En la semana pasada se han reunido tras 18 meses el líder del gobierno y el de la oposición. En todos los medios se ha destacado que ambos líderes hayan llegado por fin a dos acuerdos, que han sido el rescate a Grecia y el apoyo a la reforma de la ley de cajas y la reestructuración del sector financiero.
Dicho acuerdo ha sido ampliamente celebrado por todos los sectores; sin embargo, yo no acabo de entender la razón de que esto sea noticia. Si repasamos la historia comprobamos que en lo que respecta a lo que hacer con el sector financiero, jamás ha existido polémica alguna entre los dos partidos. Simplemente nadie ha cuestionado ni una sola medida, iniciativa o ley destinada al rescate del sector financiero.
El otro día ya he hablado de que el rescate a Grecia, no era un rescate a Grecia, sino que en realidad era un rescate a los bancos. Por supuesto, lo de la reestructuración de las cajas no es distinto. Pero una vez constatado el hecho de que en cualquier aspecto que afecte a bancos, grandes empresas y demás aspectos relacionados con “los mercados”, no ha existido nunca una sola diferencia apreciable entre los políticos, me gustaría volver a hacer una pregunta que es aquella de “¿se va a reactivar el crédito?”.
Estos días, estamos asistiendo a un bombardeo tremendo sobre la necesidad de tener un sistema financiero fuerte, para que se reactive el crédito. También tendremos las declaraciones que nos de la gana, en el sentido de que la sociedad pide unos bancos fuertes. Yo tengo la misma idea sobre lo que piensa la sociedad que los polítiquillos y expertos de turno; lo que viene a ser que ¡Ni puñetera idea!. Pero está claro que no me hace falta saber lo que piensa la sociedad sobre la conveniencia de tener bancos fuertes, para saber lo que me conviene, (como ciudadano).
Yo mandaba a todo el mundo a una facultad de económicas y les retaba a que un examen de macroeconomía, pusiesen que en un contexto de liberalismo, lo que procede es fortalecer, (con ayuda de B.O.E., fondos, apoyos explícitos e implícitos…), a la parte más fuerte del mercado. Está claro que el cachondeo en la sala de profesores a la hora de corregir el examen donde se ponga esta receta sería largamente recordado. Y por supuesto hay razones más que suficientes, ya que según lo que se nos cuenta en todos lados es que para que un mercado funcione de forma eficiente, la primera premisa es que tanto los ofertantes como los demandantes sean precio aceptantes, o lo que es lo mismo, ¡que no tengan poder de mercado!.
Claro que alguien me puede decir aquello de que la teoría es la teoría, y que la práctica va por otro lado. Por supuesto, si nos salimos del aula y nos vamos a la realidad, lo que alguien tendría que aclarar es porque tras unos cuantos rescates al sector financiero, (¡si alguien lleva la cuenta que lo diga!), y tras un desbarre completamente absurdo en el volumen de fondos movilizados para recuperar el sector financiero; ¿Cómo es posible que la situación no haya mejorado para nadie que no esté en el sector financiero?. Realmente, la teoría importa incluso menos que la realidad, ya que una y otra vez se han tomado las mismas medidas, (cada vez más exageradas), y lo que hemos llegado es a que los rescates sean cada vez mayores.
Y es que desde luego, existe una razón principal para esto. El hecho de que las entidades sean más fuertes, lo que va a provocar es que las entidades tengan mayor poder en el mercado, (más aún), lo cual implica que los precios que se fijarán serán mayores. No hace falta ser demasiado inteligente para encontrar esta relación.
Gracias a la concentración bancaria, lo que se consigue es exactamente lo mismo que con cualquier otra concentración y es incrementar los ingresos por unidad del producto que ofrecen las empresas. Esto en el sector financiero se llama tipo de interés; y la realidad que nos espera es sencilla de ver:
- Las empresas no financieras y personas tienen que asumir ahora nuevos sacrificios, (¡como en todos los rescates anteriores!). Esto significa que los ingresos libres serán menores.
- El coste de financiación subirá, porque el poder de la banca se incrementa y adicionalmente al tener sacrificios mayores, el riesgo es mayor, lo que implica lo que se ha venido en llamar primas de riesgo.
Pues está claro que si miramos caso a caso, nos encontramos que la mayoría de las personas y empresas empeorarán en el scoring de los bancos. (Con menos ingresos y precios de financiación más altos). Si la mayoría de las personas empeora en el scoring, ¿Cómo se va a reactivar el crédito?.
Por supuesto, la única esperanza de que los bancos apoyen en lo más mínimo a la recuperación, está en la obviedad de que si se hunde el entorno económico, ellos también se hunden. Sin embargo, día tras día, comprobamos que las autoridades van a hacer todo lo posible por salvar a las entidades financieras. En este entorno, ¿para qué van a colaborar?.
Es así de sencillo. La realidad es que gran parte de la morosidad la crean las propias entidades, porque tenemos todos asumido que el cinturón se lo va a ajustar todo el mundo que no sean ellos.
Antes he hablado de la supuesta prima de riesgo. En algún momento, resulta que cuando una entidad, persona o país tiene problemas financieros para pagar un préstamo, digamos que al 3%, se minimiza el riesgo si se le pone el tipo al 5%. Esta es una de las grandes sentencias que nos vienen desde la banca y que en realidad son una gran burrada. Si una persona tiene problemas para pagar el 3%, ¡difícilmente puede pagar el 5%!. Este es uno de los típicos casos en que no es necesario ser economista para entenderlo, aunque quizás si para inventar una explicación coherente que trate de hacer tragar esto a los clientes.
Ahora que cualquiera con sentido común, (economista, financiero o no), debería darse cuenta que la prima de riesgo es una forma clara de expresar una situación en la que el poder de la negociación se traslada al banco. Por supuesto, este poder se ejemplariza con unos cuantos productos, que beneficiarán a la entidad en un juego de suma cero. Supongo que todo el mundo asume que hay unos cuantos productos contratados por personas: “porque no queda otra”.
Pues lo curioso del caso es que el precio de los servicios bancarios va, ¡como cualquier otro!, a ser determinado por el poder de negociación; y por supuesto, como en cualquier otro producto de juego suma cero, ¡Cuánto mayor sea el precio, menor será la cantidad intercambiada en el mercado!. Por tanto es fácil inferir que sólo con este acuerdo, se ha frenado aún más el crédito.
En paralelo, todos los mensajes de los dos líderes, (aquellas cosas en las que no están de acuerdo), van en contra de “la sociedad”, que además de este ente que se debe apretar el cinturón es un eufemismo (idéntico al de “mercados”), para fastidiar al conjunto formado por yo y unos 46.000.000 millones más.
Curiosamente, el poder de negociación de los del mercado, sube según baja el de la sociedad. Y eso se refleja en la situación que nos encontramos. ¿O qué esperaban?.
¿Relajando reglas y financiando la concentración de las entidades esperan conseguir mayores créditos a un precio más reducido o mayores rendimientos en menor volumen?. Pues alguien tendría que repasar los principios básicos del liberalismo, pero juraría que en competencia perfecta, no existe poder de mercado, se interviene para equilibrar, el desarrollo es máximo, los precios los mínimos y los beneficios empresariales se reducen y obligan a la innovación, a mejorar las condiciones de los clientes y ofrecer más valor para competir.
La situación actual me lleva a la conclusión de siempre; o los políticos son muy tontos, o bien realmente están poniendo a toda la sociedad a la tarea de rescatar bancos. Por supuesto, dejar claro que realmente las dos alternativas no tienen por qué ser excluyentes. Puede ocurrir que el sistema financiero sea demasiado grande para ser salvado.