Hace un par de años, colocaba un post acerca de un asesinato acaecido en el pueblo de mi madre, que creo que puede entrar en la antología del disparate. El plan era un disparate, las conclusiones del fiscal absurdas, y la defensa en el juicio surrealistas. Tan absurdo y cómico era todo que incluso se llegaba por momentos a olvidar lo que había ocurrido: ¡un asesinato!.
Me gustaría recordar, que un vecino se encontró en un monte una bota de vino, una lata de atún, una de calamares, un par de latas de cervezas y mandarinas. Resulta que se lo comió y que la bota de vino estaba envenenada con estricnina. Un año más tarde detuvieron al asesino, (confeso y condenado), que era su archienemigo. Pues la defensa lo que manifestaba era la teoría del accidente. Venía a decir que efectivamente el veneno era del acusado, que este lo había colocado en el vino, pero que fue un accidente porque todo lo que buscaba era matar a los jabalíes y perros de los cazadores que destrozaban las cosechas, (que ni tan siquiera eran suyas).
En fin, todo tan absurdo que ya hacía hasta gracia. El caso es que fue condenado a pesar del papel que, según los periódicos, protagonizó el fiscal.
Pues todo este absurdo es lo que está ocurriendo en torno a los sucesivos escándalos que están sacudiendo el Partido Popular, donde descubrimos toda una serie de chapuzadas que no se pueden entender de ninguna forma, para luego buscar una explicación tonta al respecto.
Es imposible entender el hecho de que se siguiese pagando a Jesús Sepúlveda, (no tiene justificación semejante metedura de pata), pero más absurdo fue la explicación de que no se le podía despedir debido a la imputación por ser funcionario del PP. Explicación tan absurda que en el mismo momento se despidió.
De la misma forma, tampoco se puede entender el hecho de que se siguiese pagando a Bárcenas, y mucho menos la justificación de que no se le pagaba ofrecida por una Dolores de Cospedal que entre tartamudeos confesaba un delito contra la seguridad social.
Respecto a los papeles de Barcenas, me gustaría recordar la explicación de la contabilización del préstamo a García Escudero, por importe de 30.000 €, cuando en realidad enseñaban una contabilización de un préstamo de 24.000 €
Pues hoy aparece una noticia en infolibre, en la que se reproducen los balances de sumas y saldos de la enésima contabilidad oficial del PP, en el que constan pagos por 600.000 a Blesa y aporta las fotocopias de estos documentos de los años 1999, 2003 y 2006. El Partido popular emite un comunicado niega los pagos y trata de justificar estos apuntes contables de la siguiente forma:
“En la contabilidad del Partido Popular únicamente figura un pago a Miguel Blesa por un trabajo de asesoría profesional en el año 1994 por un importe cercano a 9.000 euros, muy alejado de la cifra que se ha publicado.
……
Como consecuencia del pago a Blesa del año 94 anteriormente citado, se creó un apunte contable con su nombre y con su correspondiente número, 410069. A partir de ese momento, en dicho apunte se fueron anotando saldos de distintos acreedores de todas las sedes del PP de España.
El apunte comprende, por tanto, sumas agregadas de muchos proveedores distintos que tienen el mismo número contable y corresponden a distintas provincias. Si bien, del listado de todo el partido, sólo sale el nombre del primer acreedor, que dio nombre a la cuenta en la sede central en el año 94, independientemente de que ese acreedor haya tenido operaciones posteriores.
En la información remitida al Tribunal de Cuentas aparecen la totalidad de los proveedores que se incluyen en el apunte 410069, que –por error- se han imputado a Miguel Blesa, por ser el primero de los muchos nombres incluidos en el apunte.”
¿Tiene sentido esta explicación?. Pues lo primero es que no tiene sentido desde el punto y hora en que el problema es que el tribunal de cuentas concluye entre otras lindezas que el Partido Popular no presentaba las informaciones de “las sedes del PP” de España y tampoco este documento. (ya había comentado dichos informes en su día).
