En palabras de Nassim Taleb, los cisnes grises, serían todas aquellas amenazas obvias o predecibles, con impacto alto/moderado, pero que por algún motivo son sistemáticamente ignoradas. En contraposición, los cisnes negros, (metáfora que acuñó el propio Taleb por primera vez y que le dio gran y merecida fama) son eventos no predecibles con un altísimo impacto.
Unos de los más evidentes tipos de cisnes grises son todos aquellos fraudes y estafas que de manera repetida se dan cada cierto tiempo en el universo financiero.
Efectivamente, se trata de amenazas obvias: todos somos plenamente consciente de que volveremos a presenciar nuevos episodios de fraudes, engaños y estafas en el futuro, como así se han ido produciendo en el pasado.
Recientemente, avisábamos en este enlace de un (posible) nuevo fraude de la mano de quien ya (presuntamente) había realizado uno bien sonado hace no mucho tiempo: el caso Gowex.
Sin embargo, por asombroso que parezca, aunque no hayan pasado ni 5 años desde aquel gran escándalo, habrá mucha gente (me temo) que volverá a caer en el engaño, y volverá a regalar su dinero a quien en su día ya afanó (presuntamente) unos cuantos millones de euros de varios miles de incautos inversores.
Y éste precisamente es uno de los puntos más interesantes de los cisnes grises: que aunque son eventos predecibles, se ignoran. Y vamos a detenernos en este punto porque es realmente interesante. ¿Qué mecanismo conductual hace que la gente deposite su confianza, y su dinero, en quien anteriormente, de manera pública y notoria, ya ha estafado ?
Para ello se hace necesario echar la vista atrás y tratar de entender cómo funcionaron algunos de los mayores fraudes financieros, en España y en el resto del mundo, y vamos a tratar de descubrir el nexo de unión entre todos ellos.
Porque el caso es que el escándalo Gowex no es, ni mucho menos, un caso aislado...por desgracia, tenemos decenas de ejemplos, aquí y en el extranjero, de fraudes masivos : Nueva Rumasa, Forum Filatélico, Bernard Madoff, Theranos, Enron..
Entenderlos no nos va garantizar que podamos volver a caer en el siguiente cisne gris que revolotee a nuestro lado, pero sin duda nos ayudará a plantearnos las cosas desde otra perspectiva, que nos evite ser presa fácil de estos cisnes tan puñeteros.
Parte 1 de la anatomía del cisne gris. Los esquemas Ponzi- Estafas piramidales
Una gran parte de las estafas financieras recientes comparten una construcción común: se trata de estafas piramidales o esquemas Ponzi. Carlo Ponzi fue un avispado inmigrante italiano en los EEUU de los años 20 que popularizó y se lucró con este tipo de artimañas: básicamente, en una estafa piramidal, los nuevos intervinientes pagan los intereses a los antiguos inversores. La estafa puede durar mientras la rueda siga girando, es decir, mientras sigan entrando nuevos inversores que, con sus aportaciones, abonen los intereses de los que ya están dentro. En el momento que la rueda se pare (dejen de entrar nuevos inversores, o no lo hagan al ritmo requerido), todo salta por los aires.
Ejemplos de este tipo de fraudes serían los papelitos de Nueva Rumasa, los sellos de Fórum Filatélico o la firma de inversión de Bernard Madoff.
¿Cómo se pueden identificar este tipo de estafas? Es bien fácil: cualquier tipo de inversión que garantize una rentabilidad por encima del precio del dinero a riesgo 0, es sospechosa de albergar tras de si una estafa piramidal. Porque una cosa tiene que quedar bien clara: los reyes de la inversión que garantizan una (alta) rentabilidad con 0 riesgo no existen, son los padres (en este caso, los padres de las estafas piramidales).
Entonces, ¿por qué la gente sigue (y seguirá) cayendo en este tipo de fraudes? Pues principalmente porque estos fraudes se saben esconder muy bien como negocios supuestamente serios, y además, porque las rentabilidades que suelen ofrecer, siendo altas (por encima del precio del dinero), no son lo suficientemente elevadas como para que al inversor medio se le pueda llegar a encender la lucecita de alarma.
Así, recordemos que tanto los papelitos de Nueva Rumasa, como los sellos de Fórum, como las inversiones de Madoff, ofrecían intereses del entorno del 6% (eso sí, "garantizados"), con el precio del dinero rondando el 1-2%. Seguramente, si hubieran llegado a ofrecer unas rentabilidades del 50%, más de uno hubiera sospechado de que allí había gato encerrado, pero al ser "sólo" de 4 o 5 puntos porcentuales por encima de las tasas de interés, la mente humana baja la guardia y se confía.
