En mayo de 2012 publicaba un post denominado “los nuevos personajes”, donde exponía que algunas cosas estaban cambiando en referencia al staff de políticos y expertos. En particular me refería al perfil de estas personas. Exponía que a medida que el derrumbe se fuese haciendo más evidente iban a ir surgiendo nuevos personajes que:
“siguen un perfil muy determinado. Jóvenes, con ideología de izquierdas, con un look más dinámico, desenfadado, que presume de vivir en sitios normales en lugar de en sitios elitistas y que se han forjado entre los movimientos estudiantiles”.
En aquellos momentos, comenzaba a intuirse perfectamente el cambio, que culminaría posteriormente con la irrupción de un perfecto desconocido en aquellos momentos: Pablo Iglesias.
Lo curioso es que una vez aparecido el personaje, todos los análisis parecen estar ligeramente equivocados. Primero en Mayo todo el mundo se sorprende de la aparición del personaje, y luego se buscan los análisis explicando que el resto de los políticos van a copiarlo, y que si apareciese otra persona con un perfil distinto, pues se hubiese copiado un perfil distinto.
Lo malo es que nadie parece darse cuenta de que el fenómeno Podemos tiene mucho que ver con el esquema de un grupo de personas con experiencia en comunicación política, que han detectado estas cosas antes que nada y que se ajusta totalmente a lo que se buscaba. O quizás casi nadie porque resulta que el resto de los partidos han llegado a la conclusión de que no caen porque están llevando a la sociedad al desastre, (y que la sociedad lo ve), sino porque no han sabido detectar el cambio de perfil demandado por la gente.
Los cambios son muy evidentes y de repente en Izquierda Unida ponen por fin al Alberto Garzón, (que mencionaba en aquel post), en un puesto mucho más visible, (apartando a Cayo Lara); En el PSOE la cabeza visible es ahora Pedro Sánchez, por las cadenas de televisión, (emulando a Pablo Iglesias), que presume en todos lados de su Peugeot 407 SW e incluso según “El Economista”, resulta que han mandado a un curso a Rajoy, (conocido como el marido de la “woman del callao” o “el del plasma”).
¿Funcionarán las tácticas de cambiar la forma de comunicación?. Pues la realidad es que lo dudo mucho, porque el problema no es que la sociedad demandase unos aspectos distintos. El problema de fondo es que la sociedad demanda un funcionamiento distinto, (tanto para los expertos, que pueden ir tomando nota, como para los políticos, que ya lo están haciendo).
El perfil del candidato, es desde luego uno de los aspectos que la gente valorará; es decir: estamos hartos de “lo de siempre”, por lo que muchísima gente va a “buscar otra cosa”. Por lo tanto, que parezca “otra cosa” es requisito fundamental para todos aquellos que busquen un cambio.
Sin embargo, a alguno, (principalmente el PP y el PSOE, y también IU), les sorprenderá el hecho de que no llegue con el hecho de que parezca otra cosa. ¿Por qué?. Pues por una razón muy sencilla; el problema ahora no es la apariencia de los líderes (o mejor dicho, no es sólo la apariencia de los líderes), sino que es el fondo.
Por entendernos, el PSOE y el PP, son el PSOE y el PP; por mucho que ahora vistan mejor a sus líderes, seguirán siendo el PSOE y el PP. Curiosamente, cuanto más ataquen a PODEMOS, mejor les va a venir a este último, porque lo que les interesa a estos últimos es que les diferencian de estos. De hecho, Izquierda Unida y Garzón parecen estar en un punto intermedio.
En todo caso, al final de toda esta historia (y siempre en mi opinión) tanto el PP como el PSOE están completamente acabados, y ya veremos lo que sale de lo nuevo.