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Tanto en esta web, como en “la vida real”, me han preguntado varias veces “¿Qué hacer con las preferentes?”. De hecho, por conocidos he tratado de implicarme un poco en el proceso, partiendo de una base clara, que no es otra que aclarar desde el principio que no soy abogado y por tanto, a pesar de que pueda tener determinadas nociones sobre cómo va la justicia, no puedo entrar a valorar de forma adecuada las distintas opciones.

Es decir, puedo explicar cómo funcionan, que es lo que se ha comprado y algunas cosas más, pero lo que no puedo es hablar del procedimiento que habría que seguir en el juzgado, (más allá de una sucesión de generalidades), y mucho menos lograr discriminar cual de las opciones para tratar de revertir la situación en la que se encuentran muchas personas es la que tiene más posibilidades de éxito.

Puedo sacar sin problemas mis conclusiones acerca de si alguien ha sido engañado, o si se han cumplido las obligaciones para comercializar determinado producto, pero no puedo aconsejar sobre la forma de cómo conseguir eso mismo ante un juez. Lamentablemente, una persona que ha sido engañada normalmente busca la forma de que sea un juez el que lo vea y además que se lo reconozca, por lo que mi punto débil es precisamente lo que las personas necesitan.

El consejo, no puede ser por tanto otro que buscar un abogado con capacidad suficiente, y sobre todo, y aunque pueda parecer una obviedad, tener el suficiente cuidado como para no ser estafado o víctima de otra incompetencia  otra vez.  Esto es especialmente importante en un momento en que las victimas se cuentan por miles, lo cual provoca un efecto llamada importante entre los abogados. Esta situación genera dos efectos que se contradicen y que tenemos que tener en cuenta. Por un lado, tendremos en breve espacio de tiempo, una cantidad significativa de letrados especializados en un tema donde en la inmensa mayoría de las situaciones se dan características muy similares, (es lo que tiene que se realicen determinadas prácticas de acuerdo a un manual…), pero por otro lado tenemos otra cantidad que puede ser significativa que verán un filón en el que sacar unos beneficios impresionantes sin tener que matarse demasiado, y sobre todo sin aprender demasiado. Es muy importante, y sobre todo nada sencillo tratar de discernir en manos de quien se acaba.

En mi opinión lo que se debe hacer a toda costa es tratar de evitar los errores que han provocado caer en esta situación, y para ello, me gustaría exponer unos trucos que yo usaría para tratar de filtrar y por lo menos descartar a determinadas personas para que representen nuestros intereses. De hecho este post viene porque a lo largo de las pasadas semanas he estado ayudando a personas cercanas a buscar asistencia jurídica en este tema y el resultado no es demasiado favorable.

Lo ideal es buscar un abogado con experiencia en este punto en concreto, pero al igual que con el tema de jurisprudencia, no es sencillo encontrarlos, debido a que no ha pasado tiempo suficiente. Hasta hace relativamente poco, las entidades financieras iban colocando de unos a otros estos productos, sin relativamente problemas, de tal forma que cuando un cliente decidía deshacerse de preferentes, deudas subordinadas o similares, acudía al banco, que encontraba un comprador. Además las comercializaciones no eran masivas, por lo que hasta hace relativamente poco, no se era consciente del problema y en consecuencia no había litigios, y por tanto no hay demasiada jurisprudencia ni profesionales enfocados a esto, ni tan siquiera unos criterios más o menos conocidos entre los abogados. En definitiva, estamos en territorio por descubrir, y además con unas condiciones cambiantes.

Por tanto, el primer truco es que escapen de aquel profesional que LO SEPA TODO. Simplemente le mentirá, porque es imposible. Lo que deben hacer es buscar información; pero busquen información mediante un proceso contrario al usual; normalmente se busca información para reafirmarnos. Es decir, en el caso de las preferentes, lo normal es buscar todos aquellos puntos que puedan favorecernos, cuando en realidad lo que debería obsesionar a todo el mundo que tiene intención en acudir a un contencioso de cualquier tipo, debería ser conocer los puntos débiles, o aquellos puntos en los que el contrincante pueda atacar, con el fin de preparar la mejor estrategia.