Pero siendo este aspecto fácilmente desmontable, lo que tenemos es el absurdo de otra explicación a lo “simulación de contrato” o “funcionario Sepúlveda”, que es la de los números de las cuentas.
Para los que no conocen la contabilidad, tenemos que explicar que ese número 410069 tiene un significado y una lectura. Los tres primeros dígitos identifican lo que significa la cuenta y está normalizado en un cuadro de cuentas. Por esto podemos saber que la cuenta 410069 se corresponde con una partida que reconoce: “Acreedores por prestación de servicios”.
Los siguientes dígitos reconocen a cada uno de los acreedores de tal forma que lo normal, y lo que hace el Partido Popular es asignar un código a cada uno de los Acreedores por prestación de servicios que tengan. (lo que ahora niegan). Es tan sencillo reconocerlo como analizar cualquiera de los documentos que nos adjuntan, en los que además del 410069 se encuentran muchos acreedores por prestación de servicios adicionales; por ejemplo el 410068 que corresponde a Pasadena Viajes, S.L. (que curiosamente está incluida en la trama Gürtel). Es decir, el mero hecho de que nos den toda una lista de acreedores por servicios varios, cada uno con su cuenta, desmiente el hecho de que estén contabilizando los acreedores por servicios en una cuenta que por error han llamado “Miguel Blesa..”
Normalmente cada vez que se contabiliza una factura de un acreedor, (al igual que si fuese un proveedor), lo que se hace es hacer un asiento contable, en el que por un lado anotamos el tipo de gasto o inversión que se realiza, y por otro lado se apunta la deuda generada por esta factura. Las formas de hacerlo son varias, pero lo normal es que el programa de contabilidad permita buscar al proveedor, de forma que se seleccione de alguna forma y por tanto se introduce el código automáticamente.
Esto es importante, por varios motivos. El primero y muy obvio es que identificando a cada proveedor con un número, sabemos inmediatamente la situación y las operaciones con él. Lo cual nos lleva a otro gran fiasco de la explicación del PP. Si todos los proveedores se computan en la misma cuenta, sería imposible saber cuántas operaciones y porque valor tiene un determinado proveedor en la contabilización. ¿Cómo puede llegar a saber el PP que no hay facturas de Blesa, de ser cierto que no los identifican?.
Ya de paso nos lleva a la frase “apunte 410069”, que denosta un profundo desconocimiento de contabilidad, ya que la frase es “cuenta”. Esto es importante, porque si se mira el resto de hojas nos encontramos con otra gran burrada; en los ejercicios 1999 y 2006 el saldo de la cuenta de Blesa es “DEUDOR”, mientras que de una forma simple se ve que los saldos de los demás son acreedores, (están situados en el lado derecho, en lugar de el izquierdo). ¿ Que significa esto?. Pues el saldo en una cuenta de Acreedor, nos da el importe que debemos a ese acreedor en particular, por lo que siempre tendremos que tenerlos individualizados. Este saldo cuando es una cuenta de Acreedores, siempre tiene que estar en la columna de derecha. Sin embargo en el caso de Blesa, lo realmente curioso es que los saldos están en la izquierda, lo que viene a decir que es Blesa el que le debe dinero al Partido Popular y por tanto la cuenta no sería apropiada.
Más allá de la burrada contable, esto se explica solo con el hecho de que Blesa haya cobrado más que lo que ponen en las facturas, (y que esto se contabilizó). El menor de los problemas está en que esto no es correcto contablemente, (si ha cobrado más de lo que tenía que cobrar, tenían que haber contabilizado un anticipo a un acreedor, en lugar de una factura no pagada). El tema es que el descontrol es tan extremo que es imposible dar por buena una contabilidad que olvida algo tan básico como que las cuentas de pasivo, (obligaciones de la empresa), siempre tienen saldo acreedor (en el lado de la derecha de los balances de sumas y saldos para los profanos y contables del Partido Popular).
En definitiva, el comunicado del PP es otra chapuza a nivel extremo.