Otro de los aspectos que he mencionado con frecuencia es que no se deciden las medidas en función de los diagnósticos y lo que se pretende hacer, sino que se hace completamente al revés. Es decir, primero se busca lo que se pretende hacer, y luego a su alrededor se construye todo un esquema de pensamiento, dogmas y discursos, que a veces encajan bien, y otras no tanto.
Este fenómeno provoca que al final, aunque todo se derrumbe y aunque todo se demuestre falso, nos encontremos con que se cambia el discurso pero se mantienen las medidas, las direcciones y las tendencias, como si al final las cosas ocurriesen por los discursos y no por las medidas.
Esta es la razón principal por la que por ahora no puede haber solución a la crisis que tenemos encima. ¿Cómo vamos a salir de esta situación si nos empeñamos regularmente en tomar toda una serie de decisiones que son las mismas que nos han metido en esta situación?.
Uno de los ejemplos más claros de este fenómeno, lo estamos viendo en estos días. Tras una etapa en la que todos los discursos llevaban el enfoque en la austeridad, alguien se ha dado cuenta de que esta serie de medidas no funcionaban. Pues el caso es que con cierto retraso, y desde luego con cierta miopía, (por qué de las reformas no dice absolutamente nada nadie…), parece que las autoridades se están dando cuenta que las medidas tomadas hasta ahora no están surtiendo los efectos deseados.
Por tanto, después de unos cuantos rescates de bancos y países, y unas cuantas economías, con sus ciudadanos en caída libre, resulta que ahora se destierra la palabra austeridad y nos encontramos con los planes para el crecimiento y la reactivación económica. Y en este sentido nos encontramos con una publicación en un medio alemán del plan de Alemania para el crecimiento.
Este plan se ha definido en los medios españoles como el de germanizar la economía, y se basa en una serie de puntos concretos.
En este plan están las reformas laborales duras, con la flexibilización de las normas del despido, (o de las normas laborales mejor dicho) y la creación de nuevos contratos de trabajo con bajas cotizaciones sociales y tributarias, pero con unos ingresos muy inferiores.
También nos encontramos con medidas para incrementar las privatizaciones de empresas públicas en los países que están en problemas y además incentivos fiscales en lo que se denominarían “zonas de excepción económica” para los inversores extranjeros.
Lo curioso de este plan, que ahora se denomina para el crecimiento es que es exactamente igual al que teníamos cuando estábamos en los planes de austeridad, y de hecho es exactamente igual a lo que nos encontramos desde mucho antes de la crisis. ¿Qué el problema es que estas medidas se denominaban como medidas para crecer, luego para la austeridad y ahora para recuperar el crecimiento?.
En todo caso, resulta que si analizamos las medidas, se pudiera llegar a pensar de que lo que se trata es de que se consigan unas determinadas medidas que básicamente lo que suponen es que las grandes empresas y fondos de determinadas zonas de la eurozona, (por ejemplo Alemania), tengan acceso a condiciones laborales muy favorables, (tanto en Alemania como en el resto de la eurozona). De esta forma, entre las propias reformas laborales, y la competencia de los demás países en Alemania se bajan los costes laborales.
Pero es que además las empresas y entidades alemanas podrán obtener beneficios de sus inversiones extranjeras, de forma que podrán producir en los países de la periferia aquellos productos que generen escaso valor añadido dentro de los procesos productivos, para llevar a Alemania las fases que generan valor añadido, mientras luego se benefician de los negocios que se generarán con los negocios estratégicos en los demás países percibiendo a través de los rendimientos de los fondos pingües beneficios, mientras se aprovecha toda la situación para financiar una deuda mucho mayor que la española a un tipo muy inferior y todo ello sin pagar impuestos porque resulta que los inversores germanos serán los dichosos fondos extranjeros en el país en el que se entra.
En definitiva, que el plan de germanizar europa, lo que parece es un plan en el que Alemania tiene todos los beneficios para los de siempre, y en el que nos encontramos con las mismas medidas que son exactamente iguales a las que nos están hundiendo.
Y conste que hemos llegado a un punto en el que si se instaura toda esta colección de burradas, a gloría de otros, por lo menos que no se me culpe, o que no se culpe a España, Grecia o similares. Porque tiene narices que tengamos una arquitectura monetaria y económica diseñada por y para unos determinados países, y luego nos sorprendamos que unos países estén bien y otros arruinados.