Muchas veces hablamos en términos abstractos porque no podemos abarcar temas generales en base a aspectos concretos. Otras veces se trata de engañar o manipular para hablar en forma general de aspectos muy concretos que no serían aceptados ni aceptables por nadie si se entendiesen perfectamente.
Sin embargo, a veces tenemos que recordar que la macroeconomía no es más que tratar de entender unas relaciones acerca de la microeconomía, que a su vez es una forma de representar la realidad. Por lo tanto podemos engañar o engañarnos, (la diferencia es sí el error es intencionado o no), que al final la realidad será la que sea.
Pues esto que ocurre con tantas cosas ha ocurrido con la palabra “sacrificios”. Recordemos que no hace mucho, teníamos instalado un discurso en todos lados en los que se hablaba de la necesidad de afrontar sacrificios para salir de una situación complicada. Y digo que recordemos que no hace mucho, porque tengo la sensación, (por lo menos en mi entorno), que la dinámica ha cambiado y ahora ya no tenemos infinitas conversaciones (en la “vida real”) en la que se habla de la necesidad de hacer sacrificios, sino que ahora el tema estrella es que “hemos sido sacrificados”. Digo la vida real, por alejarme un poco de los discursitos de analistas estrella, consejeros de tal o políticos de turno, que aún no se han enterado de lo que está pasando en el mundo.
En este sentido me gustaría contar que cuando se aprobó el plan de Zapatero aquel en el que se hablaba de salir de la crisis a base de sacrificios, y cuando comenzaron a caer la reforma, (bajada) de pensiones, las bajadas o congelaciones de sueldos, los abaratamientos del despido, mientras se daba carta libre y dinero para que subiesen los precios de gasolinas, energía, a la vez que se aprobaban gastos disparatados que sólo tenían como objetivo salvar a constructoras, concesionarias y demás joyas de nuestro IBEX, me encontré un día discutiendo con el dueño de un bar al que solía ir a tomar un café, (a lo mejor una napolitana), y echar un vistazo a la prensa en papel, y hacer el sudoku de algún periódico.
De aquellas los autónomos y las pymes lo estaban pasando mal, pero aún no era demasiado dramático, y en realidad el problema es que pagaban demasiados impuestos, (aunque en realidad hace tiempo que pagaban poco más que la voluntad). Sin embargo, ya estábamos en un punto en el que el gobierno ya no podía hacer nada a favor. En definitiva, lo que estaba haciendo el gobierno entonces era meter en muchos problemas a los trabajadores, dejar a su suerte a las pymes y salvar a las grandes y sobre todo a Bancos, (eso no ha cambiado demasiado, salvo que quizás ahora las pymes reciban más golpes porque se trata de quitar de donde haya, por lo que ahora se ha olvidado la cierta neutralidad que con los emprendedores había).
En fin, el caso es que me sorprendió un día una discusión en el bar, (pequeño negocio que llevaban una pareja de personas no demasiado adentradas en la cuarentena), en la que el dueño manifestaba que le parecían muy bien los sacrificios que se pedían a trabajadores, (de aquellas subidas de iva, de precios de productos básicos, de irpf, bajadas o congelaciones de sueldos…) y pensionistas, porque había que sacrificarse un poco, y por tanto los que tuviesen un sueldo tendrían que sacrificarse para sacar los negocios adelante. Además se quejaba de que llevaba dos años sin poder subir los precios y por tanto alguien tendría que hacer algo.
La discusión no iba conmigo, pero como ya nos íbamos conociendo, (es lo que tiene tomar algo día a día allí con clientes repetidos), entré a saco y le hice una pregunta y una respuesta:
¿Sabes que significa la palabra sacrificio y como va a afectar?: ¡Una de las cosas que tengo en mente si se me descuadra el presupuesto es pasar de los cafés fuera!. En realidad ya hacía un par de años que había renunciado al desayuno en el bar, (para desayunar en casa), pero mantenía el café que en estos momentos estaba en el punto de mira.
Lo sé, quizás soy demasiado cutre y no tiene demasiado glamour estar hablando de poner el café en el punto de mira, cuando estamos hablando todos los días de noticias en las que es el gobierno el que pone en el punto de mira a los funcionarios, pensionistas, taxistas… pero sin embargo entiendo que eso era básico, y entiendo que esa es la razón por la que ahora en los bares ya no oímos demasiadas demandas para sacrificar a la gente. Pero sin embargo en aquellos momentos, la cosa no estaba tan clara, aunque fuese una perogrullada. Este sacrificio en mi caso incluyó finalmente entre otras cosas pasar del café, leer la prensa por internet y encontrar una página de internet para hacer sudokus de vez en cuando. Son cosas que me gustaba hacer, y eran una rutina para mí, y quizás en su día cambiar esta rutina haya sido un sacrificio. Sin embargo hoy resulta que curiosamente ni me acuerdo de esto, y tengo un vago recuerdo de que tal costumbre me proporcionaba cierto placer, (lo que por cierto es lo peor que le puede pasar a un negocio).
Es decir, he sacrificado algunas cosas, (algunas más que esta), pero sin embargo curiosamente me he adaptado a una nueva forma de hacer las cosas, y en realidad el sacrificio, (a pesar de que existiese), no ha sido para tanto.
De hecho me había olvidado por completo de este bar, hasta que paseando el otro día me lo encontré cerrado. No tengo ni idea de las circunstancias, ni de la situación de estas personas, pero lo que si tengo claro es que no fui el único que redujo los cafés y lo que sí tengo claro es que mi sacrificio supuso un ahorro de unos 45-50 euros al mes, pero a su vez una bajada de su facturación por este importe. Su sacrificio, por mucho que en aquellos momentos no lo viese, fue muy superior al mío porque ha sacrificado su medio de vida. De la misma forma, los medios perdieron lectores, (tres cuartas partes de lo mismo), de forma que la publicidad se traslada y etc…
Desde luego no me gustaría dejar la sensación de que me alegro de haber ganado aquella discusión; (porque en realidad creo que todos hemos perdido), y mucho menos en la posible desgracia de este negocio, (porque todo negocio cerrado es un drama). Pero quizás debamos entender que el no alegrarnos de esto no es síntoma de que seamos buenas personas o no.
Puede ser perfectamente un síntoma de egoísmo. Cuando este negocio cae, al igual que cuando cualquier persona es despedida o tiene que sacrificarse, lo que hace es generar un daño que se multiplica y traslada. Todo está relacionado, (esto precisamente es lo que trata de modelar la macroeconomía), y lo que tenemos que tener claro es que el pequeño sacrificio de muchos implica un gran sacrificio de otros, lo cual a su vez implica más sacrificios para los demás de tal forma que en cualquier vuelta de este círculo loco a todos nos puede tocar ofrecer el “gran sacrificio” de perder nuestra forma de vida, sea cual sea.
Y este “a todos” nos puede tocar, no admite excepciones, ni tan siquiera a las grandes empresas que se sienten muy seguras mientras se imponen sacrificios a los demás, sin que sepan muy bien lo que significa esto. En realidad estoy seguro de que en su momento el dueño del bar tampoco lo entendía, porque la cara le cambió en esa discusión, cuando se dio cuenta que los sacrificios eran en realidad reducir el poder adquisitivo de sus clientes, y eso no lo soluciona ninguna rebaja fiscal y mucho menos que le eliminen la necesidad de hacer tal o cual papeleo.