El listón estaba alto, pero creo que un nobel de economía (Gary Becker) ha pulverizado todos los niveles de repugnancia e ineptitud al plantear un mercado de donaciones, para evitar las listas de espera en los trasplantes de riñones.
Se parte de un problema conocido que es la escasez de órganos generalizada en todos los países y se propone la solución sencilla que es crear un sistema por el que las personas puedan vender sus órganos. De esta forma se incrementaría la oferta, debido a que mucha gente llegaría a acuerdos siempre que les compensasen los costes de donar, (cuantificados en bajas laborales, riesgos y pérdidas de calidad de vida).
Las implicaciones éticas son evidentes y la repugnancia que ocasionan determinadas medidas supongo que también lo es. Sirva como detalle el hecho de que repente se fijen en Irán (donde ya hay este mercado) para buscar soluciones, cuando lo normal es que en Irán deberían buscar en otros mundos las referencias. Y son mucho mayores que aquella de que “los pobres serán los que donarán y los ricos los que recibirán” citada. Vale que ahora mismo esto ya ocurre, (por lo menos que los ricos ya tienen más opciones); paradójicamente, el hecho de que las personas con posibilidades económicas tengan ventajas debería plantear la búsqueda hacia sistemas que mejoren la igualdad de oportunidades, (no la igualdad), pero acaba siendo un argumento para profundizar en esto; es decir; ya que los ricos están mejor, que compren el riñón y punto.
Las implicaciones éticas y la repugnancia moral no es un asunto menor; Alguien tendrá que decir la sociedad es la que manda y los economistas deberíamos buscar soluciones para contentar a la sociedad, en lugar de al revés. Completamente de acuerdo que se puede manipular la información y a la sociedad hasta un determinado punto para conseguir que se acepten determinadas cosas, pero algunos deberían replantearse si esto es lo que debe hacer cualquier persona, y en particular un economista reconocido; y en todo caso deberán tener en cuenta que esto no tiene demasiado recorrido.
Pero lo peor de todo es que parece que no se enteran demasiado. El mercado de riñones sería completamente contraproducente incluso desde una óptica puramente económica, (para los que sean capaces de aislar totalmente, que por definición y por mucho nobel que tenga, serán vende humos integrales).
Es de abc… que cualquier mercado depende de la escasez. No habrá negocio con un bien abundante y es bien cierto que en un primer momento puede incrementarse la oferta para las personas que puedan pagar unos costes salvajes por un riñón. Pero es importante el matiz; oferta para las personas que puedan pagar unos costes salvajes por un riñón. Para las que no puedan pagarlo, se proponen soluciones como subsidios o supongo que seguir con el sistema actual, y quizás en el primer momento no haya más problema. El argumento de “los ricos ya están bien”, y mejorarán en el primer momento y el que no pueda pagar conseguirá subvenciones o quedará igual está demasiado gastado como para que un nobel construya una idea en base a ello.
Porque al día siguiente, (metafóricamente hablando), tendríamos lo de siempre. Un bien de primera necesidad, (los riñones lo son), controlado por pocas entidades, o sí se quiere por un gobierno, controlado por una corporación; que a su vez necesitará ser rentable, no sea que el fondo de pensiones de turno que esté en su capital se venga abajo, o simplemente que la empresa que organice el mercado, (compre los riñones y los venda), se venga abajo, lo cual acabaría con todas las donaciones.
Para que esto sea rentable, habrá que acabar con todo el sistema público; Lo que nos lleva a la imposibilidad del éxito; nos cuentan que acabará la lista de espera; pero ¿Cómo va a ser rentable la empresa que compre y ¡venda! riñones si no existe lista de espera en el público en general?. Si los que no pueden pagar pueden conseguir riñones sin esperar, no existe el negocio y no existe el mercado, (por mucho que existan personas desesperadas para venderla o por mucho que exista oferta de riñones).
Y entonces habrá que generar escasez, habrá que evitar la competencia y entraremos en el mundo de los recortes; (¿Por qué se va a pagar un riñón a quien no pueda pagarlo?). Tendremos otra vez los distintos esquemas de funcionamiento; con sus distintos nivel de poder y sus distintos niveles de información asimétrica; como si fuesen cualquier commoditie, resulta que al proveedor se le dirá que hay demasiado de todo y tirarán los precios, y a los consumidores nos contarán la eterna escasez para incrementar los precios, a sabiendas de que se pagará lo que sea.
¿Qué habrá menos lista de espera?. Pues por supuesto que la habrá; cuando cada persona tenga que pagar el precio real de los riñones, (que seguro que será tan real como el de la energía por ejemplo…nótese la ironía), pues la mayoría no podrá apuntarse. A lo mejor luego alguien venderá el éxito sobre la salud pública porque se hayan reducido los trasplantes, olvidando los muertos que serán tan reales como para cuestionarnos si determinadas personas que lanzan determinadas ideas son sociópatas de manual. No llega ya con medidas que transfieran rentas de una capa a otra de la sociedad, sino que llegamos al nivel de transferir la salud.
He afirmado que son sociópatas, vende humos y ciertos atributos a mayores, por la sencilla razón de que no hace falta ser nobel para saber lo que ocurrirá; (de hecho, olvidar pensar en lo que ocurrirá parece ser requisito para el premio); tan difícil es encontrar evidencias empíricas para apoyar este negoción para unos cuantos a costa de sufrimientos masivos, que se ha tenido que ir a buscar el ejemplo en un lugar tan avanzado como Irán, (y vaya usted a saber si es cierto esto de que en Irán se pueden vender riñones), y ha tenido que olvidar que en Estados Unidos tienen uno de los sistemas sanitarios más caros y más ineficientes del mundo lo mire quien lo mire, y donde sea. ¡eso sí; puro mercado y según la teoría siempre perfecto!. Ya me dirá alguien como se define a una persona que no se da cuenta de estos pequeños detalles.
En resumen; el premio a la repugnancia, a la ineptitud y al engaño, por mí se lo doy al que se le ha ocurrido la brillante idea de vender y comprar riñones; persona de la cual sólo puedo valorar la coherencia; ¿cómo le va a parecer mal vender riñones, si el mismo se ha vendido enterito?.