de fondo con función multiobjetivo y múltiples restricciones. Es un "nudo gordiano" tremendo, una "patata caliente" que ha dormido el sueño de los justos durante bastantes años, con diversas administraciones y gobiernos de diversos colores, y ahora se quiere resolver a prisa y corriendo con la urgencia de presión que en el fondo imponen pactos políticos para que aguante la legislatura.
La financiación autonómica es un problema financiero, social y geopolítico de geometría más que variable con variabilidad de la volatilidad del problema de fondo. Es una larga saga en cordel en la que se alzan muy diversas voces y expertos de todo tipo donde cada uno arrima el ascua a su sardina y, como decía Ortega y Gasset, cada uno tiene su parte de razón. Por ejempo, lógicamente, con la lógica y la realidad de cada uno, hay territorios que claman, y con razón, por priorizar y sobreponderar al máximo el número de habitantes, mientras que otros quieren que se tenga en cuenta de manera muy especial, también con razón, la despoblación y la desvertebración que impone una superficie del territorio para poder cubrir y atender el auténtico coste de los servicios. Ya sabemos desde la antigüedad clásica que si a un problema se le ponen muchas restricciones o no tiene solución o es de solución aberrante. Si además le añadimos consideraciones políticas de mantener el poder a través de pactos con territorios repetida y declaradamente independentistas por algunas fuerzas políticas, lo que acontece es que se producen nuevos planteamientos como el de la condonación de la deuda y se complica todo sobremanera. Téngase en cuenta, para añadir ya la "guinda del pastel", que si persisten esos territorios en sus objetivos separatistas y lo consiguen finalmente sería endosar, gratis total para ellos, su deuda (principal e intereses en su caso) al resto de los españoles, mientras que a ellos la jugada maestra les saldría de fábula.
Desde la perspectiva institucional, financiera y jurídica el órgano correspondiente para tratar el tema de la financiación autonómica es el Consejo de Política Fiscal y Financiera ya que su misión básica es la coordinación de la política presupuestaria de las Comunidades Autónomas con la del Estado, pero de ninguna manera debería haberse llevado allí una negociación previa bilateral condicionante todavía mucho más de las limitaciones y restricciones de un problema con tantas aristas y sensibilidades.
El enfoque adecuado de este problema financiero de la financiación autonómica no es, como algunos pretenden simplificar de manera maniquea e interesada, el aceptar o no la condonación de la deuda, sino el obtener consensuadamente de manera multilateral a nivel de territorios el enfoque, ya no óptimo -que entiendo imposible-, sino satisfactorio de la financiación autonómica. Dicho esto, cada Comunidad Autónoma tiene sus peculiaridades y singularidades, pero ni pueden ni deben imponerse unas a otras con condiciones a priori y menos si tienen potencial finalidad independentista y separatista. Para el caso de Aragón la condonación de la deuda podría tener funestas consecuencias a nivel comparativo con otros territorios, así como fuertes dudas sobre la finalidad del ahorro en el pago de intereres y también, abundando en lo anterior, porque se trata para los próximos años de vencimientos de deuda del Fondo de Liquidez Autonómica con carencia de intereses financieros.
Luis Ferruz Agudo / Escritor, economista y naturalista/