Hace nos días colocaba un post explicando que Grecia no iba a ceder a las presiones, en base a que aunque quisiese, parecía que todo este entorno no estaba diseñado para que Grecia fuese a ceder. Por un lado el riesgo de contagio de la salida del euro estaba controlado (las entidades privadas ya no estaban expuestas y a vueltas con el peloteo las deudas estaban en manos de un éter que las había llevado al futuro y cubiertas con el plan del BCE) desde la eurozona. Por otro lado tenemos toda la serie de partidos políticos nuevos que amenazan a los antiguos y por último está el hecho de que es evidente que Grecia en este entorno no se va a recuperar, ni a pagar la deuda por lo que lo único que se podía era extraer recursos y negocios (con las famosas reformas) y ni tan siquiera ahí existe demasiado margen ya.
Las peticiones iban a ser brutales, y lo cierto es que así ha sido. Es decir; en toda esa parte del razonamiento (y en los post de los siguientes días) sigo creyendo y como tal la sigo manteniendo.
Decía que Grecia no iba a ceder porque no podría; ya que las medidas que se han tomado hasta ahora la han aproximado cada vez más al abismo, y en consecuencia o giraba o se destrozaba. Además el margen del nuevo gobierno no es el mismo que los márgenes de los anteriores. Por un lado a Syriza se le va a pedir lo que no se les pide a los demás (sea justo o injusto la realidad es que se presentan con un planteamiento de “new deal” y no pueden ofrecer lo mismo); por otro lado tiene a los escindidos de Nueva Democracia (por que aceptaron el rescate) de socios de gobierno y para rematar a Amanecer Dorado creciendo. Enfrentarse a esto es una locura mucho mayor que la salida del euro.
Por último la designación de Varoufakis me indujo a pensar que estaban en esta línea. Una persona que renegaba de los keynesianos y de los monetaristas para apoyar un “nuevo contrato” finalmente ha aceptado en estos términos lo peor de las dos opciones y se ha olvidado de cualquier medida para tratar de recuperar la clase media. Lo peor es que sabe perfectamente lo que se abre a sus pies y eso es lo que no logro entender.
Es cierto que tenemos un discurso de apoyo a los necesitados (que tiene cualquier partido político o cualquier gobierno), pero la realidad es que no hay ni una sola medida para mejorar la clase media y que las medidas para introducir un colchón en lo más bajo de la marginalidad también las desarrolla el PP (por poner un ejemplo de hoy en lo que se supone son las antípodas). En definitiva, tenemos una subida de la imposición indirecta (regresiva) sin que lo parezca
Por mucho que diga que va a hacer algo con el gasto ajeno a personal y pensiones, lo que está claro es que sin sustituir contratas por trabajadores sólo podrá hacer cosmética y no podrá hacer otra cosa porque acepta que el coste de personal no suba; lo cual sólo permite que si tiene que prestar servicios médicos que contrate con empresas que tendrán todo el poder (por ejemplo). En definitiva se ha dejado atar por completo.
También deja sin efecto la paralización de las privatizaciones, salvo aquellas que no son demasiado rentables; y asume liberalizaciones en sectores básicos. No hay ni una sola medida repito que pueda ir destinada a la clase media. Y si para tener un mínimo de apoyo un ciudadano tiene que estar a punto de la indigencia, mal papel podrá tener la clase media para desarrollar la economía.
Varoufakis sabe perfectamente las implicaciones de lo que se ha firmado y sabe perfectamente que le lleva al desastre y por esto simplemente no podía creer que hubiese firmado este documento. De hecho soy sincero cuando digo que en realidad no me lo acababa de creer y por esto el domingo coloqué un post en el que consideraba que el documento del viernes no era un acuerdo, sino que era la escenificación de un desacuerdo en diferido.
