Veo con cierta sorpresa un artículo de Juan Torres en Público, a cuenta de los efectos del Grexit (salida del euro). En dicho artículo trata de contestar a dos preguntas que se encarga de calificar como claves: “¿Puede salir un país del euro? y, en caso afirmativo, ¿qué pasa cuando un país abandona una unión monetaria como la europea?”.
En particular, creo que se equivoca al olvidar la pregunta realmente clave que es otra; ¿Puede Grecia seguir en el euro?; Si la respuesta es no; el desenlace queda claro; teniendo claro el desenlace, lo que nos queda es prepararnos para afrontar lo que venga después. Por tanto, concentrémonos en responder la segunda pregunta.
Pero volviendo al enfoque de Juan Torrés, resulta muy sorprendente la respuesta de de Juan Torres a sus dos preguntas; En primer lugar, para la pregunta de si puede salir Grecia del euro, parte del hecho que no existe un protocolo de salida; relaciona este hecho con la trampa de Alemania (jurídica) y acaba concluyendo que: “no hay posibilidad de salirse de la moneda única europea”. De hecho, reitera “¿No será que lo que buscaba Alemania era que nadie saliese motu proprio o sin grave conflicto, encadenando a los demás países a una moneda bajo su completo dominio?”
Toda la respuesta a la primera pregunta es un completo despropósito construido para transmitir la idea de que Alemania es muy mala. En fin, la razón por la que no existe un procedimiento para la salida del euro es tan simple como que el euro necesita la idea de irreversibilidad para que funcione. ¿Cómo se va a defender la idea de irreversibilidad con un protocolo de salida?
Ahora bien, ¿la inexistencia de un protocolo de salida significa que Grecia no puede salir del euro? Responder “sí” (como ha hecho Juan Torres) es absurdo. Grecia puede salir (legalmente) del euro cuando quiera. Para entenderlo no hace falta más que leer su “no respuesta” a la segunda pregunta, para la que usa un premiado informe (que tiene también tela); en este informe aparecen unas cuantas rupturas de unidades monetarias. Muchas de ellas vienen derivadas de las independencias respecto a las colonias. Es decir, si un territorio se separa, lo normal es que se cree una moneda nueva, lo que se puede entender como una ruptura monetaria. Es evidente que en ningún caso existe ningún procedimiento para establecer esto, pero de la misma forma es evidente que el problema reside en la soberanía. Es decir, Angola abandonó el Franco una vez que consiguió soberanía; no antes. Pues que yo sepa Grecia ya tiene soberanía, por lo que el procedimiento para abandonar el euro será el que fijen sus instituciones.
Está claro que por los mismos motivos, tampoco hay forma de expulsar a Grecia; ¿rampa?, ¿descuido? En fin, si se quiere enviar el mensaje de que el euro es irreversible no puede aparecer una previsión innecesaria; y es innecesaria porque el Banco Central Europeo, Alemania o incluso Estados Unidos pueden conseguir que Grecia tenga que salir del euro cuando quieran. El resto sólo es proceso y temores para tomar la decisión (que sería independiente de la existencia o no de un procedimiento estandarizado).
Como está claro que Grecia sí que puede salir del euro; procede que pasemos a la segunda respuesta; en primer lugar, me gustaría aclarar un curioso punto; si se llega a la conclusión de que no se puede salir del euro, ¿para que mirar los efectos? En el artículo se habla de pedir a Alemania que instrumente los protocolos, pero es un poco absurdo. Si el problema es que Alemania no quiere que se abandone la trampa, ¿por qué va a ser precisamente ella la que instaure un protocolo?
Pero para los efectos, la realidad es que no contesta; Afirma que se espera hiperinflación, default, quiebras bancarias; pero que esto no tiene por qué ser así debido a que en el pasado las rupturas monetarias normalmente no han generado estos efectos.
