En La Voz de Galicia, medio de pasada, encontramos lo que es una noticia, que debería llamar mucho la atención. Entendido como noticia un suceso que sale de lo habitual, encontramos DIGNIDAD. De hecho casi no salgo de mi asombro.
La persona en cuestión es un tal José (nada de Jose) Posé, que resulta que era el jefe del centro zonal de salvamento marítimo de Fisterra, en la época en la que se hundió el Prestige en nuestra costa. La historia es que estos días estamos a vuelta con el juicio de aquel acontecimiento en el que un petrolero que no debería navegar acababa embarcado sin un rumbo fijo, (esperaba destino), cargado de petróleo pesado y acaba abriendo una vía de agua frente a las costas gallegas. Total, que el buque acabó partido en dos en medio del océano, y las costas de Galicia, e incluso hasta Francia totalmente llenas de petróleo.
La solución a la vía de agua fue según las palabras de Francisco Alvarez Cascos, que era el ministro de Fomento de la época: “mandarlo al quinto pino”, y Mariano Rajoy, describía la situación como no grave, ya que tan solo había unos “hilillos de plastilina que se solidifican verticalmente”. (y lo poco que han cambiado las cosas…), mientras Paco Vazquez, (de aquellas alcalde de A Coruña) proponía bombardear el barco. Total un desastre colectivo y muchas decisiones que como poco son cuestionables. Sin embargo, el puesto de culpable oficial ha sido para el capitán del barco, que además es Griego, y que ha sido directamente crucificado, y en mi opinión no con demasiada razón.
Pues en todo este panorama, estos días han ido saliendo ciertas grabaciones de conversaciones en los centros de vigilancia que daban a entender que no todo se estaba haciendo bien. En las grabaciones parece ser que siempre salía una persona, que ejercía de gallego con aquello de la retranca.
Pues hoy a esta persona se le define como Caballo de Troya, porque resulta que a pesar de ser un ex alto cargo de Fomento, resulta que ha mandado a tomar viento todo el argumentario oficial en el juicio, ratificando, eso sí de una forma más formal, las frases que pronunciaba en las grabaciones durante el suceso.
De esta forma cuando cogen el remolque, resulta que se escucha una conversación en la que al final hablaba esta persona que hoy menciono, diciendo: "Me da cosa aguarles la fiesta. Están todos exultantes y diciendo: ¡joder!, hoy desfilan las medallas. Si, si... ya verás". Es más que claro que no estaba demasiado de acuerdo con el rumbo que tomaban los acontecimientos y el barco. De hecho, aparece otra conversación que acaba confirmando esto. En esta conversación ya están “mandando el barco al quinto pino” y sobre todo ya está más lejos que las 30 millas que decidieron los del comité de crisis que serían el límite para que no afectase a la costa:
Subdelegado del Gobierno (A Coruña): “¿El barco va muy lejos?”.
Fomento: “Huy, ya está, Madre de Dios, estará a treinta y tantas millas”.
Subdelegado del Gobierno: “¿Treinta y tantas?”.
Fomento: “No, como siga así, este llega a Groenlandia”.
Subdelegado del Gobierno: “Bueno, pues que llegue allá”.
Fomento: “Sí, joder”.
Subdelegado: “Vale, muy bien”
En definitiva, que en el juicio aclara que se estaba alejando demasiado, que el había propuesto meterlo en un refugio, pero que tenía poder limitado para hacerlo, (y por cuestiones políticas no se podía), y sobre todo que todo el mundo hablaba de alejar, pero nadie decía ni tan siquiera donde, hasta el punto de que tuvo que avisar de que iban a entrar en aguas de competencia Francesa de tal forma:
«Como se enteren los franceses nos la arman»
Y con una sencillez aplastante, contesta a la pregunta de si otros países hubiesen dado refugio al petrolero:
“«Por lógica, como marino, a un buque en peligro hay que darle refugio. No es nada extraordinario».
Para acabar hablando del Capitán, (acusado en el juicio y malvado oficial), dejando claro que la decisión de hablar con el armador antes de aceptar el remolque es totalmente lógica, porque los remolques no son gratis y nadie le dijo que en este caso sí que lo sería. Contando que no vio que Mangauras desobedeciese ninguna orden y sobre todo que fue una bendición que el capitán se quedará en el barco.
No pretendo ser un experto en temas marítimos y desde luego no tengo ni idea de quién tiene la razón técnica en este asunto, (aunque está claro que la decisión tomada difícilmente podría ser peor), pero lo que sí tengo que reconocer es que hace tiempo que no tenía una sensación de dignidad expresada de forma tan contundente. Y que vaya a un juicio a decir exactamente lo mismo que aparecía en unas conversaciones que estaban grabadas pero que se conocieron hace unas semanas, (por problemas técnicos en Fomento) es desde luego algo que dignifica hoy que la gente niega lo dicho hace un par de semanas con una facilidad pasmosa.
Y sí, hoy está jubilado y puede decir lo que quiera sin demasiadas presiones en un juicio, pero en aquella época este señor era un alto cargo y decía exactamente las mismas cosas en un entorno en el que claramente era contraproducente para su situación.
No sé donde oí o leí una frase que venía a decir que para ser decente hay que ser un héroe. Pues sin conocerlo demasiado, y quizás opinando demasiado a la ligera, tengo que decir que tengo la impresión de que esta persona traspasó lo que se entiende por decencia.