Busque los problemas o los puntos débiles y enfoque las entrevistas con cualquier abogado en ellos. Yo contrataría a aquel que cuando se le pille en algo que no conozca diga lo de “Pues ahora mismo no sé, pero lo investigo”.

Buscaría también a aquel que apoye todo lo que diga en base a jurisprudencias previas o en base a normativas, que se puedan aplicar, explicando lo más posible todas las alternativas que pueda haber.  En mi opinión el abogado que mejor se adaptará a las necesidades de las personas es aquel que haya trabajado la situación lo suficiente como para justificar con argumentos de peso lo que diga, y yo en particular escaparía del que usa las frases de “en el juzgado opinan”, o “en consumo opinan”, sobre todo si nos cuela en el mismo esquema el argumento de  que “no existe garantía porque los funcionarios, ya se sabe”.

 

Por supuesto, ni de lejos me quedaría con el primero, sino que contrastaría las respuestas que me diesen con otros abogados, en el sanísimo ejercicio de “busque, compare y si encuentra otro mejor…”. Lo bueno es que el criterio para elegir entre ellos es sencillo; ha de ser el más contundente, (se tome el tiempo que se tome), y el que haya cubierto con sentencias y normativas la mayor parte de las contingencias. Si es suficientemente exigente, lo será más que un juez que también es posible que tampoco entienda demasiado bien las preferentes.

En todo caso, todo el mundo debería tener en cuenta que se ha metido en una situación como esta por fiarse de unas personas, que contradecían documentos escritos a los que no se hizo caso porque se escapan a los conocimientos que tienen la mayor parte de las personas; jamás puede ser bueno repetir los mismos errores.

Evidentemente esto es una locura, ya que en un sistema con un mínimo de sentido común, deberíamos fiarnos de las entidades financieras, de los abogados y de la prensa. Pero lamentablemente hacer hoy lo que sería normal y deseable, puede convertirse en el peor de los errores. ¡así nos va!.

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  1. #9
    16/09/12 01:52

    Desde luego el “busque, compare y si encuentra algo mejor…” es el método ideal para contratar a un profesional. Pero para ejecutarlo habrá que preparar la cartera... ¿No podrían ser gratuitas las primeras visitas? ¿Por qué tienes que pagar para "conocer" a un profesional? Y es algo que ocurre también en medicina, odontología, etc. (aunque siempre hay excepciones).

  2. #8
    06/09/12 02:23

    Yo miraría la forma y manera de enfocarlo desde un punto de vista legal de consumidor, y con abogados de estas asociaciones.
    Lo que mete miedo es ir a un juicio de igual a igual, cliente-banco, y de forma individual. Si sales vivo de la experiencia seria de chiripa :(

    Suerte a los afectados.

  3. Top 10
    #7
    05/09/12 17:27

    Otra idea es buscar abogados que tengan experiencia en demandas bancarias por "error de consentimiento", de esto los hay a centenares en el tema de los swaps www.noclip.es , que como sabes Tomas la base legal es la misma, no así los efectos económicos.

    Por otro lado una buena precaución es pedir un presupuesto, luego compararlo con las tarifas recomendadas por los colegios de abogados, supongo que por "San Google" exsitirán (repito "recomendadas", porque me parece que son guía de precio, no obligación de ello), entonces negociar con el abogado que se implique en el resultado, .... vamos que una parte fija y mas reducida que "la tarifa recomendada" y un porcentual sobre éxito .... creo que los juristas en estos momentos aceptan estos planteamientos, porque trabajo hay mucho para este "gremio", si hablamos de "trabajo con posibilidades de cobro" un poco menos, y si sus honorarios van en función de resultados se supone que no se va a meter si no ve posibilidades, luego se gana o se pierde, pero no montan demandas por el hecho de facturar si con ello se supone que el importe fijo es solo "cubrir gastos" .....

  4. Top 100
    #6
    05/09/12 10:41


    Un tema candente el de las preferentes que se introducen por compañías en fin por todas partes. Como muy bien dices se tiene este derecho el de "la justicia" que por mi parte lo veo muy serio, porque en el caso que se pierda, el caso, el abogado que dices, alguien tiene que pagar todos los gastos del juicio y la verdad como muy bien sabes perder a nadie le gusta y mucho menos pagar cuando ya se va perdiendo.
    Por fiarnos como muy bien dices de todos, aunque hay muchos, que de ninguno.

