Estoy pasando una inoportuna gripe que me tiene un poco atontado, (más de lo acostumbrado), por lo que no he logrado reunir fuerzas para escribir un post nuevo. Sin embargo, me gustaría aprovechar para recordar un post que he colgado el 10 de febrero de 2010. En aquel post me trataba de preguntar si el IBEX volvería a los mínimos de 2009, y trataba de explicar las razones por las que entendía que era inevitable que así fuese.
Este post sigue teniendo su vigencia, ya que la situación aún no ha cambiado y creo que ha de ser releido. La conclusión es clara: todas las medidas tomadas han significado destrozar la economía real, para salvar al sector financiero. Sin embargo, la realidad es que de esta forma ni tan siquiera se salva el sector financiero que está en caída libre y que dificilmente encontrará un suelo mientras no se solucionen los problemas de fondo, y por supuesto, mientras no se cambien todos los dogmas que han justificado las medidas que nos han traído hasta un punto en el que nadie puede estar contento. También hemos de tener ciertas cosas un poco más claras para evitar cometer los mismos errores que se han cometido estos años.
El post decía:
"De repente todo el mundo se ha vuelto loco haciendo análisis sobre el futuro de los mercados financieros, y en particular en España es normal hacerlo sobre el IBEX. La realidad es que muchos ahora buscan las razones para la caída. Por supuesto muchos entienden que la caída no responde a los fundamentales; este argumento es completamente cierto. Al final desde enero de 2010 los fundamentales han seguido frenando las caídas; por supuesto está lo del riesgo país, pero claro, no es que la situación haya empeorado sustancialmente desde diciembre.
Claro que el argumento de que la caída no está explicada por fundamentales, nos lleva a una curiosa pregunta: ¿Es que ha estado justificada la subida de los mercados financieros por los fundamentales?. Es curioso que tras nueve meses intentando explicar una subida desvinculando la evolución de los sistemas financieros de la situación de la economía real, ahora nos encontramos defendiendo que no pueden caer los mercados financieros porque la economía real ha dejado de desplomarse, (por ahora).
¿Es razonable tirar ahora de los fundamentales, cuando nos hemos olvidado de ellos en la época de subida?. Lo cierto, es que a lo largo de los últimos meses hemos asistido a una serie de piruetas increíbles para tratar de justificar lo que era una subida totalmente irracional. De hecho, supongo que todos hemos leído análisis en periódicos o blogs, en los que se trataban de desmentir manipulaciones, manos fuertes y cosas por el estilo.
La realidad es que sin que haya quedado muy claro porque subían las bolsas, digamos que todo el mundo se ha empeñado en tratar de negar que subieran por la razón más evidente. En este sentido, es curioso como el hecho de sugerir la teoría de que se está formando una burbuja es poco menos que hablar de una conspiración, sirve para descalificar todos los argumentos de la subida.
Uno de los argumentos de ataque a las personas que defienden que las bolsas han subido basadas en algún tipo de manipulación, es despacharse a gusto con aquello de que “son bajistas que han perdido”, o que son “inversores que no han sabido ver la subida”. Este tipo de argumentos son muy efectivos para ganar una discusión, de forma que se traslada la sensación de error a quien defiende las tesis bajistas. Sin embargo suponen una curiosa mezcla de trampa demagógica e irrealismo.
La trampa demagógica, nos la encontramos en que es muy sencillo entender que una persona que cree que los mercados se van a desmoronar, y al mismo tiempo que las políticas están distorsionando los precios y empujando o sosteniendo los mercados, lo normal es que no invierta.
Lo podemos ver, recurriendo al poker, (juego que habitualmente encaja en determinados análisis sobre el funcionamiento de los mercados financieros). En este caso, una sencilla aproximación nos lleva a la pregunta: ¿Jugaría usted una partida apostando cuando creemos que las cartas están de alguna forma marcadas?. Aunque sepamos que las cartas están marcadas, sería de locos jugar a este juego.
Por supuesto, cuando asistimos a una burbuja (la que sea), podemos pretender invertir a la subida, tratando de adivinar cuando va a reventar, (para salir un poco antes), o podemos tratar de apostar por el desplome. Los problemas de este tipo de inversión son los límites, y los timing. Es decir. Podemos entender que la subida de los mercados financieros fue completamente irreal, pero lo que es más difícil es entender hasta cuando se puede mantener. Y desde luego, ya adivinar las posibles intervenciones es un autentico ejercicio de lotería.
Por supuesto, ponerse corto, implica saber en que mes la bolsa se desplomará, de forma que tendríamos que saber hasta cuando se puede mantener altos los mercados financieros, además de las posibilidades de mantener los mercados a un nivel irreal.
Pero más allá de las discusiones sobre si bajistas o alcistas, creo que debemos tener en cuenta la situación de los mercados y las razones que nos han llevado hasta aquí.
