Me gustaría hablar de una frase que se está escuchando con cierta frecuencia entre las filas socialistas, los sindicatos y medios afines: “Se está eligiendo una salida en la que los ricos serán más ricos y los pobres serán más pobres”. Esta frase parte de la premisa de que a cada reforma y cada noticia nos encontramos con una situación que destroza a la clase media, por lo que directamente puede ser negada, salvo si cambiamos la premisa de partida.
El grave error de esta afirmación está en definir las medidas actuales como una elección entre varias opciones determinadas para salir de la crisis. Esta crítica, nos deja ver que existen dos varias salidas y que de hecho, las medidas que se están tomando nos sacarán de la situación. Por tanto tan sólo nos queda discutir sobre la dudosa justicia de esta opción, lo que a su vez es un grave problema, debido a que la primera prioridad de muchísima gente es salir de esta situación renunciando incluso a otros temas adicionales.
Está claro que la existencia de estas alternativas es algo que muchos dirigentes consideran viable. De esta forma, está claro que el partido socialista consideró en su día (concretamente en 2004 cuando llegaron al poder) que era una formula valida y de formas más o menos veladas se apuntaron al carro, tomando una posición pasiva primero y claramente activa después en el desmantelamiento de una clase media que había comenzado mucho antes. Está claro que el Partido Popular considera que esto tiene futuro y que incluso los sindicatos y los empresarios comparten que todas estas medidas (aunque a los primeros no les gusten), nos van a sacar de esta situación.
Y el grave error es entender que dicha afirmación no es cierta en las circunstancias actuales y lo peor es que esto viene derivado de que aún no se ha hecho un diagnóstico correcto de las causas de esta situación, derivado de que se nos venden como causas los síntomas que van apareciendo, de tal forma que a cada vuelta se buscan soluciones que palien determinado efecto sobre unas determinadas empresas que acaban empeorando la situación global.
Este es el grave problema; no hay solución mientras no se entienda que el concepto clase media, por muy difuso que sea, es un aspecto clave en la economía. Es así de simple; a lo largo de la historia se puede comprobar en multitud de casos la correlación entre clase media y economía, de tal forma que no va a existir solución a la situación económica, mientras no exista por lo menos una estabilización de la clase media, entendida esta como la mayoría de los ciudadanos.
En este punto, puede ocurrir que llegue un momento en que los castigos y los excesos lleguen al límite, de tal forma que la clase media deje de empeorar, o bien que por fin cambien radicalmente toda la serie de dogmas basados en la pura ley de say, y se trate de desandar radicalmente el camino andado antes y después de la explosión de la situación. Según lo que ocurra tendremos una salida (muy lenta o incluso eterna) de la situación u otra; Pero mientras sigamos en el círculo vicioso en el que nos encontramos en el que la situación de los ciudadanos empeora, por tanto se ajustan, por tanto empeora la situación de las grandes empresas, por tanto se aprueban normativas para salvar a grandes empresas, jamás podremos salir de esta situación.
Otra cosa es que, y es más que evidente que esto está ocurriendo, tengamos a determinados grupos o colectivos a los que se la trae al fresco la economía y que tan sólo tratan de preocuparse de determinados intereses particulares. Una incorrecta distribución de la renta genera unos efectos económicos desastrosos y desde luego gran pobreza, pero a su vez genera bolsas de riqueza y un incremento de la capacidad de negociación y generación sencilla de rentas para determinados colectivos.
En este sentido, es fácil comprender que “los ricos”, (simplificación no muy acorde con la realidad ya que en realidad significa una parte de personas que obtienen sus rentas de una determinada forma), puedan defender estas medidas de concentración de la riqueza, porque les viene muy bien a sus intereses aún a costa de hundir el país. Evidentemente en sus discursos, comunicaciones e informes, jamás van a contar esto, sino que van a proponer teorías más o menos elaboradas para defender que plegarse a determinados intereses va a significar una mejora económica, (y luego inventar siempre alguna razón por la que las cosas no han funcionado).
Pero entendiendo que determinadas personas traten de hacer el juego que más les interese, lo que no tiene ningún sentido es que hoy nos encontremos con la frase de “la salida que no nos interese”, para la que sólo tengo dos explicaciones; o bien estamos ante alguien que aún no se ha enterado muy bien de la historia o bien estamos ante alguien que está de acuerdo con estas medidas, pero que cara a la galería trata de negarlas.