Hoy me he encontrado con un par de comentarios en los que se me pide que vuelva a hablar de economía en lugar de los casos de corrupción política. No han sido los primeros, pero me entra una curiosidad. ¿De qué creemos que estamos hablando en los casos de corrupción política que se están produciendo en España?. Vamos a tratar de analizar un poco la situación generada.
De vez en cuando nos despertamos con algún iluminado que nos cuenta que la clase media está en grave riesgo, o completamente destrozada. En unos casos parece que es un efecto de la crisis, en otros parece sin embargo que estamos ante una situación que viene de algún planeta distinto. Pero sin embargo, me gustaría recordar que uno de los primeros post que he puesto en este blog para explicar la situación en la que nos encontramos, se basaba en una ecuación insostenible, que explicaba una caída en la renta disponible de los ciudadanos; la contención salarial, unido a la especulación masiva en todo bien básico y a unas políticas monetarias condujeron a esta situación.
En este post, que en realidad era una recopilación de post, trataba de explicar algo que desde un punto de vista económico es totalmente obvio. Se ha destrozado el poder adquisitivo de los trabajadores desde todos los puntos de vista, y se han alterado las reglas del juego en los mercados; y esto sólo puede llevar a una situación posible. En realidad, cuando hablamos de la caída de la clase media no estamos hablando de algo exógeno y mucho menos una consecuencia de la crisis, sino que es causa fundamental del punto en que nos encontramos ahora.
A principios de la década pasada, nos encontrábamos con una crisis financiera, (las burbujas punto.com), de la que se salió con toda una serie de medidas que en todo caso perjudicaban a los ciudadanos. El argumento ya dejó de ser buscar una política económica que beneficiase a los ciudadanos, sino buscar una política económica que pudiesen soportar los ciudadanos. Este fenómeno hoy es cada vez más visible y ya llega incluso a nivel países. Los optimismos surgen cuando surgen análisis o informes que nos cuentan que los ciudadanos pueden aguantar más; los pesimismos cuando surgen alarmas que indican que la situación ya está en el límite. En todo caso, resulta que hace mucho tiempo que los intereses de los ciudadanos, que deberían ser el horizonte de cualquier política económica no cuentan. De hecho, otro gran error reconocido es aquel de las instituciones que han permitido la formación de burbujas, que impactan sobre los ciudadanos, unido al de montar un sistema económico que ha desembocado en esta situación; este error no ha sido tal, ya que en realidad las burbujas no han sido algo “no detectado”, sino que han sido algo buscado, (como también he defendido ya en post muy antiguos). Por si tuviese discusión este hecho antes de la caída de los mercados en 2008, podemos entender lo que ha ocurrido después.
Los gobiernos (y en sentido amplio ya que no hay apenas excepciones), instituciones y en general medios de prensa se han consagrado antes y después de 2008 a una loca carrera en la que todo vale para generar unos desequilibrios en los que los ciudadanos cada vez pintamos menos. Por ejemplo, en estos días hemos conocido que The Economist alaba la reforma laboral, porque deja a las empresas con el mango de la sartén a la hora de fijar los sueldos, lo cual estaría bien, si no fuese por la aberración pura y dura desde una óptica liberal de que tal cosa ocurra, (¿libre mercado con poder absoluto por una de las partes?). En definitiva, poco a poco, y en algunos sitios con más velocidad y profundidad que otros, nos encontramos con la adopción de medidas que llevan a que los trabajadores y consumidores, (que recordemos son la inmensa mayoría de los ciudadanos), se encuentren en un marco económico, normativo y social totalmente hostil, lo cual lleva directamente a que la inmensa mayoría de los demás ciudadanos, (los propietarios de pequeños negocios), se encuentren en la misma situación.
Evidentemente tras la situación económica actual, (incluso tras aquello de ignorar todo lo que haya que ignorar para vender ahora una recuperación, al igual que en 2009 o en 2010), se encuentran toda una serie de decisiones políticas que han contribuido y mucho a esta situación; y por supuesto el hecho de que los ciudadanos sean algo (ni tan siquiera alguien), a lo que engañar, para luego defender sin problemas que no hay que hacer caso, tiene y mucho que ver en esta situación.
¿Y donde entra la corrupción en este esquema?. Puedo comprender que hace unos años esta realidad no se viese; es decir, puedo entender la existencia de una especie de ceguera sobre este punto que llevase a concluir que todo lo que ha ocurrido en España ha sido incompetencia; pero hoy en día, es imposible pensar que estamos ante esto; los efectos son tan claros y los argumentos para defender determinadas cosas son tan rebuscados y absurdos que tan sólo quedan dos tipos de posibilidades para explicar las decisiones de las personas que toman puestos de responsabilidad; o bien el miedo a tomar decisiones drásticas que supongan un cambio real o bien que estamos ante un sistema absolutamente corrupto. En definitiva, hoy no hay un problema técnico para determinar cómo salir de esta situación; hay un problema derivado de la estructura de poder y los mecanismos que están controlados por determinadas personas y grupos de poder. Y aquí sí que está presente la corrupción.
Un fenómeno, que por cierto tiene tantos efectos económicos, que se podrá relacionar perfectamente el bienestar y el desarrollo económico con el nivel de corrupción que nos encontremos. Pensemos que la corrupción permite grandes beneficios rápidos y sin apenas riesgos, a la vez que empobrece a las personas y en consecuencia a los países. Esto es un hecho, hasta el punto de que he tenido que explicar a aquellos que buscaban apoyo externo para luchar contra la corrupción, algo muy básico: ¡a los de fuera les viene bien la corrupción en nuestro país!.
El otro día me preguntaban también si esto era una conspiración de la banca yankee o de Merkel para tumbar al gobierno del PP; contesté en general, y me preguntaban al final por Europa. Me gustaría aprovechar para contestar con una perogrullada; con los fenómenos de la corrupción pasa lo mismo que con las burbujas; la explicación oficial que dará cualquiera es que se huye de ambos, pero en realidad, esto no es cierto; la corrupción, los políticos y los sistemas maleables son una fuente de atracción para quien tenga capacidad de aprovecharla; por esto absolutamente nadie se ha puesto firme con la corrupción, de la misma forma que nadie se pone firme con las burbujas. En realidad el problema para los de fuera no es ni la corrupción, ni las burbujas; el problema para los de fuera es que ambos no revienten; y desde el punto de vista de la economía, y sobre todo para los de dentro esto es requisito imprescindible para la mejora económica.
¿O acaso creemos que podremos recuperarnos sin que los responsables políticos piensen en los ciudadanos y no en como entregarnos, sin honradez y sin unas reglas que se cumplan independientemente del poder del interesado?. ¿Alguien cree que puede haber desarrollo económico con corrupción?. Pues me pueden ir dando un ejemplo en la historia.
Y todo esto, aun sin tener en cuenta el concepto de la ventaja competitiva que obtiene el que entra en la corrupción frente al que se intenta mantener limpio, (parece que no se puede hacer un post de economía sin sacar la competitividad a paseo), o detalles tontos como la sostenibilidad de la seguridad social que no va a mejorar cuando las empresas se preguntan ¿Por qué voy a cotizar correctamente si no constan las cotizaciones del PP por Rajoy, (supongo que como tiene la pensión máxima por diputado..¿para que?, mientras el mismo partido cotiza por despedidos para generarle derechos porque según parece es normal y costumbre?.