Y siguiendo con la manipulación de los resultados del IPC realizada en una nota del ministerio de economía, tengo que aclarar que acaba con la siguiente frase:
“En resumen, el índice de precios del mes de julio se ha visto fuertemente influido por los cambios normativos sobre la financiación de los medicamentos, sin que el precio de los mismos haya aumentado. Se trata de un efecto escalón en el índice que se corregirá pasados 12 meses. Al margen de este efecto, la inflación mantiene la tendencia de estabilidad de los meses precedentes”.
El efecto escalón lo podemos encontrar mejor explicado en la nota explicativa del IPC emitida por el INE que en su cuarta página establece cual es la subida mensual de los medicamentos, que es lo que tenemos que ver para ver la magnitud del escalón. El dato es una escalofriante subida del 36,3% en el precio, a lo que habrá que sumar el impacto que dicho incremento tendrá en las rentas más bajas y trabajadores.
En el post de ayer, ya he tratado de explicar que, por mucho que lo repitan, el hecho de que el IPC haya subido por los precios de los medicamentos es porque los precios de los medicamentos han subido, siendo burda mentira esto de repetir una y otra vez que no han subido. Pero además, resulta que ahora mismo nos habla de un efecto escalón en el IPC, lo que sirve para el ministerio de economía para concluir que se sigue la tendencia de estabilidad de los meses precedentes. ¿Tiene sentido esto?.
Pues ya que estamos hablando de escalones, lo primero que me gustaría es que se trate de imaginar una escalera, ya que como cualquiera puede entender “el efecto escalón”, viene de tan sofisticado invento. Pues la pregunta que habría que hacerle al ministerio de economía es ¿Cómo sería una escalera sin escalones?. Pues sería una superficie lisa. ¿no?.
Pues esto es en realidad lo que ocurre; cuando subimos unas escaleras, la clave está en que subimos, y que subimos de una determinada forma, (con escalones, en lugar de por una rampa). Y por supuesto, si olvidamos los escalones, podremos llegar a la absurda conclusión de que no nos vamos a cansar, aunque estaremos haciendo el tonto de una forma increíble debido a que en realidad los escalones son una parte que tiene cierta importancia en una escalera.
De hecho, si repasamos la nota de prensa, vemos como los productos energéticos acumulaban a julio una tasa interanual de crecimiento del 7,8% fruto de varios escalones en electricidad y combustibles, a los que habrá que añadir el escalón de los combustibles que nos vamos a encontrar en agosto. El transporte también presenta escalones, derivado de que las subidas normalmente se producen en momentos puntuales, al igual que los peajes que sufrirán otro escalón en agosto, (por la subida realizada con nocturnidad, sabadez y agostez), y por supuesto nos encontraremos otro escalón en septiembre con la consabida subida del IVA. Evidentemente si no tenemos en cuenta estos escalones, tendríamos que concluir que los precios no han subido, pero ¿Qué sentido tiene analizar las variaciones de los precios concluyendo que sin las variaciones hubiesen sido estables?.
Esto no es más que una perversión de un índice que tiene únicamente sentido para tratar de determinar el esfuerzo y la situación de los ciudadanos, aún con sus límites. Sin embargo la situación de los ciudadanos se puede inferir con facilidad del símil de la escalera.
En este sentido nos encontramos en una situación en la que estamos subiendo una escalera con un buen número de escalones, lo que como todo el que haya subido una escalera sabe, supone un esfuerzo cada vez mayor.
Este esfuerzo puede ser soportado o no, dependiendo de las fuerzas para subir esta escalera. Y en este caso, es sencillo entender que las fuerzas para superar una subida de los precios básicos e inelásticos, (no hace falta más que ver la lista de los productos que han disparado su precio), son las rentas de las familias, y más concretamente la renta disponible de las familias.
Todas las medidas que se están tomando en beneficio de determinadas empresas, manipulando información, ofreciéndoles liquidez, total impunidad, y por supuesto la llave del boletín oficial del estado para que diseñen un escenario que sea totalmente favorable a sus supuestos intereses, están consiguiendo que la cuesta sea cada vez más evidente, lo que ya de por sí lleva nos lleva a unas situaciones cada vez más complicadas, que pagan las familias y sobre todo las empresas (tanto sus empleados, como sus dueños, como sus acreedores), que se dedican a sectores no básicos o no protegidos por esta especie de economía planificada ad hoc para grupos financieros.
A su vez, la subida de impuestos a las mismas personas que sufren estas subidas, lo que provocan es que las fuerzas necesarias para subir una escalera cada vez más empinada y con más escalones, cada vez más cortos, (reiteradamente ignorados), sean cada vez menores.
La combinación de todos estos factores, evidentemente tan sólo lleva una situación posible. En el caso de una persona subiendo unas escaleras supondría el desmayo, (o algo peor), y en el caso de la economía esto lleva a una situación que es más que evidente y conocida como DEPRESIÓN. De hecho esta es la razón por la que tras la gran depresión de los años 30 del siglo pasado, se instauró la necesidad de mantener el poder adquisitivo de los trabajadores, que por mucho que se diga, no fue una conquista de los trabajadores, sino un elemento necesario instaurado desde los poderes públicos, al ser este elemento clave en la economía y por tanto en el desarrollo.
Sin embargo, la ineptitud es tal, que ahora mismo, lo que se estila es tratar de eliminar cualquier vinculación de las rentas a la evolución de los precios, por unos beneficios directos y muy claros a todas las empresas, olvidando que esto precisamente es lo que lleva a que de repente empresas rentables se queden sin clientes, y ante eso no hay absolutamente nada que se pueda hacer.
De hecho lo que ocurre ahora mismo, no es más que encontrarnos con que podemos denominar a la situación efecto muro en lugar de efecto escalón. A fin y a cuentas unas escaleras se suben de acuerdo a fuerzas y escalones, pero si imaginamos una escalera de un gigante comprobaríamos que no podríamos subir y desde cada uno de los peldaños no veríamos escalones, sino un muro.