  5. #5
    05/09/12 02:55

    Comparto aquí mi solución para un tema laboral, que recomiendo muy mucho.
    Exponer detalladamente el caso por mail a esta web:
    http://laboro-spain.blogspot.com/
    Te dirán el coste de la consulta ,ojo, 100% a tu favor como trabajador, con el informe ese te vas a un abogado de tu ciudad-pueblo que alguien te diga que es bueno y le enseñas el informe para que vea tus expectativas en el caso.
    Puede ser con un sindicato, pero mi experiencia a sido totalmente negativa.
    Para temas laborales estos de laboro son unos auténticos fenómenos, y en muchos casos no necesitas abogado.

  6. #3
    Madoz
    04/09/12 10:59

    Muy acertado, un poco de precaución ante la avalancha de damnificados.

    Yo personalmente, me fiaría más del que duda y pone los pros y los contras (sólo sé que no sé nada) e invita a consultar con otros, porque pienso se esforzará más y no dará falsa esperanzas, que el que va de sobrado, presume demasiado, te llevará hasta el tribunal supremo para cobrar más honorarios y sólo al final pondrá cualquier excusa echando la culpa al gobierno, por ejemplo.

    Es parecido en mi opinión, al contrato bancario que lo originó y aplicable en sentido extenso a los temas de consumo o uso especializado.

    En ellos, toda información o conocimiento es poca, pero imprescindible para saber dónde nos movemos y controlar el asunto con la dedicación necesaria.

    Existen asociaciones de usuarios que llevan casos en grupo y colectivo y sirve para minimizar riesgos, costes y la experiencia suele ser mayor, por ser temas bastante recientes, aunque es verdad que se pierde la necesaria individualización del caso.

    Analicemos concienzudamente los pros y los contras que tengamos y tomemos una decisión consecuente.

    El decreto que limita el poder recurrir, tardará en entrar en vigor y además podría ser ilegal o anticonstitucional por limitar el articulo 24 de la Constitución.

    También es verdad que no podemos cambiar el mundo nosotros solos y hay un dicho jurídico, que dice que "es mejor un mal acuerdo, que un buen pleito" y por eso no hay que descartar otras vías de resolución de conflictos, como el arbitraje o la conciliación para evitar el pleito que será lento, caro, farragoso y en lenguaje no apto para profanos y evitar echar más gasolina al fuego, que es lo que la impulsividad produce sobre temas que se quieren arreglar rápido, cuando se han estropeado durante demasiado tiempo.

    Suerte.

    Un saludo

  7. #2
    04/09/12 07:52

    hola tomas:
    podrias explicae el limite que tendria el BCE a la hora de imprimir como hace EEUU?
    una vez comentaste creo que el limite seria el tener que capitalizarse y ampliar capital pero si puede imprimir e imprimir no lo veo.
    gracias por tu tiempo y un saludo.

  8. #1
    04/09/12 03:10

    Sabios consejos, que pueden aplicarse no sólo a la elección de abogados para el tema de las preferentes, sino para la mayoría de los casos.

    Lástima que, posiblemente, no servirá para ninguno de los que se han visto implicados en este tema, pues de leer los consejos dados en Rankia, casi la totalidad no se hubieran visto perjudicados por las preferentes. Si a ello añadimos que una gran mayoria usa un sentido común "peculiar" lo más probable es que eligan el que su "instinto" les diga !este!, y en un 80 % de casos será el menos adecuado. Así funcionamos.

    Con la última frase no puedo estar más en desacuerdo: El sentido común del sistema debe ser similar al de la mayoría que compone dicho sistema, y como dijo Llinares en su blog "la plebe siempre se equivoca", yo no sé si lo indicado siempre es así, pero de lo que no tengo la más leve duda es de que el sistema en sí, y por ende toda la humanidad, tiene un sentido común que da risa, hasta el extremo que conllevará la extinción de la raza humana en un lapso de tiempo breve.

    Mi experiencia personal me dice: No te fies de la prensa, desconfia aún más de las entidades financieras y de todo aquello que mueva dinero, y huye como de la peste de los abogados o similares, si bien a veces no hay más remedio y hay que caer en sus redes.

    Saludos


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