A lo largo de esta semana pasada, nos hemos encontrado con varias noticias que versaban alrededor de los depósitos en las entidades financieras, que recordemos son los saldos en las cuentas corrientes, las cuentas de ahorro y las imposiciones a determinado plazo, en las entidades financieras. Es decir, son aquellos productos en los que la persona por lo menos en teoría no corre ningún riesgo referido a precio. Es decir, que en teoría una vez fijadas las condiciones, sabrá en todo momento el importe que ha de percibir, tanto en concepto de intereses, (si existen), como de principal. Además, los estados ofrecen garantía de cobro.
Sin embargo, el acuerdo de Chipre dinamitó este sistema y luego nos hemos encontrado con numerosos mensajes, no siempre demasiado fieles a la realidad. El primero, es de nuestro país, en el que Montoro ha anunciado una pequeña tasa a los depósitos, que ha aparecido repudiada por todo el mundo debido a que recordaba mucho al impuesto, que en realidad es una quita en Chipre. Pero, ¿son lo mismo?. Las diferencias son más que evidentes, ya que en un caso se impone un impuesto a las personas para al final dar el dinero al banco, mientras que en el otro, hablamos de un impuesto a las entidades financieras, en el que se ha usado una excusa. Independientemente de que guste o no el impuesto sobre los depósitos a la banca, (que en particular, siempre he defendido que paguen los impuestos que paga todo el mundo, eliminando deducciones ad hoc y demás trucos para que no paguen impuesto sobre sociedades, en lugar de pequeños trucos como este o la tasa tobin), tenemos que entender que no es lo mismo un caso que el otro.
¿Hará bajar el rendimiento de las imposiciones a plazo fijo, (una parte de los depósitos), una tasa sobre los depósitos de las entidades financieras?. Esta es una diferencia fundamental respecto a lo de Chipre, ya que la tasa sobre los depósitos que se imponga a la banca, no va a generar una subida, ni una bajada de las rentabilidades, por la sencilla razón de que esta tasa va a depender de la situación del mercado de depósitos, en el que las personas ofrecen dinero, a cambio de un precio.
De hecho, es mucho más parecido a lo de Chipre la famosa Ley Salgado, (en su día), reeditada mediante la comunicación telefónica del Banco de España acabando con la guerra de depósitos de las entidades que afecta al mercado, provocando una concertación en la oferta que lleva a una bajada de la rentabilidad espectacular, inconsistente con una situación en la que las entidades buscan desesperadamente fondos por todos lados. Recordemos que hace unos meses esta política ha supuesto una bajada espectacular de las rentabilidades que se cobran por un dinero cada vez más escaso, lo cual puede ser interpretado de la siguiente forma: Gracias a la muy mafiosa casi normativa del Banco de España, todo aquella persona que pretendiese renovar un depósito perdió un 2% anual, dinero tan real como todo. Se pueden poner tasas a las entidades financieras o no, que lo que realmente va a condicionar el precio del dinero en los depósitos son estas cosas.
De hecho, otra idea que ha surgido en cuanto a los depósitos, es aquella relativa a que son los extratipos lo que ha acabado con los bancos Chipriotas. En realidad, esto es una falsedad increíble, por unas cuantas razones; la primera es que los extratipos no son realmente extratipos, sino que son tipos de interés en torno al 4% en un entorno en el que el poder de mercado está claramente en manos de las entidades, pero que existe mucha escasez de dinero. Es ridículo escuchar a los del libre mercado para todo, aquello de los extratipos, cuando pagan un 4% mientras cobran unos tipos de interés de locuras y les parece bien unos tipos de interés de demora del 18%; pero más allá de considerar “extra” lo que sale de un mercado en el que el poder está del otro lado, lo más obvio es que las entidades no caen por pagar tipos de interés demasiado altos. Más bien, nos encontraríamos con una situación en la que las entidades financieras caen por una situación económica desastrosa y que curiosamente les obliga a buscar fondos donde sea.
Pero el último absurdo al respecto, viene otra vez de la UE o de Chipre. Tras el fiasco de imponer quitas a todos los depósitos, parece ser que se busca un acuerdo en el que el porcentaje de quitas de los depósitos depende de la entidad financiera de la que hablamos. En este sentido, a pesar de que el inmediatamente quebrado y nacionalizado es el segundo gran banco del país, la propuesta es que la quita a los depósitos mayores de 100.000 euros, (o la quita a lo que supere los 100.000 euros, que supongo que será lo que en realidad se está planteando a pesar de la redacción de todas las noticias), sea mayor en la primera entidad que se supone que no es la quebrada, con el objetivo de que no se convierta en un problema.
Es tan absurda la propuesta, (aunque finalmente se haga), que no sé ni por dónde empezar. ¿resulta que tendrán que asumir pérdidas los depositantes de entidades aún no quebradas?, ¿Qué además tendrán que ser mayores que en las quebradas?. Pero, ¿Esto qué significa si lo trasladamos a España?.
Y ya que estamos, ¿Por qué los depositantes en los bancos islandeses eran ahorradores puros y duros bienintencionados de la UE, mientras los de Chipre son mafiosos en un paraíso fiscal?. Una pregunta tonta; si mañana ING tiene problemas, ¿se concluirá que todo el mundo que tiene dinero en ING viene de la economía sumergida?.