En la etapa de navidad he estado muy ocioso, sin embargo de un vistazo de los análisis que iban surgiendo me he quedado con uno que ilustra muy bien la actuación de determinadas personas que la están liando parda intentando montar unos cuentos más o menos elaborados para justificar beneficios propios, a pesar de que sea especialmente claro que a la larga acaba perjudicándolos.
Me estoy refiriendo a un artículo de opinión publicado en el economista y firmado por Javier Millán Astray, director de ANGED, (Asociación nacional de grandes empresas de distribución), que se titula: “Recuperar el consumo, una tarea de todos”.
El artículo comienza exponiendo que el sector de la distribución es uno de los sectores que más está sufriendo la crisis de consumo, pasando completamente de las causas del desplome de la renta disponible de los clientes. Es decir, en lugar de poner al cliente como centro de todo, (lo que debería hacer toda empresa dedicada a vender), lo que hace es ignorar directamente las medidas por las que los clientes no acuden a los establecimientos comerciales, lo cual por cierto, es ignorar completamente las causas de que exista una crisis de consumo de la que sí que se quejan.
Tan sólo toca alguno de los conceptos que afectan a los consumidores, como la presión fiscal y el coste de la electricidad, pero claramente referidos a la parte que les toca. Es decir; habla del coste de la electricidad, pero tan sólo referido al coste que hace que las empresas de distribución sean menos competitivas y hablan de la presión fiscal para las empresas, solicitando algún tipo de ayuda y por supuesto pide la no implantación de las tasas que se están planteando a los establecimientos comerciales. Critica la imposición de algunas tasas medioambientales a las grandes superficies, con la lógica de que no tiene demasiado que ver, aunque olvida todas las tasas que están sufriendo sus clientes tampoco lo tienen.
En definitiva, las recetas que da este señor son la eliminación de trabas para que las empresas del sector puedan realizar lo que les de la real gana, así como la sempiterna “confianza”.
Más allá de que estas medidas sean justas o no, (que en mi opinión, no lo son); que estas medidas sean apropiadas o no, (que en mi opinión no lo son), y que la confianza que importe sea la de los que tengan o dirijan empresas o bien la confianza del total de los ciudadanos, (existe un matiz muy importante en la distinción, sobre todo si hablamos de recuperar el consumo), lo que me parece es la máxima expresión de la falta de visión de una persona que está al frente de una asociación de grandes empresas.
Estoy dispuesto a entender que las asociaciones de banca, o las de concesionarias de obra pública, o las de fabricantes de vehículos, o de las eléctricas y resto de energéticas estén proponiendo estas medidas; a fin y a cuentas están en sectores hiperprotegidos, (lo que se hará para que sigan ganando dinero o rescatarlos en caso de que no salgan), y en sectores en los que los consumidores no podemos elegir, (en caso de bienes básicos por definición y en el caso de las constructoras que en muchas ocasiones construyen auténticas tonterías porque no decidimos nosotros), por lo que todo ahorro será favorable y serán las últimas en notar los efectos negativos de las propuestas. Es decir, parten de una premisa de que sus ingresos se ven poco o nada afectados y cualquier mejora de sus gastos viene como agua de mayo, olvidando que al final la caída del sistema económico arrastra a todo el mundo.
Pero es que en el sector de la distribución estamos hablando de un sector con una diferencia extrema. Es cierto que son los primeros afectados de una crisis de consumo, porque los clientes no pueden o temen, (¿no importa la confianza?), ser clientes. Cargándose a la clase media lo que se consigue directamente es que no existe clase media y los grandes distribuidores son las empresas que sirven a la clase media, por lo que tampoco creo que sea necesario entender que esto es un problema grave e insalvable para estas empresas, por muchas facilidades y bonificaciones que se les den.
¿Qué propuesta ha hecho para mejorar el consumo?. Porque este era el titulo del artículo. Independientemente de que la tasa mencionada para los establecimientos comerciales sea apropiada o no, la realidad lo que dice es que eliminando dicha tasa: ¿Cuánto mejorará el consumo?. Lo que tendría que pedir cualquier empresa es que sobre todo mejoren sus clientes y pedir toda una serie de medidas para que la clase media tenga más ingresos disponibles y sobre todo más confianza, para que así pueda convertirse en cliente. Todo lo demás es absolutamente secundario o debería serlo. Pues ni una medida para esto, lo cual no deja de ser curioso en un artículo que pone en el titulo recuperar el consumo pero que luego lo que hace es pedir ventajas para los distribuidores, que no son los consumidores, (salvo que yo me haya liado mucho).
¿O es que si logra no pagar en ninguna comunidad la tasa medioambiental pero sin clientes se va a reactivar el consumo?.