Hoy hemos conocido las recomendaciones de la comisión europea acerca de España. Y lo que tenemos es un diagnóstico, (el enésimo), y unas recomendaciones, (repetidas otra vez).
Basicamente, las conclusiones son que estamos en una situación en la que “los desequilibrios excesivos ponen en riesgo la estabilidad económica”. Entendamos que esto no es más que un eufemismo que usan para decir en realidad que estamos destrozados. En todo caso, el otro día trataba de poner un post sobre las visiones macro, micro y la realidad para tratar de explicar lo que entonces sabía que iba a ser un error evidente.
¿Tiene sentido entender que los desequilibrios excesivos ponen en riesgo la estabilidad económica?. Pues como he explicado el otro día, las variables macroeconómicas nos dan una información muy útil, pero no debemos olvidar que son una representación de la realidad. ¿Cómo se explica que analizando los datos pasados (y con cierta antigüedad) veamos riesgos en la estabilidad futura?. En realidad lo que muestran los datos es que la estabilidad económica es un cuento chino de estos euroburocratas (tan democráticos y transparentes que nadie es capaz de conocer ni un solo nombre). En realidad los datos macroeconómicos dados, (el endeudamiento privado que no se redujo, el endeudamiento público que se incrementó, el paro que se ha generado…), son síntomas de una situación que ha colapsado y sobre todo síntomas de que las medidas que se han tomado una y otra vez para arreglar esto no han funcionado.
Por ejemplo, nos cuentan que el endeudamiento privado se ha reducido un 15% desde los máximos y más rápidamente en empresas que en economías domésticas. La primera conclusión de todo esto es más que evidente. Dado que las rentas empresariales se han incrementado y dado que las empresas, (sobre todo las grandes) tienen instrumentos para reducir el endeudamiento, (dación en pago generalizada para las constructoras, entrega de participaciones en financiaciones de operaciones corporativas, ley concursal y rescates varios por los que la deuda privada se acaba convirtiendo en pública) tenemos que entender que es posible reducir el endeudamiento en el sector empresarial no financiero, (respecto a las financieras el tema es distinto). En lo que respecta al sector doméstico, encontramos con una situación en la que tenemos rentas cayendo, precios subiendo, impuestos subiendo y bloqueo generalizado de ninguna salida, por no hablar de pérdidas generalizadas en cualquiera de las estafas o contenciosos.
En consecuencia, es lógico y normal entender que las medidas tomadas difícilmente iban a producir una disminución del endeudamiento de las economías domésticas importante, y en cambio sí que era de esperar una reducción mayor del endeudamiento privado de las empresas no financieras, que incluso es mayor que el que recogen las estadísticas. ¿Por qué?. Pues por el otro post preparatorio de este, que hablaba de que existen numerosas partidas que no computan, por uno u otro motivo en deuda pública. Entendiendo esto, cada vez que hacemos una trampa del estilo, nos encontramos con que la deuda pública está subestimada, mientras que la deuda privada está sobreestimada, de tal forma que la reducción de la deuda privada será superior a la que nos dé el indicador, y al revés.
Antes afirmaba que la deuda del sector financiero era un tema distinto; lo hacía por tratar de exponer una conclusión que es cuando menos curiosa. Resulta que en algún momento todo el mundo llegó al diagnóstico de que esta situación era un problema de endeudamiento, (cuando en realidad este no es más que una consecuencia de unas rentas, las que a su vez vienen como consecuencia de unas políticas), pues curiosamente se llegó a la conclusión de que había que perseverar en esta situación y exagerarla. ¿Qué ha ocurrido con el endeudamiento?. Pues lo que tenemos según el diagnóstico de marras es que el endeudamiento total ha subido. Si lo analizamos por partes, partíamos de un problema de endeudamiento grave, (y un sector público bastante menos endeudado que cualquier país de los que dan lecciones); y ahora mismo nos encontramos con un sector privado igualmente endeudado y el sector público también endeudado. La razón por la que he dejado a la banca para el final es la misma por la que la han dejado en el informe, (la banca sólo aparece por aquello de que debemos completar todo lo que necesiten de la forma más rápida posible). El sector financiero canaliza el endeudamiento del país, de tal forma que si este se incrementa, el endeudamiento de la banca se incrementa. ¿Qué esto no es grave debido a que los Bancos Centrales hacen lo que sea?.
