Quizás no sea el día para decir estas cosas, pero sin embargo lo voy a hacer. Tras el asesinato de Isabel Carrasco, que se da la casualidad de que es política, hemos encontrado un aluvión de declaraciones un sentido claro como las declaraciones desde la FEGAMP recogidas por el Confidencial: “"Estamos traspasando todos los límites. Se está creando un ambiente pernicioso. No sé dónde vamos a llegar, pero esto tiene un rumbo peligrosísimo". Al final encontramos con el ministro de interior con las siguientes declaraciones: “ llamado a la sociedad a “reflexionar y pensar que, fuera de la política y de la democracia, sólo hay anarquía y caos. Conviene –en referencia al desprestigio de la clase política- poner en valor la política como un servicio de búsqueda del bien común.”
Es más que evidente la desafección con los políticos y la crispación de una sociedad. Son también más que evidentes los cabreos de innumerables ciudadanos, y desde luego motivos hay sobrados para tal crispación. Hemos sido saqueados, mentidos, engañados y casi todo el mundo está peor por medidas que no tienen sentido, (y no pocos en situaciones límite). ¿Cómo quieren que estemos los ciudadanos?. Pues dañados, desmoralizados, con problemas y enfadados. Una inmensa mayoría no cree a los políticos y no confía en ellos; la inmensa mayoría cree que son uno de los mayores problemas que tenemos y se ha llegado a la conclusión de que el PP y el PSOE son lo mismo antes incluso de que se hayan decidido a oficializarlo mediante las discusiones del gran pacto.
Pues es sencillo, la falta de credibilidad viene de la constante mentira, como cualquiera que hubiese entendido la moraleja de Pedro y el lobo le puede decir; la confianza se gana con acciones y acordando la medida de todo lobby que pase por ahí, mientras se inventan cuentos que intentan convencer que los sacrificados son los beneficiados, sólo se consigue esto.
Y por lo que se consigue es la desafección, la crispación y la necesidad creciente de solucionar algo que percibimos correctamente como un problema. Ahora nos piden comprensión, y nosotros podemos pedir la misma comprensión. Ahora bien; ¿Quién tiene que comprender a quién?. Recordemos que los que presumen de servidores públicos, tienen que servir y que en una democracia los representantes han de representarnos; deben entender lo que la sociedad quiere en lugar de la acostumbrada interpretación interesada a sus objetivos. Y no hay excusas para que no se haga.
Y lamentablemente, nos encontramos también con otros efectos. La tensión, las mentiras, los engaños, los robos llevan a la crispación y la crispación es el caldo de cultivo para la violencia. Afortunadamente la mayor parte de la sociedad en este punto también acierta, porque la mayor parte de la sociedad entiende que la sangre en las calles nunca será la solución. De hecho, la sangre en las calles SIEMPRE agrava el problema. Casi nadie (yo me incluyo) conoce la forma de cambiar las cosas en un entorno en el que ni dimiten, ni las manifestaciones, ni el sentido común sirven, pero casi todo el mundo entiende que la violencia empeora la situación.
El camino en el que estamos efectivamente es peligroso, y un estallido en forma de violencia es algo que no podemos ignorar. Lo curioso es que si los políticos quieren evitarlo deben entender que han de cambiar cosas y entre ellas está el no dejar caer insinuando sin decir, que esto es por la crispación y por el enfado de la gente; tampoco por las denuncias de los casos de corrupción y jamás por las críticas. La violencia es culpa de los violentos pero la sufrimos todos, lo mismo, por cierto, que la crispación, (¿o es que alguien se cree que el conjunto de la sociedad quiere estar enfadado todo el día?).
Es cierto que existen ciertas teorías por ahí que dicen que nos ha faltado una revolución Francesa o similares, olvidando que tras la revolución francesa ocurrieron algunas cosas que no fueron del todo positivas y que la consecuencia de la revolución no fue precisamente una democracia. También conviene recordar, para anticiparnos a la teoría de que estas cosas están en el ADN, que ahora los franceses no están demasiado lejos de nosotros. Pueden empezar a pensar y encontrarán con que cada acción violenta ha llevado a mayor sufrimiento, mientras que las reivindicaciones pacíficas a veces funcionan.
La inmensa mayoría de los ciudadanos somos conscientes de lo que significa el caos y la violencia, y para el que tenga dudas, que piense por un momento que las balas y la carne para el cañón las pondremos nosotros.
La inmensa mayoría lo tiene claro, pero hoy escuchamos a estos políticos pidiéndonos que pensemos, acompañados de energúmenos como Sostres que se cree que este asesinato viene derivado de las protestas de los ciudadanos y le acaba echando la culpa del asesinato de Isabel Carrasco a Ada Colau, todo ello en base al argumento de que la vida de un político vale menos, lo cual dicho por el que define a Tito Vilanova como una persona cuyo gran logro es “Lo más personal que hizo Tito fue traicionar a su amigo, porque como entrenador se limitó a gestionar las distintas herencias recibidas. “ para acabar diciendo aquel día: “Lo demás son plañideras de pago acudiendo al funeral por encargo y dramatizando con el luto como hacen en los países tercermundistas. Un poco de contención, por favor, hijas mías, que ni el que os paga os exige tanto.”
Pues a mí me están insultando, y a mucha gente que no está nada satisfecha con los políticos, con las decisiones y que intenta hacer algo, siempre sabiendo que no es lo mismo criticar que asesinar, (por mucho que cuatro impresentables lo confundan).
¿Qué reflexionemos y pensemos?. No señor, reflexionen y piensen ustedes. Es su función, son los que no lo hacen, son los que deciden y se supone que son los que nos representan o nos muestran la opinión y la información. Estas peticiones son directamente un insulto.
Y todo esto lo podría decir en el caso de que este asesinato hubiese sido causado indirectamente por la desafección o la crispación, (digo indirectamente porque es muy licito criticar, vigilar, denunciar, informarse y desconfiar o reconocer que tenemos un problema pero para disparar contra alguien existen otras causas que serían las que hay que mirar). Pero es que es muy absurdo que nos digan que reflexionemos y que pensemos cuando al final lo que parece es que todo este suceso viene derivado de peleas internas dentro de un partido político y una relación laboral en la administración pública que no incluyó el paso por oposiciones; Esto es importante, porque si de verdad se quieren sacar conclusiones, dejen en paz a twiter y a la PAH y miren lo que ha ocurrido.
Y si no reflexionan, no piensan y no recapacitan para tratar de reconducir la situación por lo menos no me insulten a mí y a unos cuantos millones.