A lo largo del día he estado pensando si hablar del tema o no. Al final no me puedo resistir. El rey ha anunciado que abdica y que cede el trono a su hijo. Vale, todos sabíamos que esto es lo que corresponde en una monarquía y no creo que nadie se sorprenda. Desde luego, tampoco creo necesario explicar que esto no es democrático; puede ser útil, práctico o no; puede ser conveniente o no, pero lo que está claro es que no es democrático.
Cierto es que la monarquía existe en varios países democráticos, de tal forma que siempre acabamos en lo de siempre; que sólo representan pero que deciden los parlamentos. Pues evidentemente es el momento de preguntarse si es conveniente, por mucho que todos los medios y grupos de interés, (salvo los republicanos por razones obvias), nos bombardeen con las canonizaciones diversas.
Pues yo tengo que reconocer, por mucho que me caiga otra vez el sambenito de perroflauta, (parece que aquí si discutes una consigna es que eres un antisistema), que hoy me he sentido muy raro. Me sienta fatal que una persona tenga a bien elegir el momento que le da la gana para levantarse y decir que una vez pasados los problemas y habiéndome estabilizado y estabilizado la institución, pues es el momento de dejarlo; Me parece tan absurdo, como el hecho de que nadie le haya preguntado: ¿no será el momento de dejarlo cuando se está mal?.
Me parece totalmente absurdo que esta persona salga a explicar los motivos de su marcha y nos diga que es porque su hijo representa la estabilidad; y que a nadie se le ocurra preguntarle quien es para que decir lo que el país necesita. Cierto es que hemos tenido unas elecciones en Europa hace unos días y luego nos han estado contando que hemos elegido mal; (¿se sabrá qué es esto de las democracias?); pero también cierto es que este país (y el mundo en general) necesita un cambio de rumbo.
Está claro, que habiéndolo hecho bien o habiéndolo hecho mal, los representantes de la sociedad han de responder ante la sociedad, y han de responder de muchas formas; afrontando críticas, respondiendo, siendo cuestionados y por supuesto entendiendo que los puestos de representación siempre están a disposición de la ciudadanía, lo que implica que en ningún momento se podría haber dado la situación de que una persona estuviese prestando sus servicios en los momentos en que no estaba al cien por cien y que lo deje cuando lo estaba; por no hablar del pequeño detalle de que sea la propia persona la que decide que es lo que nos conviene o no.
Evidentemente hoy es el momento de replantearse algunas cosas; más bien muchas. Sobre todo es la hora de plantearse cambiar cosas y absolutamente todo tiene que ponerse en revisión. Ni me vale lo de la prosperidad que nos ha traído tal cosa; (sobre todo cuando nos están diciendo otras cuantas reformas que necesitamos porque la misma prosperidad no es del todo real), ni me vale la otra historia de; “deberíamos arreglar A antes de ponernos a mirar si es momento de plantearnos la monarquía”, porque resulta que con aquello de que siempre haya otra historia que replantearnos y con lo de no es el momento; resulta que de alguna forma se consigue siempre no cambiar ni plantearnos absolutamente nada.
Sinceramente me hubiese encantado que la discusión sobre monarquía sí o no se plantease porque la sociedad lo pide en lugar de por qué una persona que da la casualidad de que es el rey toma una decisión sin consultar a nadie y sin que nadie pueda opinar; pero estamos aquí y ahora, y da igual como hemos llegado; pero llega el momento de tener opinión.
Y como llega el momento de tener opinión, la mía es que no se puede avanzar en un sistema donde una o varias personas hacen lo que les da la gana y toman decisiones por todos sin responder ante nadie; sea o no sea un rey. Porque en el momento en que el análisis de si estas decisiones son buenas para nosotros o no sean un puro entretenimiento que no sirve para nada estamos completamente abocados al fracaso. Y esto no es sólo para los reyes (de hecho incluso no sea ni tan siquiera, sobre todo para los reyes), pero claro que aplica hoy y claro que toca hoy.