¿nos dicen que esta situación genera un riesgo?. Pues lo cierto es que es un poco absurdo, porque estos datos nos dan una certeza que es la de un error en las medidas aplicadas. No se puede entender que todo se supedite a reducir el endeudamiento y todo se supedite a reducir el déficit, y resulte que el primero se incremente, (por mucho que no se tomen la molestia de sumarlo) y que el segundo se incremente también (aunque se use en todos los sitios aquello de que se redujo, sin tener en cuenta las ayudas a la banca, y no se diga que tampoco están todas las cantidades que no entran en deuda pública por los trucos habitualmente usados).
Hablando de riesgos futuros, en lugar de una realidad desastrosa, parece que unos cuantos se olvidan de responder de la bondad de unas recomendaciones que se han encargado de imponer a sangre, fuego y chantajes de todo tipo, a pesar de que era más que evidente que llevaban precisamente a la situación actual.
Pero es que además de la situación del endeudamiento, resulta que ahora nos piden otra reforma laboral, porque resulta que la situación es (y es más que evidente) insostenible, (aunque vuelvan a hablar de un riesgo futuro que ya hace llorar). El año pasado, con la reforma laboral del año pasado, en medio de los post en los que explicaba porque no iba a funcionar, la realidad es que colocaba un post en el que exponía que llevábamos 6 (la de 2012 era la 7), en la que siempre se buscaba estabilidad en el trabajo, creación de empleo… pero que en definitiva todas eran para bajar sueldos (lo que afecta otra vez a las rentas de unos y otros) e introducir precariedad. Hoy resulta que nos cuentan lo de la estabilidad, incrementar los fijos, recuperar el empleo, y sobre todo adecuar los salarios a la realidad económica, (¡bajarlos!).
En definitiva, parece que olvidan otra vez explicar que la reforma ha empeorado la situación, amparándose en el retraso de las reformas. Curioso argumento, dado que la reforma ha logrado su objetivo desde el primer momento: despedir barato y bajar los sueldos de forma importante. Por lo tanto, con retrasos o no, lo que es indudable es que si ha conseguido los efectos buscados y esto ha llevado a un empeoramiento de la situación, no se puede defender que haya funcionado jamás.
En todo caso, aciertan, eso sí, con el fenómeno de retroalimentación entre las dificultades de desendeudamiento, contracción económica y volatilidad en los mercados financieros, pero lejos de pedir la solución global que reclaman, parece que se centran otra vez en aquello de cargarse todo para salvar a los mercados financieros, (reclamando ahora beneficios a los arrendadores, bajo el nombre de fomento del alquiler, cuando curiosamente los bancos están detrás de la mayor inmobiliaria del país, o introducir factores de sostenibilidad en la seguridad social que es cargarse el sistema de seguridad social, que deja de ser seguro y social, todo ello para salvar el agujero de los fondos de pensiones privados que nunca tendrán una recomendación de la unión europea.
En todo caso, me gustaría dejar mi recomendación principal, que no es otra que pedir a aquellos que se escandalizan de las presiones, coacciones y demás cosas, que empiecen a reclamar de una santa vez, el hartazgo a unas medidas impuestas por alguien que no hemos votado, que no conocemos, que no nos representa, que no ha acertado nunca, que nos lleva al desastre y que desde luego no responde de nosotros.
Hemos asumido como normal que Bruselas nos lance ordenes y nos pida responsabilidades, cuando la realidad es que son los ciudadanos los que deben exigir responsabilidad a los que han tomado las decisiones que nos han llevado al desastre. ¡A todos!.