En plena semana santa nos encontramos con que la comisión europea nos pide que bajemos precios y salarios. Ya estamos como siempre en el surrealismo. Los lunes nos encontramos satisfechos de que la inflación sea positiva, los martes dicen que es bueno que suba el poder adquisitivo, los miércoles dicen que una moderada inflación es buena, y los jueves nos dicen que debemos buscar deflación y bajada de sueldos.
O sea que a ver si se aclaran, porque ya no sé si nos están recomendando inflación o deflación. O dicho de otra forma, a ver si se aclaran ¿los precios han de bajar o subir?, lo mismo para los sueldos.
En todo caso, independientemente de las razones lógicas para defender que esta medida es un completo absurdo, lo que me sorprende es un claro olvido de la historia y los dogmatismos que lo esconden todo bajo un manto de oscuridad.
Esta es una medida perfecta. En muchos foros he preguntado: ¿Alguna vez en la historia se ha salido de una crisis bajando sueldos o precios?. Es así de sencillo. Nos están vendiendo como verdades absolutas unas recetas para las que nadie me ha dado ni un solo ejemplo de éxito en la historia. Entiendo que la pregunta es obvia. ¿Se ha probado alguna vez?, ¿ha funcionado?.
¿Se ha probado?. Pues lo cierto es que sí. Esto de bajar sueldos y precios fue una de las medidas que Winston Churchill adoptó cuando fue nombrado ministro de hacienda británico en 1924. Esa decisión fue un desastre que originó la gran huelga del país, que el político trató de desactivar creando “opinión pública”, lo cual era su especialidad. “O el país rompe la gran huelga o la gran huelga rompe el país”, (¿No recuerda esto a la campaña “estosololoarreglamosentretodos.org”, al llamamiento al gran pacto anticrisis, a la responsabilidad y a todos los discursos que nos encontramos?).
La medida adoptada, fue un completo desastre desde todos los puntos de vista, y el propio Winston Churchill, acabó reconociendo su grave error. Por supuesto, de forma especialmente hábil, se ocupó de transmitir a la opinión pública que tal desastre de medida, había sido propuesta y defendida por el gobernador del banco de Inglaterra, un tal Montagu Norman. Al fin y al cabo Churchill no era economista, (Aunque en el fondo considero que no hacía falta serlo para ver el absurdo, sino que como ahora, hacían falta numerosos esfuerzos para no saber hacía donde iba ir el resultado).
El caso es que esta medida fue una de las que absolutamente todo el mundo, empezando por un tal John Maynard Keynes y acabando en los que la tomaron, acabaron señalando como la principal causa de la crisis de los años 30, también conocida como “la gran depresión”.
Desde siempre me ha gustado una frase que viene a decir “El que no conoce la historia, está siempre condenado a repetirla”; puede que no sea textual, y tampoco puedo decir nada acerca de la autoría. Sin embargo es una frase que hoy tiene una gran validez.
Si nos damos cuenta, esta medida de bajar los sueldos, y los precios, viene del sistema financiero, como venía en los años 20. Hoy venimos de la mayor era de prosperidad, como lo fueron “los felices años 20”, (se llamaban así). Por supuesto, la diferencia entre los más ricos y los más pobres dentro de cada país marcó un record en 1928, y no se volvió a superar hasta 2007.
Teníamos los ataques contra las huelgas, apelando al esfuerzo del país y a los sacrificios de los ciudadanos, que de aquellas iban por los periódicos y hoy van por internet; y por supuesto tenemos los mismos discursos y las mismas medidas propuestas.
Es cierto que de esa crisis surgieron grandes cosas, como la separación de banca de inversión frente a banca comercial para frenar la especulación; la preocupación por el poder adquisitivo como variable económica, ya que se entendió como necesario que el poder adquisitivo de las personas era una variable clave para explicar la economía. Surgieron los salarios mínimos, los convenios colectivos, el poder de los sindicatos; surgió el mark to market; en definitiva, surgieron los frenos a la especulación, a las faltas de información, a la manipulación, y por supuesto el concepto del Estado de Bienestar, con sus políticas anticíclicas, estabilizadores automáticos. Surgieron las generalizaciones de sistemas de protección social. Todo eso salió de la gran crisis y fue eso, (junto con la segunda guerra mundial), lo que provocó la salida.
Algunas de estas medidas han sido ya eliminadas, y algunas han sido muy atacadas. Y lo increíble es que parece que no acabamos de entender que medidas como las de bajar sueldos y precios, se defendían en los años 20, exactamente igual que ahora. De aquellas también existían razones para defenderlas. Y de hecho Keynes no era un economista ortodoxo en aquella época. Sin embargo, seguimos empeñados en olvidar todo lo aprendido y con un manto de humo, volver a tapar todo lo aprendido y volver a cometer los mismos errores que se cometieron en los años 20.
Puede ser que las razones del pasado, o mirar lo que ocurrió cuando se tomaron unas determinadas medidas, no sea un análisis serio de la situación, (aunque lo cierto es que es la base del análisis técnico, y que si ponemos un gráfico mágicamente todo es indubitado); sin embargo ignorarlo es muestra de una gran incompetencia o de unos grandes esfuerzos por olvidarlo, en virtud de algunos intereses, (no demasiado ocultos).
Con esto quiero decir que la bajada de sueldos y la bajada de precios, (deflación), ocasionará graves problemas porque así ocurrió en el pasado; la bajada de sueldos y la bajada de precios en unas condiciones determinadas tiene unos efectos que provocan a su vez consecuencias, ¡igual que ocurrió otras veces!. El caso es que bajar los sueldos, implica que los trabajadores son más pobres, a su vez resulta que la bajada de precios es necesaria, (ya que si no hay clientes, hay que ajustar), de tal forma que las empresas son más pobres, y los bancos tienen problemas para cobrar de unos y otros. A su vez los estados, se hunden porque cobran en función de los ingresos de la gente. Por supuesto, los especuladores se basan en las diferencias de precios y manipulando pueden conseguir beneficios en el corto plazo, pero estos se van a volatilizar cuando la realidad sea lo suficientemente clara. Estas razones ya las he expuesto en el post “medidas absurdas para solucionar la crisis, (aunque sean de expertos)”.
La realidad es que debemos tener en cuenta que algunas cosas y algunas decisiones son repetidas y debemos aprender del pasado. Estas medidas, ya han sido tomadas, han sido un desastre, y jamás en ningún momento de la historia han funcionado. Esto es así de contundente. Y no lo han sido porque jamás hacer a todo el mundo más pobre, ha servido para crear riqueza.