No deja de ser curiosa la sensación de que estamos en una especie de día de la marmota en el que da igual el cambio que tengamos siempre tenemos las mismas soluciones. En este punto está claro que todas y cada una de las soluciones incluyen una parte referida al empleo que se basa por utilizar el eufemismo de despedir, (reajustar), en una rara ecuación en la que se busca crear empleo recomendando a todas las empresas que se apunten a hacer Eres, (Ere en la banca, en el sector público, en las constructoras, para los investigadores, para la sanidad, para la educación….).
Pero más allá del ERE, la solución mágica pasa por cambiar los ORES. En este sentido la gran medida para fomentar el crédito, (más allá de darles lo que quieran a las entidades financieras), fue aquella de los facilitadORES de crédito. Ese fue uno de los post que tienes que colocar enseguida porque era una ocurrencia de tal sentido que se veía a las claras que no tendría más futuro que ser olvidados para siempre.
Como parece que la tontería que se le ocurrió supuestamente a los socialistas no funcionó, (por lo menos para facilitar el crédito) y como además la situación económica se ha deteriorado, (¿tan difícil era verlo?), pues ahora estamos en otro punto en el que ya no se habla de facilitar el crédito sino de resolver los conflictos que se están generando.
En consecuencia, y a pesar de que tenemos otro gobierno muy distinto, (digo en los nombres, porque en las medidas, decisiones y demás no he encontrado más que matices), nos encontramos con la creación de otro ORE. En este caso tenemos los mediadORES de crédito. Lo curioso es que no es difícil entender que los mediadores serán exactamente las mismas personas que se dedicarían a intervenir ante las entidades financieras para tratar de conseguir los créditos, y de hecho probablemente se dedicarán a lo mismo, (ya que a falta de información sobre el funcionamiento de tal engendro en su tiempo, tendremos que suponer que se han dedicado a intermediar para evitar marrones entre bancos y clientes).
Queda por saber si esto se va a pagar con cargo a los presupuestos del estado, como el caso de los facilitadores de crédito o bien se va a pagar por contribuciones de los ciudadanos que tendrán que pagar los servicios de estas personas. Evidentemente cuando encontremos la letra pequeña de la citada ley tendremos claro cómo se va a pagar, (el quién lo puedo apostar ya).
En todo caso, ¿Qué futuro tendrán los citados mediadores?. Pues para esto tendremos que tener en cuenta el papel de los otros ORES, aquellos que desaparecen. Y es que evidentemente siempre han existido conflictos entre las partes y siempre lo solucionaban unos personajes que están en franca decadencia, que han desaparecido del mapa (y esta desaparición está claramente detrás de la situación actual). A saber: Los reguladores.
¿Para qué sirve la regulación?. Pues sirve para tratar de equilibrar las relaciones de poder, (que puede venir de una determinada posición, de un tamaño, de información asimétrica…) y establecer las reglas para evitar y solucionar los conflictos y desde luego evitar los efectos indeseados de que muchas personas confundan liberalismo con libertinaje. De esta forma se ha de entender que los reguladores son las personas que han de tener cierto poder para evitar que se den toda una serie de circunstancias que aunque interesen a determinados grupos llevan al conjunto de la sociedad al desastre en un raro requiebro de los postulados de la teoría de juegos.
Por ejemplo, es fácil entender que el hecho de que los seis grandes bancos del país hayan instaurado una serie de reuniones periódicas para compartir opiniones y generar presión ante el gobierno y el Banco de España, a instancias de un indultado Alfredo Saez, supondría directamente levantar las suspicacias de los reguladores de aspectos de competencia, sobre todo tras todas las medidas tomadas para eliminar o reducir la competencia en el sector, así como desproteger de forma palmaria a los clientes. De hecho es casi imposible no relacionar la propuesta de los facilitadores o de los mediadores, sin pensar en estas cabezas pensantes. En definitiva se trata de buscar una forma en la que resulta que se intenta encontrar un sistema en el que resolver los conflictos de la sociedad que sea voluntario para el que tenga el poder, y con toda lógica del mundo totalmente obligatorio para quien no lo tiene. ¿Cómo van a funcionar los mediadores si resulta que estamos en una partida en la que las cartas y las reglas están definidas por uno de los participantes?. Al resto sólo le queda el derecho al pataleo y en este sentido mejor que facilitadores o mediadores, deberían ofrecerse psicólogos para ayudar a tragar.
Pero ya que estamos hablando de reguladores y en particular de competencia, tenemos otra propuesta que es aquella de unificar los órganos reguladores de distintos sectores en uno. De esta forma tenemos a la Comisión Nacional de las Telecomunicaciones, (hoy en clara lucha contra competencia de la UE por defender los derechos de las grandes empresas de telefonía) y a la Comisión Nacional de la Energía, (encargada de defender los derechos de las eléctricas, y no evidentemente de hacer absolutamente nada porque tengamos energía en condiciones). Para justificar dicha medida, nos dicen que es para proteger a los consumidores, (¿Qué demonios van a decir?), nos ofrecen un ahorro de 4 millones de euros y nos cuentan que se va a mejorar la seguridad jurídica ya que en ocasiones existen informes contradictorios entre distintos organismos.
Está claro que las contradicciones desaparecerán, pero ¿en qué sentido?. Pues aunque sólo sea que se va a llamar de comisión de mercados y competencia, está claro que es lo principal que son los mercados y de hecho a “la oferta”, porque los mercados hace tiempo que no tienen demanda (aspecto que no parece importar demasiado). ¿Creemos que dado que competencia no ha dicho absolutamente nada con el tema de reuniones de banqueros periódicas para presionar a gobiernos y reguladores e intercambiar opiniones, lo va a hacer cuando esto lleve la palabra mercados antes?.