Y la realidad es que en septiembre de 2008, los mercados financieros comenzaron a desmoronarse por que evidentemente los valores que marcaban no llegaban a la realidad. El desplome hasta marzo de 2009, fue espectacular, y en ese momento comenzó la recuperación de los mercados. Lo cierto es que el TARP, la relajación del mark to market y las medidas de liquidez extraordinarias que entraron en funcionamiento en ese momento, así como los discursos coordinados de todas las autoridades, con aquello de los brotes verdes, lograron inflar otra vez todos los mercados hasta que estos llegaron a los niveles donde se encontraban en la época de Lehman. Si nos damos cuenta, esto ha pasado en todos los mercados.
Podemos discutir lo que queramos, pero la realidad es que entender la evolución desde marzo hasta diciembre de 2009, sin entender las actuaciones de los bancos centrales y de los gobiernos, (principalmente el gobierno norteamericano), es desde luego obviar algo que dista mucho de ser un matiz sin importancia.
La realidad es que en marzo del 2009, los mercados financieros estaban en caída libre, y todo el mundo era consciente que estábamos en una burbuja financiera. La caída se ha frenado con una intervención sin precedentes en los mercados financieros, mediante las inyecciones monetarias record, la eliminación del mark to market, las restricciones a las posiciones bajistas y desde luego todos los mensajes de optimismo que se ha podido. Y eso es lo que ha recuperado los mercados financieros.
El problema es que estos mercados financieros, estaban camino de ajustarse a la realidad económica de los distintos países; desde marzo de 2009, la caída de la economía, expresada en los ingresos reales de los trabajadores y empresas, se ha desacelerado un poco, (en términos que nuestro gobierno pueda entender), por lo que en realidad no hay hoy ni un solo dato objetivo que afirme que ni un solo sector o colectivo se encuentre en mejor posición que en dicha fecha, con la excepción de aquellos en los que el sector público ha intervenido para recuperarlo, a costa de unos déficits completamente desquiciantes.
Podemos sacar los análisis que queramos, podemos manipular los mercados e incluso durante un tiempo, la sociedad puede mantenerlos altos. Desde luego es imposible saber cuanto tiempo se podrá mantener la situación actual, pero por un mínimo de sentido común, nos encontramos que los estados no pueden sostener esta situación por un plazo mucho mayor y desde luego no por un período indefinido.
Con un mínimo de sentido común, está claro que al final los mercados financieros, van a ajustarse a las condiciones que nos encontramos en la economía real. De esta forma, nos encontramos a veces con la pregunta de si veremos los mercados en los mínimos de marzo del año pasado. Realmente esta pregunta no tiene demasiado sentido si previamente nos hacemos otras; ¿Ha mejorado o empeorado la economía respecto a dicho período?. ¿La caída se frenó sola o fue la actuación de los estados la que evitó la debacle más absoluta?.
Pues contestando a estas preguntas, la respuesta es más que evidente. Al final los mercados financieros se van a ajustar a la realidad de la economía. No se pueden sostener indefinidamente. Si la economía real está peor que en marzo de 2009, la realidad es que desde luego los mercados financieros, van a caer más. Si además tenemos en cuenta que en marzo, los mercados financieros estaban cayendo para ajustarse, cuando se intervino, la realidad es que los mínimos de marzo ni tan siquiera reflejaban la situación de ese momento.
Por supuesto, alguien me podrá decir aquello de los mercados financieros sobrereaccionaron en las caídas, lo cual desde luego es una muy respetable opinión pero a mi no me convence, ya que de ser cierto, no hubiese sido necesaria la intervención sin precedentes para mantenerlos a flote.
Por tanto, yo creo que la pregunta no es si volveremos a asistir a los niveles de marzo, sino que debemos preguntarnos cuando y hasta que nivel. Las referencias históricas desde luego no son halagüeñas, ya que tanto en la crisis del 29, como en la de Japón los índices han caído en una proporción mayor. Se dice, se cuenta y se opina que la reacción ahora ha sido mucho más rápida, pero los que dudamos de si la reacción es la adecuada, o los que dudemos del diagnóstico del consenso, tendremos que tener esto en cuenta. Otra referencia que nos puede dar alguna pista es desde luego la crisis de las punto.com. Por supuesto, en este caso las reacciones fueron incluso más rápidas, pero desde luego el destrozo sobre la economía no era comparable. No es normal que la caída de los índices haya sido ahora hasta niveles superiores.
Desde luego, para el que quiera ponerse bajista, es clave adivinar el “cuando”, porque para ponerse corto hay que poner una fecha.
Es completamente imposible ahora mismo tratar de predecir al nivel en que se va a llegar, ya que esto dependerá de las decisiones que se vayan tomando, (lo mismo para el cuando), pero debemos entender que las medidas que sacrifiquen a la economía real, para tratar de mantener determinadas burbujas, en definitiva, lograrán que esta caiga más y por tanto la caída será más brutal, pronunciada y rápida. Al final es como la ley de la gravedad. Podemos hacer fuerza durante un tiempo para mantener algo lejos del suelo, pero cuanto mayor sea el peso y los esfuerzos, mayor será el derrumbe final."