Tirando de “blogoteca”, me gustaría recordar que en 2010, exponía que los sindicalistas, y más concretamente Toxo y Mendez deberían dimitir por fracasar. La razón del post era el fracaso de la huelga de funcionarios, pero la razón de la necesidad de dimisión de estos dos personajes, como poco, era debido a que el fracaso de estas personas era ya evidente y se traducía en unas condiciones desastrosas para los trabajadores desde mucho antes, que se aprobaron sin que nadie se enfrentase de ninguna forma y sin que nadie tuviese un mínimo de activismo.
En 2012, publicaba otro post titulado “urge sustituir sindicalistas por peligro de explosión”. Por si el título no es demasiado claro, aclarar que necesitamos unos sindicatos fuertes y que para esto necesitamos que las cúpulas sindicalistas actuales desaparezcan inmediatamente y que vengan otras personas. De hecho, tal cosa no será suficiente, (son necesarios cambios en las dinámicas, la representatividad, la responsabilidad ante los trabajadores…), pero si imprescindible, ya que las cúpulas actuales hace mucho tiempo son parte del problema y no pueden ser solución.
Estamos acabando 2013, y resulta que siguen las mismas personas, en los mismos cargos y haciendo lo mismo. De hecho las únicas novedades que nos podemos encontrar en el panorama es que se han conocido unos cuantos datos que no hacen más que confirmar la podredumbre de las personas que están en este sistema; Resulta que al igual que parece que también tienen sus financiaciones irregulares, lo que no es más que el eufemismo que sistema para llevarse dinero al margen de la legalidad, igual que cualquier ladrón o estafador de poca monta, pero agravado.
La catadura moral de las personas que están en las cúpulas está pues al nivel de la catadura moral de las personas que están en otras cúpulas de otras organizaciones; el nivel de podredumbre es similar y la desvergüenza y el daño causado son similares. Y esto no es más que una obviedad al comprobar que ni los escándalos, las falsedades y los delitos vendidos como “errores a detectar en auditorías internas”, logran conseguir que dimita absolutamente nadie. Tampoco lo ha conseguido el hecho objetivo de que los trabajadores estemos en una peor situación que siempre y que la única respuesta pase por el repugnante hecho de que cobren un porcentaje de los despidos colectivos.
Un último hecho que difícilmente se podrá discutir está en que resulta que como trabajador tengo unos representantes, (igual que como ciudadano otros), que se pasan por el forro mis intereses, incurren en numerosas irregularidades y tienen un apoyo minoritario, (justamente ganado), entre los representados. Pues con estas, a estos tampoco los podemos echar de ninguna forma.
Mal podremos salir de esta situación si al final estamos secuestrados por un gobierno que hace lo que le da la gana y no responde, unos bancos centrales iguales, el resto de los partidos iguales, la justicia igualmente y por supuesto sindicatos y patronal.