En particular, me parece especialmente relevante uno de los estudios a los que hace referencia en el propio artículo. Según Jonathan Tepper, resulta que “unas veces sí y otras no”, para entender que no es la ruptura monetaria la que ocasiona estos efectos sino que son las políticas monetarias, por lo que sería importante mantener un banco central independiente. También me parece especialmente ilustrativa la referencia: “El economista francés Jacques Sapir afirma al concluir sus análisis sobre los posibles efectos de la salida del euro que decir que eso disminuiría un 30% el poder de compra, que doblaría la deuda o que produciría un empobrecimiento masivo solo es propio de ignorantes o de personas que saben lo que dicen pero que optan por jugar la carta del pánico entre la población para mantener sus intereses”;
Para entender estas respuestas voy a volver un poco atrás explicando una ligera diferencia entre hacer la pregunta ¿puede salir Grecia del euro?; y hacer la pregunta ¿puede Grecia seguir en el euro?
Si la pregunta se hace de la segunda forma, lo que toca es enterarse bien de lo que ocurre para prepararse para lo que pueda deparar el futuro; si la pregunta se hace de la primera forma; lo que toca es “venderlo bien”. Cómo la mayoría de las rupturas monetarias y separaciones de países no han traído efectos dramáticos, el mejor argumento para decir que no va a pasar nada es usar el “casi nunca ha pasado nada”.
Pero claro; ¿Se fiaría alguien de una persona que conduce mirando al espejo retrovisor en lugar de a la carretera? Pues aquí pasa lo mismo; cierto que no es la salida del euro lo que provocaría la hiperinflación, el default y las quiebras bancarias. Es tan simple como analizar el caso en particular;
¿Cuáles son los efectos de la salida de Grecia del euro en 2012, en una situación determinada?. Pues tocará analizar el caso; este ejemplo es perfecto ya que en 2010, explicaba que no tendría que producir la hiperinflación (sí las quiebras bancarias) y en 2012 explicaba que las circunstancias habían cambiado. De hecho ya avisaba en el post de 2010 que si no salía en ese momento la salida posterior tendría unos efectos muy distintos. Hago notar que si mi análisis se limitase a decir que “en el pasado hubo muchas rupturas que salieron bien” no tendría que variarlo.
Pero en realidad es simple; la quiebra bancaria es inevitable porque los bancos deben en una moneda extranjera, emitida en una legislación extranjera. Si los bancos tienen que devolver euros, una devaluación de la nueva moneda sería catastrófica (si la nueva moneda no se devalúa la salida del euro no significaría nada, ni daría las ventajas ni los inconvenientes por lo que seguiríamos igual). No conviene olvidar tampoco que los bancos griegos están quebrados y sostenidos por la UE actualmente, por lo que en realidad la quiebra bancaria no depende de la salida del euro (aunque sí el reconocimiento “oficial” de tal circunstancia)
Algo parecido puede ocurrir con la deuda pública. Es más que evidente el default porque una devaluación del 50% supondría incrementar al doble la deuda pública en el caso de que su moneda estuviese denominada en otra moneda. Gracias a los rescates, la deuda pública Griega queda denominada en moneda extranjera. Lo normal es que la deuda pública de un país sea emitida de acuerdo a su legislación nacional y en su moneda. En este caso, devaluando la moneda se devolvería la deuda en moneda devaluada de tal forma que sería más sencillo pagarla. Pero repito, gracias a los rescates, la situación cambia radicalmente; esto debería tenerse en cuenta antes de ir pidiendo por ahí eurobonos, (que consisten en que se endeude algún organismo de la UE y luego preste a un determinado país).
Y si sumamos, situación deprimida, con un volumen de deuda brutal en manos exteriores y denominada en moneda extranjera, con un sistema financiero nacional completamente destrozado; tendremos la hiperinflación (le pueden preguntar a Alemania).
¿Qué no nos gusta? Pues en realidad lo que toca es prepararse para esta situación, lo cual malamente se hace negando la realidad. Y toca prepararse porque el momento llegará. ¿Por qué? Pues por lo dicho; el problema no es si Grecia (o España) quiere o le interesa seguir en el euro. La clave está en que muchos parecen no enterarse de que ni Grecia puede seguir en el euro ni el euro puede sobrevivir en este diseño.
Y una última aclaración a título de corolario; el euro no es una trampa porque no exista un procedimiento para la salida. El euro es una trampa porque en base a una percepción engañosa (bien sea por impericia o por intenciones perversas) nos ha llevado al desastre y salir de él nos va a costar aún mucho más (y más cuánto más tiempo estemos). Particularmente tengo mis dudas de que una percepción engañosa (bien sea por impericia o por intenciones perversas) nos saque de ninguna trampa.