Empiezan a ser muy habituales casos extremos que van saliendo por cuenta gotas. La semana pasada, las noticias en Galicia se referían a una familia de Lugo que llevaba viviendo 10 días en un coche tras haber perdido su casa y no tener ningún tipo de ingresos. Llegado un momento han tenido que vender el coche, (no se sabe que modelo era pero no se ve del todo viejo a cambio de un viejo corsa de tres puertas y 150 euros que le han quedado después de pagar la transferencia). Sinceramente me parece simplemente demencial que una persona consiga un coche de esta forma, ¡y que les haga pagar la transferencia!.
Pero lo más desgarrador creo que ha sido el martes, en la radio el caso de unas personas a las que su vida ha cambiado y que están literalmente destrozadas. Recomiendo y mucho escuchar los testimonios que han llamado al programa de asuntos propios en radio nacional. En particular la llamada a partir del minuto 6:43 es algo que no se puede dejar de escuchar, aunque sea especialmente dura y precisamente por qué es especialmente dura, sobre todo porque se nota que va in crescendo. Es la viva imagen de una persona que está completamente destrozada y completamente desesperada.
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Y es posible que alguien diga que esto es demagogia o que esto es algo que es culpa de las personas, o que esto no tiene nada que ver cuando hablamos de las agencias de calificación o cuando discutimos sobre los rescates a los bancos.
Lo realmente grave de todas las discusiones en el ámbito económico es que no estamos hablando de un juego de simulación. No estamos jugando en la Play Station y resulta que cuando la reforma laboral fracase, no nos encontraremos con una situación en la que tendremos unos cuadros que nos muestren que tenemos un paro que alarma a cuatrocientos mil analistas de tres al cuarto.
Cuando el que juntaletras en este blog, al igual que otros muchos criticamos o halagamos las decisiones del gobierno, no estamos discutiendo sobre algo virtual, sino que lo que estamos es hablando directamente de una situación en la que se están provocando estas situaciones.
Y es que en realidad, puede ser demagogia o puede ser que no. Puede ser que estas situaciones se hayan dado siempre, y que como los accidentes sean inevitables. Pero lo que no puede ser aceptado bajo ningún motivo es que se tomen decisiones que lleven directamente a esto.
Sí, acuso a los gobiernos de llevar a estas situaciones, de la misma forma que acuso a un analista que miente directamente o que es manifiestamente incompetente, o a aquel community manager que está creando una opinión dirigida para conseguir unos intereses particulares de estar detrás de estos casos.
Es cierto que los análisis a veces tienen que salir fríos, (no queda otro remedio para mantener un mínimo de cordura en todo este panorama), pero jamás debemos olvidar que estamos hablando de personas, de gente y de situaciones como está que están reiteradamente ocultas en unas estadísticas que irónicamente tienen como principal función mostrarnos estas situaciones y el peligro de que lleguen antes de que ocurran.
Cuando hablamos de bajar sueldos, hablamos de la trabajadora griega que se intentó tirar el otro día del parlamento porque va a ser despedida y no puede pagar los gastos médicos de su hijo.. Cuando hablamos de la inversión en commodities tenemos que tener en cuenta las hambrunas. Cuando hablamos del petróleo tenemos que tener en cuenta que la especulación salvaje está provocando la ruina, la desesperación y todo lo demás.
Es un poco de cachondeo esto de que de repente el Partido Popular y el Partido Socialista intercambien los discursos en un mercadeo en el que la oposición culpa al gobierno de las miserias olvidando que hace nada eran oposición, mientras el gobierno justifica unas medidas que entendía desastrosas cuando hace nada eran oposición. Son como irresponsables en un coche que no entienden que con su conducción están dejando millones de víctimas en las cunetas. Así de claro. Las medidas que se han tomado han llevado a millones de personas a situaciones insostenibles, por lo tanto que millones de personas estén en situaciones insostenibles es responsabilidad suya.
No vale aquello de “es duro”, o “me preocupa”, porque es muy fácil demostrar que lo que iba a pasar era muy fácil de predecir, y así queda en negro sobre blanco en muchos lugares. ¿se va a reactivar el crédito?, ¿va a crear empleo la reforma laboral?, ¿sirven de algo las inyecciones del banco central europeo?. Todas estas respuestas son muy sencillas y lo eran hace años.
Pero lo más triste de la situación es que incluso en los personalidades que no han tenido responsabilidades de gobierno, están en la misma situación. Sí un partido político quiere salvar a bancos tiene que saber que está ocasionando estas cosas, y si quiere salvar a cuatro progres bajo la bandera verde, tendrá que tener en cuenta que es muy posible que esté ocasionando los mismos males.
No se trata de mensajes, se trata de que se entienda que las decisiones tienen consecuencias, y en muchas ocasiones son absolutamente dramáticas, y se trata de que se aprenda pronto, porque la gente que no puede alimentar a sus hijos, y la gente que pierde toda la esperanza no puede aguantar indefinidamente. ¡ni tan siquiera puede aguantar mucho!.
Estamos en negociaciones entre los distintos países a cuenta con lo que los inversores desean y la bomba va a estallar en cualquier momento. Y en medio los partidos políticos, los sindicatos, los medios de comunicación, los formadores de opinión, están todos haciendo cálculos de táctica y estrategia decidiendo cómo y cuándo quiebra tal empresa o tal banco, o cuando y como se convoca una huelga general.
Lo malo de todas estas tácticas es que no son más que eso, y simplemente van a estallar en las manos de todo el mundo, de tal forma que la situación puede ser completamente incontrolable. Es sencillo, o se mete a las personas en la ecuación o se van a meter ellas.
Porque resulta que aquí todo el mundo parece que se olvida de algo, los bancos, los políticos, los sindicatos, las asociaciones, federaciones y confederaciones y los periódicos tienen el valor que les da su función en la sociedad. Y va siendo hora que más allá de los intereses de cada uno, llegaremos a un momento en el que habrá personas que serán parte de la solución y las que no, serán parte del problema. Que cada cual piense y elija en que parte quiere estar.
No es tiempo de tácticas, ni de dogmas. Es tiempo de hacer lo impensable, que ayer era imposible y mañana será la realidad.