Puede pensar alguna gente que me he pasado de pesimista y que por tanto se ha evitado el escenario de hiperinflación y salida del euro para Grecia, (recordemos que esperaba costes limitados para la eurozona). Pues esto no es cierto, parece claro que en realidad fui demasiado optimista.
Cuando Lord Chamberlain firma en Munich un acuerdo en 1938 tratando de apaciguar a Hitler entregándole los Sudetes a cambio de renunciar a cualquier otro tipo de pretensión sobre Europa, Winston Churchill le dijo: “Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra, habéis elegido el deshonor y tendréis la guerra”. Pocas veces encontraremos un momento mejor para usar esta cita que hoy.
Ahora pueden pasar tres cosas; supongo que es poco probable que algún país de la eurozona, el BCE o el FMI bloqueen el acuerdo. Retrataría demasiado porque ha existido una rendición incondicional. En este caso el escenario de la salida del euro se reactivaría inmediatamente y las dificultades serán mucho mayores que los de la semana pasada porque tendríamos un gobierno que miente, que juega con el marketing y que poca o mucha ha destrozado todo el trabajo que se ve en términos de apoyo popular. En unas situaciones difíciles esto es clave.
De hecho, una de las implicaciones de esta carta es que ahora tiene la yugular a disposición del BCE y de todo el mundo. El gobierno ha elegido invariablemente un camino que no podría desandar.
Un poco menos probable es que comiencen los problemas en las coalición interna y con la sociedad griega. Esto puede derivar en un nuevo proceso de elecciones con un más que incierto resultado en el ámbito económico; (la situación del país y su sector financiero difícilmente podrán aguantar más). En este caso, la salida del euro completamente desordenada y sin ningún tipo de timón tampoco sería descartable y volveríamos a estar en una situación peor.
Y la tercera opción que me queda consiste en que con las técnicas de engaño a la sociedad se aguante la coalición; que se venda lo del “mal menor” y que el gobierno de Atenas aguante un tiempo, incluso pensando en que llegue a formalizar el tercer rescate. O sea que todo aguante y que se crea que cubriendo las necesidades de la gente en la casi marginación se soluciona todo. Esta sin duda será la peor de las opciones; si hace exactamente lo mismo que han hecho todos los partidos acabará exactamente igual; con una salvedad. No hace falta ser demasiado inteligente para saber que finalmente será Amanecer Dorado el que llegue al gobierno en un entorno cada vez más radicalizado.
Sé que los puristas me dirán lo de “la recuperación”, pero lo cierto es que no hay posibilidad ninguna de que exista recuperación mientras no se cambien las condiciones para la clase media. No hay forma de crear riqueza mientras creas pobres.
Sin cambio en las políticas que llevan al desastre no habrá recuperación, lo que me deja tan sólo la posibilidad de que la política de la unión europea cambie de políticas; quizás con la esperanza de una conjunción planetaria como la de Obama-Zapatero tan cacareada. Pues al que considere que esto es lo que toca, que recuerde el pasado y yo le recomendaría que se dejasen de historias de buenos y malos. Las cosas se cambian por la fuerza de aquellos a los que no les benefician.
Sería increíble que pensase que existe la mínima posibilidad de que desde el eurogrupo se cambie el guión. ¿Imaginemos que hará Varoufakis (si sigue) cuando otro país entre en problemas? Pues tendrá que apuntarse al bando de los halcones con toda su fiereza y lo hará de buena fé; a fin y a cuentas se repetirá sin cesar que es mejor eso a una situación en la que se le eche encima Amanecer Dorado, lo cual hundiría a Grecia como partido populista que es. ¿A que nos suena?
En definitiva; lo que hemos tenido es otra patada para adelante en un camino conocido y con final escrito. No era pesimista; creo que pequé de optimista.
Si alguien me pregunta por los griegos (los de la calle, los de verdad) tengo que decir que esta respuesta la veo sencilla; supongo que estarán virando hacia el amanecer con la melodía del “Cara al Sol” mientras les hacen un gigantesco honor a su gentilicio.