Parte 2 de la anatomía del cisne gris. Los fraudes contables - Castillos de naipes
En este tipo de fraudes, el inversor ya es plenamente consciente de que invierte con riesgo y de que puede llegar a perder una parte significativa de su inversión. ¿Qué es lo que hace entonces que un inversor decida depositar su dinero en este tipo de tinglados? Pues, evidentemente, la posibilidad de obtener unas plusvalías muy suculentas.
Normalmente, se trata de negocios en apariencia serios, muy rentables, con unas primeras etapas de crecimiento descomunal y unas revalorizaciones de vértigo.
El problema está en que la base del negocio acaba por ser más falsa que una moneda de 3 euros, con clientes ficticios, facturas falsas e ingresos inexistentes y/o artificialmente hinchados . Sus cuentas, por tanto, son una filfla, y cuando el tinglado se acaba descubriendo (que antes o después, lo acaba haciendo), el castillo de naipes se desmorona con todos sus habitantes dentro. Para que este tipo de pufos puedan existir, casi siempre hace falta la existencia de un tercer actor que participa de forma activa en la fiesta : un auditor que de validez, al menos de forma temporal, a esas cuentas falsas. Y también suelen estar presentes, de manera pasiva (nunca mejor dicho, y en el amplio sentido de la palabra), las figuras de los organismos reguladores, que por inacción de su labor, dejan que éstos fraudes acontezcan.
Desgraciadamente, a diferencia de las estafas piramidales, este tipo de fraudes son mucho más difíciles de detectar a priori.
Ejemplos de este tipo de fraudes hemos tenido varios: el ya mencionado Gowex aquí en España, o el famoso caso Enron o el más reciente de Theranos en EEUU.
Sin embargo, si nos paramos a observar en detalle algunos de estos casos, podremos descubrir una serie de analogías entre ellos que quizá nos puedan resultar de utilidad en el futuro para poder esquivar al siguiente cisne gris que venga directo volando hacia nuestras cabezas.
El caso Enron fue sonadísimo en su día, e hizo que la que era una de las 5 mayores auditoras del mundo, Arthur Andersen, acabara sucumbiendo junto con su cliente, al demostrarse la falsedad de las cuentas de Enron y la complacencia/complicidad de la auditora.
Yo en particular, he estado analizando en detalle el caso de Gowex y de Theranos (en EEUU), ya que tienen entre sí unas semejanzas asombrosas. Dado que el caso de Theranos no ha sido tan divulgado aquí en España, voy a a hacer un pequeño resumen de él, para a continuación exponer las semejanzas con "nuestro" caso Gowex, y así poder extraer alguna información valiosa.
El caso Theranos
Theranos era una empresa de tecnología sanitaria que disponía (en teoría) de un innovador método para realizar análisis de sangre con mucha menos cantidad de sangre de la habitual (decían que tan sólo entre una milésima y una centésima parte), a un coste además (en teoría), mucho más reducido.
Su fundadora y CEO era la señora Elizabeth Holmes, que a la tierna edad de 19 años comenzó con su particular "aventura" y empezó a conseguir financiaciones millonarias de fondos de capital riesgo.
Se llegó a hablar de ella como la "nueva Steve Jobs", o la Steve Jobs del sector sanitario. Ella contribuía a alentar esa idea adoptando precisamente una imagen muy similar al del fundador de Apple.
El tinglado saltó por los aires cuando un periodista de The Wall Street Journal empezó a cuestionar la viabilidad de su "método milagro", y poniendo en duda la validez de las cuentas de la empresa. Al final, resultó que la cifra real de ingresos de la empresa era 1.000 veces inferior a la que se había declarado , y la tecnología tan innovadora, un chasco como una catedral.
Similitudes con el caso Gowex
Si algún lector resultó ser un inversor de Gowex en su día, seguro que al leer lo acontecido con Theranos muchas cosas le habrán resultado familiares:
- Ambos eran (aparentemente) negocios vanguardistas e innovadores, con un fundador/CEO "hecho a sí mismo" y una cierta aureola "divina" a su alrededor. Sin embargo, era bastante difícil averiguar cómo se llegaba a monetizar esa innovación y cuál era realmente el "business case".
- Durante las primeras fases, el proyecto capta la atención de todo tipo de inversores, y la revalorización de la empresa se multiplica.
- En ambos casos se inflaron fraudulentamente la cantidad de ingresos generados (multiplicándola por 100 o 1000) para seguir atrayendo inversores y seguir inflando la cotización.
Las conclusiones son claras: Los fraudes contables son mucho más difíciles de detectar, aunque también es cierto que no se dan con tanta frecuencia como las estafas piramidales. En cualquier caso, si no tenemos muy claro cómo hace dinero una empresa, cuales son sus productos y servicios, y cómo de bien o mal se comporta respecto a la competencia, mejor ser precavidos y buscar otra cosa...será por opciones...